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El águila imperial, las cigüeñas, las aves migratorias como las grullas o los ánsares; o las más difíciles de avistar, como el avetoro común o el quebrantahuesos, el buitre negro… Cada vez son más quienes viajan prismáticos en mano para observar aves por todo el mundo.
Los ingleses lo llaman ahora «birdwatching», pero lo cierto es que es una actividad que se viene haciendo desde la antigüedad. Tal vez, porque siempre soñamos con volar en libertad como pájaros.
Por suerte, España es uno de los mejores destinos del mundo para el turismo ornitológico y nada mejor para adentrarse en este fascinante mundo que visitar alguno de los mejores lugares para la observación de aves. Sólo hay dos requisitos imprescindibles: esta actividad se desarrolla en espacio de gran valor medioambiental, por lo que hay que respetarlos, y segundo, ¡no te dejes tu guía de aves para reconocerlos mejor!
El placer de observar las aves en España
1. Reserva Natural de Lagunas de Villafáfila, Zamora
Viniendo de Zamora, a la derecha de la carretera queda Otero de Sariegos. La población, prácticamente deshabitada, vería pasar a mucha menos gente si no fuera porque el observatorio está al lado. Es ahí, frente a la laguna principal y rodeados de la ruda estepa, donde es fácil recrearse con los ansares –y su combinación de grises y patas rosadas– que llegan por estos parajes en invierno.
No hay que ser un experto en ornitología para disfrutar aquí de especies como el aguilucho cenizo, el zampullín, la cigüeña blanca, el sisón, el pato cuchara, el azulón o la grulla. A solo 40 minutos de Zamora capital, en un paisaje que rompe con cualquier estereotipo de lo que es la meseta castellana, encontramos las lagunas de Villafáfila.
Se trata de un importante humedal que emerge como un oasis en medio de campos de cereales. Este rincón de la comarca de Tierra de Campos lo tiene señalado en sus mapas los amantes de las aves, sobre todo por la posibilidad de ver avutardas, la reina de la estepa, de la que se pueden concentrar más de 2.000 especies.
Además del mirador principal, están el de la laguna de Barillos, situado en la localidad de Revellinos y el de la laguna de San Pedro, en Villarrín de Campos. Pero antes de nada, hay que pasarse por la Casa del Parque, a solo 1,5 Km. del casco urbano de Villafáfila, para recabar toda la información necesaria para una feliz jornada avistando aves.
2. Laguna de Gallocanta, Aragón
Se ven centenares de grullas, y aunque uno no pueda dejar de pensar en Japón cuando se habla de estas preciosas aves, lo cierto es que esto no es un origami, sino Aragón. Cada invierno se las ve pasar, con su vuelo elegante y su largo cuello. En algunos momentos, se han contabilizado hasta 70.000 ejemplares de grulla común durante los períodos migratorios.
La laguna de Gallocanta es un tesoro para el avistamiento de aves. No sólo de la grulla, también se puede observar el porrón común, el pato colorado, el ánade real e incluso el carricerín cejudo, un ave diminuta en situación de amenaza en Europa.
Así, más de 220 especies diferentes, de las que más de 100 nidifican de modo regular. Esta importante biodiversidad hizo que ya en 1962, el International Wildlife Research Bureau incluyera la laguna como prioritaria en su catálogo de zonas húmedas de Europa y África.
A partir de este hito, Gallocanta pasó a ser parte de Red Natura 2000 además de estar considerada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Este rico paisaje sale a nuestro encuentro entre Zaragoza y Teruel.
El Centro de Interpretación de La Lagunas es de visita obligada. Allí, además de la Oficina de Turismo de Gallocanta, hay amplios ventanales con una panorámica completa sobre el paisaje de la laguna. En invierno, es ideal para observar a las grullas con los prismáticos que nos dejarán.
3. Delta del Ebro
El paisaje no deja indiferente a nadie. En una armonía tradicional, los arrozales y campos de cultivo buscan un equilibrio con la naturaleza en estado salvaje. El horizonte es totalmente plano. Por eso es importante poder elevarse un poco en el mirador de La Tancada, por ejemplo.
El mirador con vistas de 360º se eleva sobre la antigua caseta de Raimondo, siendo así la alteración en el lugar mínima. Por delante nuestro, un verdadero carrusel de flamencos, anátidas, cormoranes, gaviotas que pasan por la laguna de la Tancada y en las antiguas salinas de Sant Antoni.
