La cabaña en el bosque que enamoró a Manuel Carrasco
Escrito por
05.04.2022
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“Al principio piensas que es una broma, cómo va a venir Manuel Carrasco a mi casa”, dice María, propietaria de la cabaña que el cantante eligió para rodar su videoclip “Llámame loco”.
Aisladas entre el oasis de árboles, en la árida sierra de la Paramera (Ávila), están los Apartamentos Turísticos Matagacha. Cuatro cabañas que se mimetizan con el entorno, tanto con su arquitectura como por la experiencia que ofrecen: aquí se viene a descansar. Solo los pájaros, o el crepitar de las hojas de los árboles, son capaces de romper el silencio.
El lugar parece de película. Y eso debió de pensar Manuel Carrasco cuando, junto con su equipo, decidieron que la cabaña en el bosque de Matagacha sería el escenario perfecto para una historia de amor, o más bien de desamor.
Allí se trasladaron un 4 de noviembre, justo después del puente de Todos los Santos. “Nevaba y llovía, Manuel Carrasco pasó mucho frío”, nos cuenta María por teléfono. “Yo les decía: Habéis pedido un día gris y os lo he dado. Los managers se ponían hasta mantas en la cabeza y, cada vez que paraban de rodar, a Carrasco y a la modelo también tenían que taparlos”, recuerda.
El rodaje se realizó bajo la máxima discreción, ya que ni los vecinos de Villaviciosa, pueblo al que pertenecen los alojamientos, se acercaron a ver al cantante. “Esto es un pueblo de 50 habitantes, por lo que todos sabían del rodaje. Ellos contrataron el catering en Solosancho. Sin embargo, los vecinos sabían que los productores no querían que se filtrase nada y se portaron muy bien”.
Tal y como se puede ver en el vídeo, la cabaña Matagacha está construida en madera. Cuenta con un amplio salón con chimenea, cocina amueblada, comedor, habitación con terraza acristalada y bañera de hidromasaje y porche. Un destino de lo más romántico para compartir en pareja o, en el caso de Manuel Carrasco, de ser nostálgico.
Las otras tres cabañas, aunque no aparecen como escenario en el vídeo musical, también se convirtieron en un set de rodaje: “Una de ellas se utilizó como vestidor y como sala de maquillaje; otra fue el comedor de los descansos”, nos explica María. “Es curioso porque estás preparando café a Carrasco y al hijo de Rafael (productor musical) y piensas: madre mía, cómo han acabado aquí”.
Las cabañas están separadas entre sí en una finca de 8.000 metros cuadrados en la sierra de Solosancho, por lo que son perfectas si se busca intimidad. Están rodeadas de naturaleza y la finca es como un oasis con árboles. Entre sus instalaciones cuenta con dos piscinas, barbacoa y una zona de columpios. También dispone de bicicletas para recorrer los alrededores.
Según María, antes de la pandemia casi todos los viajeros que visitaban los Apartamentos Turísticos de Matagacha eran familias, aunque ahora cada vez hay más parejas. Pocos son los que vienen por haber reconocido la cabaña en el bosque del videoclip de Manuel Carrasco. “Me pesa no haberles dicho que nos mencionaran en el vídeo”, lamenta mientras reconoce que el rodaje fue una gran experiencia que estaría dispuesta a repetir. “Todos fueron muy agradables y me integraron en el equipo”.
Ruta de castros y castillos
Aunque cuando pensamos en Ávila, inevitablemente, lo primero que se nos viene a la cabeza es la sierra de Gredos, esta provincia castellana situada a solo hora y media de Madrid tiene muchísimo más que ofrecer.
En la sierra de Solosancho, a solo 300 metros de las cabañas de Matagacha, está el castro de Ulaca, “el más grande de Europa en extensión”, dice María. Un castro vetón que data de la Edad de Bronce y que cuenta con un altar de los sacrificios. La enorme roca tiene varios escalones tallados por donde discurrían los fluidos de los animales sacrificados. También contaba con un santuario y una sauna, además de dos canteras de donde se extraían las rocas. El castro de Ulaca forma parte de la Ruta de los Castros, que incluye también los de Las Cogotas o la Mesa de Miranda.
La zona, además, también guarda reliquias de la Edad Media. A través de la Ruta de los Castillos se pueden conocer algunas de las fortificaciones que salpicaron las tierras de Ávila en el siglo XV. Uno de los más populares es el de Manqueospese, en el valle de Amblés. “Su leyenda de amor es muy bonita”, dice María. “Trata sobre una pareja que separaron. A él lo llevaron al castillo, a ella a la muralla de Ávila. Pero entre ellos se hacían señales con espejos. El castillo se llama Manqueospese porque él decía: mal que os pese la veré. Está abandonado, pero se puede ver por fuera”.
La sierra de Solosancho también es un paraíso para los amantes de la ornitología, pues la sobrevuelan numerosas especies de aves. Desde la finca de los Apartamentos Turísticos Matagacha hay numerosos caminos que, según María, “llegan hasta el infinito”. Pues son caminos inmensos, sin fin, tranquilos, donde solo se oye el agua del estanque. “No hay coches. Esto es naturaleza y tranquilidad”, comenta.
Un lugar que, con la lluvia, huele a las jaras de la finca.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
Un paraje excepcional, no me extraña que la eligiera para su videoclip. La verdad es que cada vez se aprecia más este tipo de entornos rurales y no es para menos. La mejor opción para descansar y disfrutar de la naturaleza, sin lugar a dudas.
Hola , me gustaría saber si tenéis casita para compartir con nuestras mascotas, pra que puedan disfrutar de espacio para poder disfrutar, con nosotros por supuesto. Un saludo 👋