El pueblo que resucitó gracias a una asociación ornitológica
Escrito por
29.08.2024
|
10min. de lectura
Índice
Si algo tengo claro, es que España no te la acabas. Igual te encuentras un pueblo que se vuelve viral por su amor a Bruce Springsteen como a otro que exorciza a sus habitantes 24 veces al día desde la campana del ayuntamiento. Y cuando crees haber visto casi de todo, descubres que hay un pueblo en Teruel que tiene 100 fuentes para 134 habitantes. Pues bien, ahora resulta que en el valle de Compludo, (León) hay un pueblo que resucitó gracias a una asociación ornitológica y pasó de ser un auténtico cementerio rural a un bello campo de mariposas y aves. ¿Nos acompañas?
Nadie ponía en duda que aquello era el c’est fini de Palacios de Compludo. Corría el año 1987 y sus dos últimas habitantes, dos ancianas agotadas, hacían sus maletas para marcharse a Ponferrada. Aquellos caminos embarrados y empinados ya no eran aptos para ellas. Tras su marcha, el pueblo se convirtió en un padrón vacío y en un blanco fácil para el furtivismo, los saqueadores y las llamas provocadas por algún que otro pirómano que rondaba la zona.
«Ayúdenme a salvar Palacios de Compludo»
Recuerda el nombre de Francisco Beneitez, ‘Quico’, porque será una pieza clave en esta historia. También, el de Miguel Ángel Gallego, presidente de la Asociación de Estudios Ornitológicos de El Bierzo Tyto Alba, formada por más de un centenar de personas, en su mayoría biólogos, ambientalistas e ingenieros forestales, entre otros voluntarios. Ellos (perdón por el spoiler inesperado) serían quienes devolverían a la vida el pueblo abandonado.
Fue en el año 1992 (después de varios años sin que nadie habitase el pueblo) cuando la asociación Tyto Alba recibió una llamada desesperada de Beneitez, comunicando que las cabras se habían comido los 300 nogales que semanas atrás la asociación había dado para plantarlos en Palacios de Compludo, una aldea situada al sur del municipio de Ponferrada.
«A los pocos días me veo subiendo en un Lada Niva por una pista forestal con largos tramos cubiertos de capas de hielo. El paisano Quico, de unos 70 años, mantiene firme el volante a duras penas y me dice que no me preocupe, que para bajar es peor», explica Miguel Ángel Gallego.
A Quico, –cuenta el presidente de Tyto Alba a EscapadaRural– «lo abandonaron sus padres con solo cinco años y tuvo que buscarse la vida por la zona con el pastoreo». Y aunque nunca tuvo propiedades allí, se dejó la piel para convencernos de que lo ayudásemos a reforestar el monte y revivir el pueblo. «Nos decía que había muchas águilas reales en la zona y todo lo que se le ocurría para intentar salirse con la suya. Nos convenció a base de jamón y vino», bromea Gallego. «La verdad es que tenía capacidad de liderazgo el paisano».
Nos convenció a base de jamón y vino
Miguel Ángel Gallego, presidente de Tyto Alba
En menos de un año se había constituido la asociación de propietarios El Nogal, que agrupó prácticamente a todos los propietarios de la localidad, y en la que Tyto Alba se integró llevando la secretaría, con el objetivo de sacar el ganado, reforestar el monte e intentar recuperar el pueblo.
Pues a los nogales se fueron sumando cerezos y después castaños y pinos, mientras que en el pueblo se empezaron a restaurar las primeras ruinas y a desbrozar calle a calle. Aquello empezaba a tener vida.
¿Quieres ver parte del resultado?
Se firmó un acuerdo de colaboración para conservar el enclave entre Tyto Alba, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), la Asociación de vecinos El Nogal y el Ayuntamiento de Ponferrada (propietario del monte).
Y así fue como se estableció la primera reserva ornitológica de la montaña cantábrica, con una superficie de 969 hectáreas. En ella, detalla Tyto Alba, se ha registrado la presencia de más de 80 especies de mariposas diurnas, 4 especies de anfibios, 11 de reptiles, 93 especies de aves y 25 de mamíferos.
Un dato importante que destaca el presidente de Tyto Alba es que «desde la creación de la reserva no ha habido ningún incendio, un hecho insólito en un Bierzo devastado cada verano por los fuegos», celebra.
Un pueblo que resucitó y se convirtió en el lugar más estudiado del Bierzo
Otro de los motivos que hizo realidad el proyecto, según Miguel Ángel, fue el acuerdo alcanzado con la Universidad de León. «Uno de sus catedráticos, Francisco Purroy, ‘Pancho’, fue un personaje clave porque se compró una casa en Palacios y envió a muchos estudiantes a la zona», explica. «Imagínate, aquello pasó de estar abandonado a ser el lugar más estudiado de todo el Bierzo. Allí se estudiaron los pájaros, las mariposas, las lagartijas. Vamos, se estudió todo».
Esta actitud proactiva y positiva generó un ambiente favorable que fomentó que los vecinos reconstruyesen sus antiguas moradas, respetando la arquitectura de balconadas de castaño, muros de piedra viva y tejados de pizarra. «También compraron ruinas y las adecuaron como residencia de vacaciones varias personas de fuera. Sobre todo, de Madrid, atraídas por la naturalidad del paisaje».
