Por qué preferimos ser pobres en la ciudad que ricos en un pueblo
Escrito por
13.02.2020
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Esta es la pregunta que nos plantea Patricia Gea en Revive. Un corto documental publicado en Facebook que, aunque ella pensó que solo lo verían su madre y su abuela, ya lleva casi 23 mil reproducciones.
“Fue un trabajo para la universidad. Me inspiré en las emociones que sentía cada vez que me iba del pueblo. Me iba y ya quería volver”, cuenta la autora.
En apenas dos minutos, Patricia refleja en el vídeo las expectativas de muchos de los jóvenes que son de un pueblo –o de una ciudad pequeña– y se van a una gran urbe a buscar su vida soñada.
Encontrar un buen trabajo, un buen sueldo, tener una casa bonita, sencilla y cerca de los amigos son algunas de las aspiraciones que se citan en el corto y que, aunque deberían ser un derecho básico, para muchos se han quedado en un sueño.
“Llegué a Madrid con 21 años. Pensé que estudiaría la carrera y que antes de los 30 tendría mi vida formada. Pero ahora me doy cuenta de que no es así. ¿Será por el entorno? No lo sé”, explica con cierta tristeza.
Patricia reconoce echar de menos el poder ir caminando a los sitios, estar cerca de los amigos y llevar una vida menos estresante.
“La idea de que la vida era mejor en la ciudad pertenece a la generación anterior, por el hambre que pasaron nuestros abuelos en la posguerra. El concepto de calidad de vida que tenían entonces era diferente al de ahora”, afirma.
Aunque Patricia creció en León, su familia es de Tombrio de Abajo, un pueblo de El Bierzo de poco más de 100 habitantes. Su abuelo era minero, por lo que debido a problemas de salud se retiró pronto.
“Mi abuelo decidió irse del pueblo cuando mi madre era pequeña. Tenía unos 10 años y querían que estudiara”, cuenta. En aquella época, la ciudad simbolizaba calidad de vida.
Sin embargo, hoy ese concepto ha cambiado. Cada vez son más los jóvenes a los que les gustaría regresar, pero no pueden. “En las pequeñas ciudades y en los pueblos no hay tantas oportunidades. No hay tanta industria ni trabajo”, explica.
Si quieren que la gente vuelva, necesitamos más servicios
A Patricia Gea le encantaría vivir en un lugar tranquilo, volver a su León natal e incluso a un pueblo del norte. Sin embargo, aunque ella puede llevarse el trabajo a cualquier parte –es periodista freelance– también le resultaría complicado porque, por trabajo, tiene que viajar mucho. “Es imprescindible que haya buen internet, buenas carreteras y comunicaciones. Si quieren que la gente vuelva, necesitamos más servicios”, reclama.
Como expone en el documental: Nosotros necesitamos de los pueblos, y ellos nos necesitan. Y cree que la salud, debido a la contaminación y al estrés, será determinante para que mucha gente se plantee volver. La autora confía en que «volveremos a encontrar la calidad de vida».
De momento, la periodista leonesa tiene que conformarse con seguir en Madrid, aunque ha hecho que su barrio le haga sentir un poco más cerca de su lugar de origen. “En mi vida es muy importante el sentido de comunidad. En Madrid vivo en un barrio donde tengo mi panadería, mi tienda, conozco a los vecinos, etc. Es importante tener confianza en el entorno en el que vives, como en un pueblo”, concluye.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
Hola. Yo soy de un pueblo del Bierzo, no muy lejos de el tuyo. Tienes razón, preferís ser cola de león a cabeza de ratón. Ahora entrais en la fase de la añoranza y solo te quiero decir s ti y a todos los de ciudad que quieren regresar a su pueblo que sereis bien recibidos siempre que acepteis las reglas, si no es así no os necesitamos.