Todos necesitamos el mundo rural, el potente mensaje de FotoRural 2020
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04.12.2020
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Ocho meses pasaron desde que nuestras vidas cambiaron completamente y que el confinamiento total fue declarado en España. Han pasado más de 260 días desde que una parte significativa de la población española se fue corriendo a los supermercados a comprar papel higiénico y comida.
Fueron días de silencio, de aburrimiento y de estar horas con el móvil en manos. Así como muchas personas tuvimos la suerte de estar protegidas en casa, los servicios básicos no han parado: médicos, enfermeros, policías, farmacéuticos y muchos otros. Pero hay otros oficios que también trabajaron sin descanso para que los alimentos llegasen a nuestras mesas durante la pandemia.
La cadena agroalimentaria de España está formada por cerca de un millón de agricultores y ganaderos, además, claro está, de las cooperativas, industrias agroalimentarias, transportistas y establecimientos de distribución. Todos y cada uno de ellos son esenciales, hoy y siempre. Por esta razón el Concurso de Fotografía del Mundo Rural dedicó su 14ª edición a estos oficios del mundo rural.
El mayor certamen de fotografía rural, organizado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y la editorial agroalimentaria Eumedia, este año contó con la participación de más de 700 personas. A lo largo de su historia el concurso ha premiado a más de 300 fotógrafos y fotógrafas que retratan la realidad del mundo rural.
“El mundo rural es una realidad y una necesidad que a menudo se olvida”
Javier Sánchez Martínez lleva años mirando el mundo a través de la lente de su cámara. Nacido en Madrid, hoy vive en Alpedrete, un pueblo cerca de la Sierra de Guadarrama. De los caminos que recorrió por España, uno de ellos se cruzó con el de Juan Díaz “un gran pastor, con mucha experiencia”, relata. Juan es el protagonista de la foto ganadora del primer premio de FotoRural 2020, con autoría de Javier.
“Cariño de Pastor” fue tomada cuando el fotógrafo y su hijo, Miguel, acompañaban al rebaño trashumante -la trashumancia es el traslado del ganado o rebaños por sus pastores desde las dehesas de verano a las de invierno- que va desde León a Madrid. “Me presenté [a Juan] minutos antes de realizar esta foto. Enseguida conectamos y me di cuenta de que su imagen y presencia eran la de un auténtico pastor, una imagen atemporal y atractiva”.
Debemos profundizar en la importancia vital del medio rural, de conservarlo, protegerlo y fomentarlo
Javier lleva mucho tiempo retratando el mundo rural y no se arrepiente. Hace unos años, junto al naturalista y escritor Julio Vías recorrió durante tres años los pueblos de la Sierra de Guadarrama en busca de historias de los oficios tradicionales de la región. El resultado fue el libro Sierra de Guadarrama: Viejos oficios para la memoria (gentes y paisajes). “Fue un proyecto muy gratificante, no ganamos dinero, pero sí aprendimos a ver con otros ojos la importancia que tiene el mundo rural”, cuenta Javier.
Para Javier el mundo rural es “una realidad y una necesidad que a menudo se olvida, se aparta o se discrimina”. El fotógrafo comenta aún que nos olvidamos que los alimentos básicos provienen de los medios rurales.
Además, comenta que el turismo rural está muy bien para que las personas que viven en las urbes tengan la experiencia de estar en el campo. “Pero debemos profundizar en la importancia vital del medio rural, de conservarlo, protegerlo y fomentarlo”. Iniciativas como la de FotoRural sirven, en la visión de Javier Sánchez, para mostrar los valores y oficios casi olvidados.
El mundo rural escrito en femenino
La ingeniera agrónoma Natalia Langa Lomba confirma lo fundamental que es el mundo rural. Natalia fue la ganadora de FotoRural 2020 en el premio FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales) a la fotografía de las mujeres rurales. Su foto “El presente y el futuro se puede encontrar en el lugar que soñaste. Y escribirlo en femenino” es la muestra de la unión de sus pasiones: la ganadería, la agricultura y la fotografía.
La imagen tomada en el Pueyo de Araguás, en la comarca aragonesa del Sobrarbe, muestra a la joven y una vaca parda de montaña, raza típica de la región. Con esta foto, Natalia busca eliminar los estereotipos de que la ganadería es un oficio solo de hombres y que se parece al trabajo esclavo. “Porque es una suerte trabajar en el corazón de los Pirineos cuidando animales y manteniendo a los pueblos vivos”, resalta. La ingeniera destaca aún que este también es un trabajo de mujeres “que claramente tenemos los mismos derechos y las mismas facultades que un hombre para realizarlo”.
De ahí nos hemos dado cuenta de lo importante que era comer, pero luego se nos ha olvidado de dónde vienen estos alimentos y que hay muchas familias que viven de esto
Para Natalia, el mundo rural también debe ser escrito en femenino. Aunque los gobiernos central y de Aragón tienen iniciativas que ayudan a incorporar las mujeres como agricultoras y ganaderas, el sector todavía está muy masculinizado. La ganadora anima a que otras mujeres luchen por sus pasiones en el medio rural: “me gustaría cambiar esta visión de que solo los hombres pueden trabajar en el mundo rural, a nosotras también nos puede gustar [la agricultura y ganadería], también puede ser nuestra pasión”.
Hija de agricultores, la ingeniera agrónoma creció en el medio rural. Para ella la agricultura y ganadería son muy importantes porque las necesitamos para comer. Recuerda que al principio de la pandemia, todos iban arrasar a los supermercados porque creían que se iban a quedar sin alimentos. “De ahí nos hemos dado cuenta de lo importante que era comer, pero luego se nos ha olvidado de dónde vienen estos alimentos y que hay muchas familias que viven de esto”.
Los agricultores y ganaderos son motores de supervivencia en los pueblos. “Gracias a que haya agricultores hay un bar, hay una tienda”, destaca. El gran problema, según Natalia, es que en los pueblos no hay las mismas oportunidades que en las grandes ciudades. La falta de servicios básicos y de ofertas de empleo dificultan que los más jóvenes se queden a vivir en el medio rural. Natalia desea poder vivir en un pueblo del Pirineo y resalta que aunque su profesión está directamente relacionada con el medio rural, sigue siendo difícil.
“Hay que resolver el éxodo rural, que cada vez es más fuerte. Y esto es lo que tengo más miedo, porque pienso ‘¿quién va a cuidar los pueblos luego?’ ¿Quién va a cuidar de los montes si no apoyamos a este sector que es esencial?”, comenta.
Recomendaciones viajeras
El turismo rural responsable y respetuoso con los campos y con las gentes que viven allí también es importante para luchar contra la despoblación. Javier Sánchez y Natalia Langa han dejado dos recomendaciones de sitios que visitar cuando se pueda viajar.
Para Javier es difícil elegir un único destino español. Su recomendación es la comarca de Cabrales, en Asturias, y el pueblo de Tielve “desde donde visité la Cueva del Teyedu: allí madura el mejor queso Cabrales en el corazón de los Picos de Europa, ¡un lugar increíble!”, comenta.
Natalia es una apasionada del Pirineo aragonés y recomienda el pueblo desde donde hizo la foto ganadora: el Pueyo de Araguás, muy cerca de Aínsa, en Huesca. “Es un pueblo muy pequeñito y que tiene unas vistas espectaculares”.
Caroline Dalprá