Kaos temple, la iglesia asturiana para skaters
Escrito por
20.04.2016
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En la iglesia de Santa Bárbara de Llanera (Asturias) no tañen las campanas, sino que restañan los golpes de los patines contra las rampas. Hay ecos, pero no de murmullos ni de confesiones en voz baja, sino del caos de un concierto de voces y derrapes propios de un centro social. La liturgia solemne hoy es informal en la iglesia de Llanera y la luz, que iluminaba santos, filtra formas geométricas, dispares, y formas orgánicas.
Okuda, nombre artístico de Óscar San Miguel (1980, Santander), pintó la iglesia con sprays durante una semana y a razón de 12 horas de trabajo diario. Dice que es su capilla sixtina personal y que se enamoró de la simetría perfecta entre las rampas de abajo y la bóveda de arriba. Bautizó la obra como Kaos Temple y se financió mediante crowfunding y el apoyo de marcas comerciales: Redbull, Montana Colors (sprays) y Miller (skates).
La iglesia llevaba décadas abandonada. Hace cuatro años, unos skaters conformaron la Church Brigade y construyeron dentro algunas rampas. Pero en el horizonte nunca hubo una obra de arte.
Un amigo común entre los chicos de la Church Brigade y Okuda San Miguel los puso en contacto. Okuda viajó de Santander a Asturias durante la Semana Santa de 2015 y se enamoró del espacio. Se puso en marcha todo por el mecanismo menos habitual: el instinto. En el crowfunding reunieron 24.514€
«Representa una colorida y asimétrica rosa de los vientos que nos viene a decir que no importa dónde estés o lo que estés haciendo. Lo importante es tener tus propias referencias para conseguir tus metas», señalan los organizadores del crowfunding. Reflexiona, elige tu camino y, mientras tanto, patina. A Okuda este espacio le hizo pensar en algo parecido al caos.
Esta iglesia sigue siendo un lugar de reunión, peregrinaje y reflexión. Agita la cultura. Reivindica lugares comunes y en desuso. Promociona nuevos espacios para el arte. Estimula la reunión.
Y también agrupa detractores: hay quien pide respeto por los lugares sagrados.
El artista respondió a los contrariados en El País: «He tratado con mucho respeto el lugar y todo está hecho de corazón. No creo que sea una falta de consideración hacia los creyentes, porque no tiene ningún componente ofensivo para la religión”.
La iglesia se construyó en 1912 y se abandonó en la década de los ’60. Se encuentra en el polígono industrial de Asipo, frente al Museo de Fernando Alonso.
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