Castillo de la Mota: así es la prisión donde estuvo encerrada Juana la Loca
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11.08.2023
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Hay un lugar en la provincia de Valladolid que tiene un castillo impresionante. Esto no les dice mucho porque hay unos cuantos castillos por esas tierras, pero pocos han tenido presos entre sus muros a personajes tan ilustres como Juana de Castilla o César Borgia. Hablamos del castillo de la Mota, en Medina del Campo, que merece una visita por sí sólo, pero que la merece aún más tras saber lo que vivió ahí la reina conocida como Juana la Loca.
El castillo fue construido por los Fonseca en torno al año 1440, y cuando los Reyes Católicos llegaron al poder unas décadas más tarde lo convirtieron en un baluarte contra los musulmanes. El castillo de la Mota es uno de los más representativos entre los construidos con ladrillo.
La planta del castillo es poco habitual y esto se debe a que se levantó sobre una fortificación anterior. Su alta torre del homenaje y su muralla exterior son los elementos más características del castillo. Esta última, pensada ya para la defensa de las armas de fuego, para la nueva artillería que comenzaba en su época.
Una mota es una pequeña elevación del terreno
Por cierto, se llama castillo de la Mota por estar en un pequeño cerro. Según la RAE, una mota es una elevación del terreno de poca altura, natural o artificial, que se levanta sola en un llano. Hecha esta breve introducción sobre el propio castillo, vayamos a la historia.
Cómo acabó allí presa Juana de Castilla es una apasionante historia de amor y de política. La vida de esta reina que nunca llegó a reinar de verdad está repleta de momentos extraños, de conspiraciones, de desencuentros y de tristeza. Su niñez fue la normal para una de las hijas de los Reyes Católicos.
Buena formación y preparación para ser relevante en lo más alto de la vida medieval. Siguiendo ese camino trazado de antemano, en 1497 fue enviada a Flandes para casarse con el archiduque de Austria, Felipe el Hermoso. Como era de esperar, un matrimonio pactado por sus padres dentro de la partida de ajedrez que jugaban por el poder en Europa.
Los Reyes Católicos buscaban con el matrimonio de su hija unir las casas de Borgoña y Habsburgo a sus intereses, y estrangular así a su gran enemigo en aquel momento, Francia. Ese matrimonio pactado, por lo que parece, estuvo además dotado de amor, o al menos cariño, entre Felipe y Juana. Pero aquí comenzaron los desastres en la vida de la pobre Juana.
Juana tuvo que volver a España y convertirse en heredera al trono
Los Reyes Católicos tuvieron 5 hijos, de los que Juana era la tercera. En aproximadamente un año murieron los dos hermanos mayores de Juana, lo que colocaba la corona de Castilla sobre la cabeza de ella. Esto ocurrió en el año 1502. Su madre, Isabel la Católica, le pidió que volviera de Flandes a su tierra natal para preparar la sucesión. Así lo hizo, acompañada de su marido, y se comenzó a disponer todo y hacer los trámites para que se reconociera por parte de los nobles y los poderes a Juana como heredera al trono.
Su marido, Felipe, estando ella embarazada de su cuarto hijo y cansado de ser tan sólo el consorte de Juana, volvió a Flandes seis meses después de su llegada. Juana se quedó en su país natal, si bien de manera un poco reticente. Pero quizás su presencia era necesaria, porque no todas las entidades y personas con algo que decir en Castilla eran partidarias de que Juana heredara el trono. Además, se empezaba entonces a pensar que Juana podría ser demasiado inestable como para dirigir un enorme reino como era Castilla. Es posible que su “locura” se exagerara interesadamente por algunos, pero su comportamiento tampoco la beneficiaba.
En esos meses posteriores a la marcha de su marido Felipe a Flandes, es cuando Juana fue recluida en el castillo de la Mota, en Medina del Campo. Y allí pasó unos dos años cautiva. Es triste saber que llegó a Medina del Campo algo engañada. Le pidieron que viajara hasta allí para que descansara unos días en el castillo antes de partir hacia Flandes. Y en lugar de disfrutar de ese descanso, acabó siendo prisionera.
Ella quería dejar el país y viajar a Flandes para reunirse con su esposo, pero Isabel, su madre, se oponía a ello y eso condenó a Juana al encierro forzado. Estaba en juego quién heredaría la corona y eso hizo que los encontronazos entre ambas fueran constantes y duros.
Juana de Castilla fue reina nominalmente durante 50 años pero no llegó a ser reina de verdad
Para aquellos que apuntaban a la locura de Juana como barrera para que ejerciera como reina, el encierro fue una ayuda. Por ejemplo, una de las noches más duras del invierno vallisoletano, Juana estuvo hasta pasada la medianoche deambulando por los exteriores del castillo, sin calzado y sin ropa de abrigo. Es complicado establecer antes estos hechos si estamos ante una depresión, ante intereses que exageraron los actos o ante un cierto grado de locura. En cualquier caso, Juana ganó el apodo de La Loca para la historia y perdió su libertad.
Al final Juana obtuvo el permiso para viajar a Flandes para establecerse de nuevo junto a su marido, pero a cambio perdió gran parte de la fuerza que tenía frente a sus detractores para proclamarse reina de Castilla cuando su madre faltara.
La reina Isabel la Católica murió en Medina del Campo en 1504, pero no en el castillo, sino en una construcción que hoy está en la Plaza Mayor y que se conoce como el Palacio Real Testamentario. En su testamento, la reina Isabel seguía apuntando a su hija como posible heredera, pero ya dejaba escrito que, si no era capaz de gobernar bien su reino castellano, este debería ser gobernado por Fernando el Católico en una regencia.
Y así, entre dudas y certezas de la locura de la reina, esta nunca pudo reinar. Primero su padre, Fernando el Católico, y luego hijo, Carlos V, la mantuvieron alejada del poder real. En 1509 Juana fue recluida en Tordesillas y allí murió en 1555.
Más tarde el castillo de la Mota se convirtió en una prisión, podríamos decir que con ciertos lujos, a la que iban personajes importantes. Entre ellos, por ejemplo, César Borgia, el hijo del famoso papa Borgia, que cayó preso del Gran Capitán en Nápoles y fue encerrado allí. Acabó huyendo del castillo tras ser ayudado por el conde de Benavente y huyó a Navarra, donde reinaba su cuñado. Por cierto, ya hablamos en una ocasión de la agitada vida de los restos de César Borgia en Viana, Navarra.
Otro preso ilustre fue Hernando Pizarro, hermano del conquistador Francisco Pizarro, que pasó en el castillo muchos años condenado por asesinato.
El castillo de la Mota se puede visitar durante todo el año, desde la web oficial recomiendan que se reserve antes de llegar.
Manuel Jesús Prieto