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Santarém tiene dos grandes títulos vinculados a su nombre y los dos están relacionados con el arte. Por un lado, tiene el honor de ser conocida como “la capital del gótico portugués” y por otro, el ser el lugar de nacimiento del ganador del premio Nobel de literatura José Saramago.
El segundo necesita una aclaración para que el visitante no se lleve una desilusión. Santarém es el nombre de la ciudad, pero también del distrito del que es capital en la región de Ribatejo. El literato nació en Azinhaga, una de las tres freguesias [son las organizaciones administrativas en las que se divide un municipio. El equivalente en España sería parroquia o barrio, aproximadamente] de Golegã.
Él mismo lo relata en la autobiografía que se puede encontrar en la web de su Fundación: “Nací en una familia de campesinos sin tierras, en Azinhaga, una pequeña población situada en la provincia de Ribatejo, en el margen derecho del río Almonda, a unos cien kilómetros al nordeste de Lisboa. Mis padres se llamaban José de Sousa y Maria da Piedade. José de Sousa habría sido mi nombre si el funcionario del Registro Civil, por iniciativa propia, no lo hubiese añadido el apodo por el que mi padre era conocido en la aldea: Saramago”.
Sea como sea, el turista se encontrará en las tierras que un día pisó el autor de Ensayo sobre la ceguera, un libro cuya lectura sigue siendo esencial 25 años después de su publicación y sobre todo en un momento en el que ‘pandemia’ es una palabra demasiado cotidiana.
En cuanto a ser la representante del estilo arquitectónico mencionado, solo hay que darse una vuelta por algunos de sus monumentos para comprobarlo.
Qué ver en Santarém
Iglesia de San Juan de Alporão
Empezó a construirse en el periodo románico, aunque su parte delantera ya pertenece al gótico. En los siglos XIV y XV se construyeron la parte superior y la girola de la capilla mayor. Actualmente acoge el Museo Arqueológico de la ciudad.
Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia
Otro ejemplo del gótico pero con apellido, en este caso ‘flamígero’. Su obra se inauguró por el primer conde de Ourém en el siglo XIV, pero no se terminó hasta el siglo XV. Lo más llamativo del edificio quizás es su enorme rosetón, que podría haber sido tallado a partir de una sola pieza de piedra.
Iglesia de Santa Clara
Data del siglo XIII y, según cuenta la historia, fue un regalo de el rey Alfonso III El reformador a su hija Leonor Alfonso (su tumba se encuentra dentro del edificio). Es uno de los símbolos más representativos del gótico portugués.
Convento de San Francisco
Se edificó en 1242 por orden del rey Sancho II, cuando los franciscanos llegaron a la ciudad. Con los años fue cayendo en el descuido, sobre todo a partir de que los monjes se fuesen a principios del siglo XIX. Además, por si fuera poco, un incendio que lo arrasó en 1940. Pero en 2009 las instituciones del municipio decidieron restaurarlo y volver a abrirlo al público. Está considerado como uno de los mejores ejemplos del gótico mendicante luso.
Capilla de Nossa Senhora do Monte
Nombrada Monumento Nacional en 1917, se trata de un pequeño templo gótico separado del centro de la ciudad, en la parroquia de São Salvador. Su situación elevada geográficamente hace que sea también atractiva como mirador.
Iglesia da São Nicolau
Es una de las parroquias más antiguas de Santarém. Se construyó en el siglo XIII, época gótica, pero un incendio en el siglo XVI hizo que se tuviese que reconstruir. Este proceso integró en su estructura nuevas tendencias arquitectónicas del momento como el manierismo y el barroco.
Catedral de Nuestra Señora de la Concepción
Templo del siglo XVII, que también se ha conocido como Iglesia del Seminario o Iglesia de Nossa Senhora da Conceição del Colegio de los Jesuitas que está situado en la popular Praça Sá da Bandeira. Consiguió la categoría de catedral con la creación de la Diócesis de Santarém en 1975. Su fachada principal corresponde al estilo manierista, mientras que en el interior reina el barroco. Al lado del edificio puede visitarse el Museo Diocesano de Santarém.
Para aquellos que no sean amantes de lo religioso en general, también existen otros puntos de interés en la ciudad.
Torre del Reloj
También conocida como la Torre de las Calabazas, data del siglo XV y mide más de 20 metros. Actualmente es la sede del Museo del Tiempo y uno de los elementos más emblemáticos de la ciudad.
Fonte das Figueiras
Se trata de una fuente de estilo gótico civil construida entre los siglos XIII-XIV, cuya edificación estuvo financiada a medias entre la junta del municipio y el rey Afonso IV. Su nombre viene de la flora que la rodeaba, aunque actualmente ya no crecen higueras sino otro tipo de plantas. Es uno de los rincones más bucólicos de la ciudad.
Mercado Municipal
Se alzó en 1930, bajo el mando de Cassiano Branco. Llama la atención principalmente por su mural de azulejos azules y blancos que recibe al visitante. Creados en la ya cerrada Fábrica de Sacavém, representan la historia de la capital de Ribatejo.
El centro histórico
La calle Serpa Pinto, con sus balcones de flores y sus fachadas de azulejos; el Largo da Marvila o la calle Primeiro de Dezembro son algunas de las que llevan a los principales puntos de interés (mencionados anteriormente) mientras se disfruta del camino. A veces, el verdadero monumento es la vida de la ciudad.
Dos ganchos extras
El milagro de la hostia consagrada
Incluso a los no creyentes les va a interesar la historia. En la iglesia de San Esteban, ahora conocida como el Santuario del Santo Milagro, se encuentra la prueba de un hecho insólito: el de la hostia que se convirtió en sangre de Cristo.
Según cuenta la historia, en el año 1266, una joven de Santarém buscó a una hechicera para que le hiciese un conjuro que acabase con las infidelidades de su marido. La bruja le pidió una hostia consagrada para utilizarla en la poción, así que siguiente vez que la enamorada acudió a comulgar, no se tragó la hostia, sino que se la escondió en un pañuelo que llevaba en la cabeza.
Pero por el camino a casa de la hechicera, su cabeza empezó a chorrear sangre. Pero no salía de ninguna herida, sino que la hostia se estaba convirtiendo en sangre. Cuando llegó a su casa, la guardó en un pañuelo y finalmente fue a devolverla a la iglesia acompañada por su marido. Fue la primera vez que se obró el milagro, porque en 1340, el bote de cristal en el que se había guardado la hostia sangrante junto a cera de abeja, apareció roto en el tabernáculo en el que estaba guardado.
La hostia ha vuelto a soltar sangre a lo largo de todos estos siglos y el templo es lugar de peregrinación de creyentes que proceden de lugares diferentes.
El festival nacional de gastronomía
Nada tiene que ver con el tema anterior, aunque disfrutar de la comida puede elevar al éxtasis a muchas personas. Este año celebra su 40 aniversario y, aunque la celebración se extiende a lo largo de todo el año, su punto fuerte es en octubre.
En los restaurantes Santarém tienen muchos platos locales en sus cartas. Desde la anguila cocinada de diversas maneras, carne de toro [es una región en la que se practica la tauromaquia] y una amplia variedad de platos elaborados con peces de río como la lamprea, el lucio o la perca negra.
Carmen López