Vila Viçosa, la princesa del Alentejo que está a menos de una hora de Badajoz

Se la conoce como la princesa del Alentejo por su vasto e importante patrimonio. Vila Viçosa, una villa portuguesa a menos de una hora de Badajoz, es un auténtico museo. Guarda algunas de las más bellas reliquias de la historia de Portugal, contada a través de sus iglesias, conventos, palacios, museos y las propias calles y vecinos.

A lo largo de los siglos, Vila Viçosa fue ocupada por romanos y musulmanes. Fue conquistada por el reino de Portugal en 1217, durante el reinado de Dom Alfonso II. En 1270 recibió el fuero de Dom Alfonso III, cambiando su nombre de Vale Viçoso a Vila Viçosa.

El nombre de Vila Viçosa se debe a la fertilidad del suelo y a los encantos de su territorio -la palabra viçosa significa exuberante, lozano y lujoso. Además de su rico patrimonio, esta localidad de Alentejo también destaca por su mármol, que tiene un papel fundamental en la economía de la región.

Te dejamos 10 razones para visitar Vila Viçosa.

1. Paço Ducal

Una visita a Vila Viçosa no está completa sin visitar el Paço Ducal, el monumento más emblemático de la localidad. Su construcción se inició en 1501 por orden de Dom Jaime, cuarto duque de Bragança. Pero las obras que le dieron la grandeza y características que hoy conocemos continuaron a lo largo de los siglos XVI y XVII.

Durante siglos fue sede de la Casa de Bragança, importante familia noble fundada en el siglo XV, que se convirtió en la casa gobernante de Portugal, cuando el 1 de diciembre de 1640 el octavo duque de Bragança, Dom João IV, fue proclamado rey de Portugal.

Se trata de una de las obras maestras de la arquitectura civil portuguesa de la Edad Moderna, suponiendo que su diseño se debe al arquitecto real Nicolau de Frias, quien inició el proyecto hacia 1577.

La fachada, de 110 metros de longitud, está completamente revestida de mármol local. El Paço Ducal cuenta con más de 50 salas abiertas al público, con colecciones de pintura, escultura, muebles, tapices, cerámica y joyería.

2. Casa dos Arcos

También conocida como Palácio Matos Azambuja, la Casa dos Arcos es un edificio noble ubicado en el centro de Vila Viçosa.

Fue construido en 1599 por nobles probablemente relacionados con la Casa de Bragança, ya que este edificio se encuentra muy cerca del Paço Ducal.

3. Castillo

Otro de los ex libris de Vila Viçosa es el castillo medieval. En una posición dominante sobre la ciudad, cerca de la vertiente noreste de la sierra de Ossa, el castillo de Vila Viçosa se eleva sobre una colina naturalmente defendida por los arroyos Ficalho y Carrascal.

Se cree que la construcción del castillo se inició cuando Dom Alfonso III entregó el fuero a Vila Viçosa, en 1270. Posteriormente, su hijo y sucesor, Dom Dinis, dio un eficaz impulso, terminando su construcción y levantando el vallado de la villa.

El castillo sufrió intervenciones de consolidación y restauración en distintos momentos a lo largo del siglo XX, habiendo servido durante algunos años como posada. Actualmente alberga el Museo de la Caza y el Museo de Arqueología.

4. Santuario de Nossa Senhora da Conceição

También es dentro de las murallas medievales del castillo donde se encuentra el santuario de Nossa Senhora da Conceição. Allí dentro está la imagen original que recibió la corona de Portugal de las manos del rey Dom João IV, convirtiéndose en patrona y reina de Portugal. 

La iglesia fue fundada por el noble y general Nuno Álvares Pereira, tras la victoria portuguesa en la batalla de Aljubarrota, en 1385, contra el reino de Castilla. La imagen de la patrona, que aún se encuentra en el santuario, fue ofrecida por el general que la adquirió en Inglaterra.

El templo, que es a la vez la iglesia principal de Vila Viçosa, data de la renovación realizada en 1569, durante el reinado de Dom Sebastião. Es un gran edificio de tres naves, donde predomina el mármol regional como material de construcción.

5. Tapada Real

La Tapada Real también se debe a Dom Jaime que, hacia 1515, protegió con una muralla una finca situada entre los arroyos Borba y Asseca, donde predominaban los bosques de alcornoques y encinas.