El delta del Ebro es una de las zonas húmedas más importantes de Europa occidental. Su diversidad natural es asombrosa, por lo que es uno de los enclaves favoritos de los ‘birdwatchers’ de todo el mundo. Y es que toda la zona es el hogar de hasta 350 especies de aves diferentes, especialmente aves marinas y acuáticas. Cuenta además con el privilegio de tener a la garcilla cangrejera entre sus visitantes más ilustres. El 70% de la población mundial de la rara gaviota corsa se reproduce en el Delta del Ebro.
Cualquier rincón es especial, pero la Bassa de les Olles, una de las lagunas más pequeñas, L’Encanyissada, la más grande del parque, la kilométrica Punta del Fangar, las dunas de La Marquesa y la playa del Garxal se llevan la palma. Por si fuera poco, desde 2014, en el complejo que ocupa la institución Món Natura Delta, se celebra el Delta Birding Festival, que es el único festival dedicado a las aves en Cataluña. Se celebra a finales de septiembre, una buena época para ir al delta del Ebro a conocer a nuestras amigas de más de cerca.
4. Doñana
En diciembre se inundan las marismas, en enero llegan las golondrinas y en abril el parque se viste con sus mejores galas: un momento excelente para observar verdecillos, jilgueros, pinzones, mirlos… y disfrutar de los paisajes más coloridos del parque. Sí, hablar de aves y de Andalucía por fuerza pasa por hablar del Parque Nacional de Doñana, verdadero santuario natural de Europa en el que poder observar más de 200.000 ejemplares de cerca de 350 especies, lo que da para toda una vida observando aves.
Entre las especies más representativas, están los flamencos, el chorlitejo patinegro, el milano negro, la lechuza campestre, la garza real, el águila calzada, el águila culebrera, el elanio azul o el buitre leonado, el pato cuchara o el gran águila imperial. Una enorme diversidad que se reparte entre los diferentes paisajes de cultivos, matorrales, lagunas estepas y alcornoques que convierten el parque en un verdadero universo ornitológico.
La Feria Internacional de Aves de Doñana se celebra cada año a finales de abril en el entorno del parque nacional y está considerada como una de las más importantes de España. Aficionados y ornitólogos venidos de todos los rincones disfrutan durante las tres jornadas de talleres, charlas, rutas guiadas y concursos fotográficos.
5. Cañón del río Lobos, Soria
A primera hora de la mañana, en el mirador de la Galiana, el cañón se muestra imponente. No es nuestro. El paisaje pertenece al buitre leonado, que habita las rocas, las cornisas y las oquedades de las paredes verticales de caliza erosionadas durante siglos por el paso del río Lobos. Verlo sobrevolar a pocos metros de nosotros es todo un espectáculo.
Se acostumbra a acceder Parque Natural del Cañón del Río Lobos desde la localidad de Ucero, en Burgos, donde se encuentra el centro de interpretación del parque, que es de obligada visita para aproximarnos con éxito a este espacio natural protegido de Castilla y León que se reparten Burgos y Soria.
En el parque confluyen el senderismo, la mística templaria y el turismo ornitológico. Todo un privilegio poder ver a los buitres planeando y luego recogernos cerca de la ermita de San Bartolomé. El parque está cruzado por una gran cantidad de pistas que son la delicia de los senderistas además de los observadores de aves. Son cuatro las sendas principales: la senda del río, la del castillo, la de las Gullurías, y la de Hontoria. Antes de dejar la zona, conviene visitar el Burgo de Osma, a tan sólo 18 kilómetros. Sin duda, una de las localidades más bellas de Soria.
José Alejandro Adamuz
Hola:
Quería comentaros que además se podrían añadir destinos como el Hondo de Elche, que junto con las Salinas de Santa Pola y las lagunas de la Mata de Torrevieja forman un triángulo excepcional para observar aves, siendo estos humedales donde se puede observar la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca además de otras especies de humedal. Pero cabe reseñar que en la cercana Sierra de Escalona, en Orihuela, se encuentra la mayor concentración de buhos reales de Europa, lo que la hace muy interesante para visitar.
En la Comunitat Valenciana existe una Asociación de guías de birding que ofrecen todo tipo de rutas guiadas por estos y otros entornos «pajareros» de la Comunitat Valenciana. Podeis contactar con ellos en http://www.birdingcv.com y además encontrar otras sugerencias en la siguiente web: http://www.birdingvalencia.com
Muchas gracias,
Rosa Molins
Técnico de producto de Turisme Comunitat Valenciana (Generalitat Valenciana)
Sólo aclarar que la localidad de Ucero no pertenece a Burgos, sino a la provincia de Soria.