Ahora, es habitual ver a grupos de visitantes recorriendo las calles de Palacios de Compludo, disfrutando de su historia, de su entorno, de su fauna y de las actividades que Tyto Alba organiza para conectarlos con el medio. Entre ellas, la liberación de pájaros capturados en las redes, el anillamiento científico de aves o talleres de murciélagos, en los que los participantes visitan casas viejas para la observación de murciélagos y realizan una salida nocturna para identificar especies mediante el uso de detectores de ultrasonidos.
Ruta Valle del Oso
Desde Palacios de Compludo parte una ruta circular de 4 kilómetros de longitud y escaso desnivel que atraviesa diferentes ecosistemas, como el pequeño encinar de la solana, la umbría del bosque de ribera, el gualtón o cascada (en este caso, el de arriba), el melojar y el bosque mixto. Además, se pueden apreciar las huellas dejadas por los diferentes usos tradicionales realizados por el hombre durante el siglo pasado.
La adecuación de esta ruta interpretativa ha sido realizada por voluntarios y escolares y ha requerido de actuaciones como desbroces para su apertura y mantenimiento, plantación de frutales silvestres, construcción de escaleras realizadas en piedra para salvar ciertos desniveles, señalización con tablas talladas en madera, instalación de cajas-nido y de pequeños paneles sobre los usos tradicionales, etc.
Miguel Ángel Gallego ha explicado a EscapadaRural que, aunque habitualmente la senda puede estar algo invadida por la vegetación, en estos momentos se encuentra totalmente desbrozada, por lo que es transitable al 100%.
Esta ruta no presenta dificultades técnicas reseñables que no sean las de caminar con precaución por senderos pequeños con fuertes pendientes hacia el valle en algunos tramos. También tener sentido común para saber desistir cuando las condiciones climáticas no sean las más adecuadas para andar por esta zona y prestar atención a lo que te vas a encontrar.
Conoce los «gualtones»
Gracias al tesón de Quico y a la empatía de Tyto Alba, muchos viajeros están siendo testigos de un auténtico espectáculo natural escondido en ese trocito de valle que un día pasó a la historia. El colectivo conservacionista ha explicado a EscapadaRural cómo paulatinamente se fue reforestando el monte y dotándolo con alguna que otra pasarela de madera para que puedas contemplar con tus propios ojos un auténtico regalo de sonido y agua en el corazón del Bierzo.
Gualtón de arriba, Gualtón de abajo y Gualtón de enmedio. Sí, estamos de acuerdo con Miguel Ángel en que nadie se estrujó mucho los sesos para nombrarlos. Y ni falta que hace.
Bienvenidos al Gualtón de Arriba
Después de ver esto no sé si querrás abandonar el lugar porque parece sacado de un sueño. Eso sí, te conviene saber que el de arriba no es el único ‘gualtón’ o cascada que podrás ver en la zona (tampoco la más espectacular, según Miguel Ángel. De hecho, a lo largo de la ruta del Valle del Oso existe la posibilidad de hacer desvío para ver el Gualtón de enmedio. «El de abajo tiene un acceso más complicado y por eso es el menos visitado, aunque el más bonito», reconoce el presidente de Tyto Alba.
Gallego considera que el valle de Compludo es uno de los mejor conservados de los montes Aquilianos. Extensos robledales, encinares, castaños centenarios y bosques de ribera que jalonan ríos limpios y libres han permitido la reproducción de una importante fauna.
«Aquí vive el águila real, el lobo, la nutria y el desmán, claros referentes de una naturaleza bien conservada. Núcleos rurales con una arquitectura rural prácticamente inalterada, con balconadas de castaño, losa irregular y piedra vista. Edificios singulares y numerosos rincones cargados de historia completan la riqueza de estos parajes». Así resume Tyto Alba la resurrección de Palacios de Compludo, un lugar que pasó de ser un auténtico cementerio rural a un campo de agua, aves y mariposas.
Verónica Gómez
Periodista, madre de Hugo y Enzo a tiempo completo e investigadora incansable, diría que hasta cuando duermo. Antes en Crónica Global, El Liberal y El Mundo Catalunya
Es precioso el sitio y cuanta agua,me recuerda a Primout
Muchas gracias por su comentario Adela. Totalmente de acuerdo, es un lugar impresionante digno de visitar.
Así se recuperan los pueblos deshabitados. Muchas gracias por toda vuestra lucha, por todo o que habéis conseguido. Esto lo mando para un lugar en la provincia de Lugo.
He comprado en Aldea San Mamede (A Fonsagrada) una casa rural de 1840. Sé el esfuerzo y dedicación (amor) que requiere rescatar semejante gigante de piedra.
Les admiro y felicito por vuestra obra, en todo sentido y aspecto, en particular por la fauna y flora del lugar!
Podíais incluir «La Herrería de Compludo»… con toda su historia claro….
https://www.moncloadesanlazaro.com/herreria-de-compludo/