Los sucesores del cuarto duque de Bragança ampliaron y cercaron la propiedad, transformándola en un gran parque recreativo -el mayor espacio amurallado de Portugal-, de seis kilómetros de largo y más de tres kilómetros de ancho.

Con una superficie de más de 1.500 hectáreas, la Tapada Real ocupa un terreno que atraviesa los municipios de Vila Viçosa, Borba y Elvas. El terreno siempre ha estado poblado por ciervos, gamos y jabalíes, que eran cazados por los monarcas de la Casa de Bragança.

La Tapada Real cuenta también con tres ermitas -Santo Eustáquio, São Jerónimo, Nossa Senhora de Belém- y una mansión construida por Dom Teodósio I en 1540, junto al arroyo Borba.

6. Iglesia y Convento das Chagas

Construido en 1514 por Dom Jaime para ser el panteón de las duquesas de Bragança, el Real Convento das Chagas de Cristo, como también se le conoce, fue ocupado en 1535 por las hermanas clarisas del monasterio de Nossa Senhora da Conceição de Beja. Allí se reunían jóvenes de la mejor nobleza del reino para adentrarse en la vida religiosa, muchas de ellas nacidas de relaciones extramatrimoniales.

A pesar de la sencillez característica de esta orden religiosa, las numerosas donaciones transformaron este convento en uno de los más prósperos y opulentos de Portugal. El interior de la iglesia -clasificada, desde 1944, como monumento nacional, junto con los claustros del convento- está completamente revestido de azulejos policromados que datan de 1626. El altar mayor es rico en tallas doradas y pinturas del siglo XVI.

7. Convento e iglesia dos Agostinhos

Frente al Paço Ducal se encuentra el Convento e Iglesia dos Agostinhos, cuya construcción se inició en 1267, durante el reinado de Dom Alfonso III, bajo la advocación de Nossa Senhora da Graça. Este fue el primer convento que se estableció en Vila Viçosa.

Al inicio de la construcción del Palacio Ducal (1502), el convento fue reestructurado por orden de Dom Jaime y su fachada daba al Terreiro do Paço. 

La iglesia de estilo barroco se convirtió, a partir de 1677, en el panteón de la memoria de los duques de Bragança, albergando en su interior la tumba del primer duque de Bragança, Dom Alfonso.

8. Museos

Vila Viçosa también es rica en museos que preservan viva la memoria de las tradiciones y costumbres de la región para que no se pierda la riqueza de este legado.

Además del ya mencionado Museo de la Caza y Arqueología, que se encuentran en el interior de la fortaleza del castillo, también destacamos el Museo del Arte Sacro en la antigua iglesia del Convento de Santa Cruz y el Museo Agrícola y Etnográfico en la antigua estación de ferrocarril. Hay también el Museo del Mármol y el Museo del Estaño, este último dedicado a Apeles Caetano Coelho, un hijo de la tierra que se consagró como el mejor artesano del estaño de Portugal.

9. Iglesia de São João Evangelista

En la plaza de la República se encuentra este templo del siglo XVII, también conocido como Iglesia del Colegio o de São Bartolomeu, construido por orden de los duques de Bragança (1636) para albergar el colegio jesuíta de São João Evangelista, fundado en 1601.

La imponente fachada, revestida de mármol local, está dividida por tres filas de ventanas y otros tantos portales flanqueados por columnas dóricas. Flanqueada por dos campanarios cuadrangulares, la fachada conserva también el reloj colocado allí en 1822.

En su interior, el templo es un ejemplo clásico de la arquitectura barroca, destacando el retablo del altar mayor realizado en madera dorada por Bartolomeu Gomes en 1726.

10. Iglesia da Lapa

En Campo da Restauração, también conocido como Carrascal, está el santuario de Nossa Senhora da Lapa, un templo barroco de peregrinación construido entre 1756 y 1764. El uso del mármol también marca la diferencia en esta construcción. Es uno de los monumentos de la arquitectura barroca más representativos de la región.

Clasificada como monumento nacional desde 1910, esta iglesia data de las primeras décadas del siglo XVI. Inicialmente construida cerca del monasterio de Santo Agostinho, fue trasladada a mediados del siglo XIX al Campo do Carrascal, donde se encuentra actualmente.

Delante de la iglesia hay una cruz de piedra, que está dividida en dos partes abrazadas por la serpiente, en alto relieve, en una representación muy rara del Salvador crucificado. Una figura que simboliza la redención del pecado y la esperanza de la salvación.