Cinco animales en peligro de extinción en España
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29.11.2021
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España siempre ha podido presumir de biodiversidad ante el resto de países europeos porque se sitúa en los puestos más altos en cuanto a número de espacios protegidos. Sin embargo, factores como el cambio climático y la intervención del hombre han hecho que ese privilegio ambiental haya empezado a menguar desde hace tiempo y estén poniendo en peligro el ecosistema. Y con él, a la fauna propia del territorio, poniendo a algunas especies en riesgo de extinción.
Los datos sobre la situación de la biodiversidad que ofrece la Unión Europea son poco alentadores. En mayo de 2020 se publicó un informe en el que se explica que de los ocho millones de especies que hay en el mundo, un millón están en peligro de extinción. Más concretamente, en Europa al menos 1.677 de 15.060 especies europeas evaluadas lo están. Y si atendemos aún más al detalle, según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España (MITECO), en nuestro país hay 139 especies vulnerables y 198 en peligro de extinción.
De estas 198 cuantificadas, 20 pertenecen al grupo de invertebrados, 2 a los anfibios, 8 a los reptiles, 21 a las aves y 7 a los mamíferos. Aunque algunas de estas especies se están recuperando en número –por ejemplo, según la Fundación Oso Pardo en 2018 en la Cordillera Cantábrica había 300 ejemplares y en 2021 han llegado a los 330– siguen estando en peligro si no se las sigue protegiendo. En el caso del plantígrado, las acciones clave han sido intentar acabar con el furtivismo y el cuidado de su hábitat natural.
Enumerar los casi 200 que aparecen en el desafortunado listado de animales en peligro de extinción sería, en realidad, poco útil y además se puede consultar minuciosamente en la página del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Pero sí vamos a mencionar algunas de ellas. Esta es una pequeña muestra de los animales a los que, si no tenemos cuidado, vamos a echar de menos en nuestro país.
Tritón del Montseny
Para quien no lo conozca, se trata de un anfibio propio de esta zona de Cataluña, que además es el único vertebrado endémico de la comunidad. Según Zoo de Barcelona: “En los últimos diez años, su población ha disminuido un 15%”, de ahí que haya entrado en la lista de peligro de extinción. Quienes visiten este espacio natural y quieran identificarlo deben saber que su color tira a marrón y que tiene pequeñas manchas amarillas a los lados de su cola. Suele medir unos 11 cm y la cabeza del macho es más grande que la de la hembra.
Lagartos gigantes de las Islas Canarias
Existe el de La Gomera, el de El Hierro y el de Tenerife. Cada uno es endémico de su respectiva isla. El primero recibe el nombre de bravoana en honor a Telesforo Bravo, paleontólogo y geólogo canario. Mide unos 20 cm contando la cabeza y el cuerpo, aunque algunos alcanzan los 50 cm. El de El Hierro es más grande, ya que puede llegar a 1 metro y es el símbolo de la ínsula. Se pensaba que estaba extinto hasta que en los años 70 se descubrió una población en el risco de Tibataje. El de Tenerife tiene un tamaño aproximado de medio metro con una larga cola. Hasta 1996 también se le había dado por desaparecido, pero un equipo de naturalistas lo descubrió de nuevo en los acantilados de Teno.
Águila imperial ibérica
Como explican en la ONG Sociedad Española de Ornitología, creada en 1954, esta ave es endémica de la Península y en concreto se encuentra en “el centrosuroeste peninsular, fundamentalmente en sierras con extensas formaciones de monte mediterráneo y, en menor medida, en pinares del Sistema Central”. Su población ha crecido en los últimos años, pero sigue en peligro de extinción. Entre sus características se encuentra que su canto a veces se confunde con el graznido del cuervo, tiene un gran tamaño y su pico es muy poderoso. El adulto suele ser marrón muy oscuro y blanquecino en alas, nuca y laterales. Se distingue del águila real en que su cola es más corta y generalmente la lleva cerrada, por ejemplo.
Urogallo cantábrico
El cambio climático, la baja tasa de reproducción, los animales depredadores o con los que compiten por el alimento, las pistas forestales o los parques eólicos son algunos de los factores que han llevado a que esta especie se encuentre en un peligro grave de extinción. Según los datos de MITECO publicados en prensa, en 2018 se contaron 292 ejemplares de esta ave, que viven en su mayoría en las comarcas de Alto Sil y Omañana, así como en el suroccidente asturiano. Esta subespecie del urogallo común se caracteriza por tener una mancha roja alrededor del ojo, plumaje gris y una cola redondeada. Su canto de apareamiento es muy singular y apreciado por los aficionados a la ornitología.
Lince ibérico
Por desgracia, es el felino con más peligro de desaparecer del mundo, aunque gracias a los programas de protección y recuperación actualmente hay más de 1.000 ejemplares en la Península ibérica, de donde es endémico. La cifra supone un 30% más con respecto a 2019, cuando se censaron 855. Se distribuyen por el valle del Guadiana, en Portugal, Sierra Morena, los Montes de Toledo y la zona de Matachel en Extremadura. Los linces tienen varias características que les hacen reconocibles: una cola corta con una borla negra en el extremo, unas orejas puntiagudas que terminan en pelos rígidos y patas largas. No son muy grandes (un macho adulto pesa alrededor de 12 kilos y una hembra unos 9 kilos) y se alimenta esencialmente de conejos.
Carmen López