Hay múltiples razones para pensar en Cáceres como destino para una escapada, sea cual sea la época del año. Su patrimonio histórico-artístico, sus paisajes, su historia y su gastronomía atraparán a cualquier tipo de viajero. Y es que, visitar esta provincia y recorrer los bellos pueblos que la componen es un auténtico lujo. EscapadaRural te muestra en este artículo 8 de los pueblos más bonitos de Cáceres.
Cabezuela del Valle
Uno de los pueblos de Cáceres que destaca por su belleza es Cabezuela del Valle, ubicado en pleno valle del Jerte. Una de las joyas que oculta esta icónica localidad es su precioso casco histórico, que rompe con la estructura lineal de los demás pueblos del valle siguiendo en este caso una forma triangular. Sus pequeñas callejuelas, construidas sobre cuestas pronunciadas, son un testimonio del pasado medieval de este emplazamiento.
Uno de los edificios más insignes es la iglesia de San Miguel Arcángel, que presenta un retablo de gran valor artístico y está construida sobre la antigua sinagoga hebrea.
Pero más allá del centro histórico hay otras ubicaciones de gran belleza natural, no muy lejanas, como las numerosas piscinas naturales. Dentro del término municipal hay hasta seis zonas de baño por el paso del río Jerte, que discurre en paralelo a la calle principal y baña esta paradisíaca región, dando vida a pozas, gargantas y cascadas.
Otra de las curiosidades que alberga este pueblo del valle del Jerte es su actividad agrícola, que se remonta a su pasado árabe, cuando empezaron a cultivarse cerezas. Un fruto que cuenta con su propio museo en un edificio histórico ubicado en la calle Hondón de la localidad.
Hervás
Cambiamos de valle y nos situamos en el de Ambroz. Allí se encuentra Hervás, otro de los pueblos favoritos del viajero. En esta población de la provincia de Cáceres residen 3.907 habitantes. También este hermoso pueblo puede presumir de pasado hebreo. Una de sus curiosidades es que su judería es una de las mejor conservadas de toda Europa. En esta zona, la más desnivelada de la ciudad, se encuentra una de las calles más estrechas de España, de solo 55 centímetros.
De hecho, si das un paseo por el barrio judío descubrirás su arquitectura típica y quedarás atrapado por sus calles estrechas. Al parecer, algo pensado hace siglos para protegerse de las inclemencias meteorológicas. Además, se construía con pocos materiales y, en general, las plantas bajas de las casas del barrio judío suelen ser de piedra y la primera planta de adobe, además de madera de castaño.
Los orígenes de Hervás se remontan al siglo XII. Una de las tradiciones que sigue celebrándose cada verano. Es la fiesta de Los Conversos, un espectáculo teatral donde los vecinos dan a conocer la cultura y gastronomía sefardí, que antaño fue protagonista del municipio. A pesar del edicto de expulsión por parte de los Reyes Católicos en 1492, se ha mantenido como una de las partes que componen el alma del pueblo.
Jarandilla de la Vera
Los turistas que visitan la comarca de la Vera suelen detenerse en Jarandilla de la Vera, un destino conocido por su riqueza natural. Rodeado de montañas y bosques de castaños, robles y encinas, un entorno natural, ideal para un retiro relajante y de desconexión. Además, cercano a puntos de interés arquitectónico como el monasterio de Yuste, la iglesia fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la iglesia renacentista de San Agustín, el castillo de los Condes de Oropesa o las ermitas que salpican sus alrededores.
Asimismo, destaca el puente medieval de Jaranda o el antiguo convento de San Francisco, ya en ruinas. También es la ubicación ideal para un baño, un paseo por el centro histórico o para adentrarse en la naturaleza a través de sus interesantes rutas y senderos, pues esta hermosa localidad se encuentra oculta entre sierras y gargantas.
Una de las rutas más conocidas y cargadas de historia es la de Carlos V. El emperador que da nombre a este recorrido de 25 kilómetros pasó los últimos años de su vida en el monasterio de Yuste. Cansado de su travesía, emprendió el recorrido más corto desde Tornavacas hasta Jarandilla en lugar del que se hacía habitualmente a través de Plasencia.
Guadalupe, un lugar para comérselo
La localidad de Guadalupe está rodeada de naturaleza, siendo de especial valor el geoparque de las Villuercas, un macizo montañoso donde pueden encontrarse numerosas especies del reino vegetal y animal. De su dehesa se dice que es la más dulce de toda España y produce alimentos de temporada y de gran calidad, lo que ha otorgado a Guadalupe una reconocida gastronomía.
Sin embargo, el monumento más emblemático del pueblo es el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Se trata de la referencia espiritual de toda Extremadura, pues en 1928 la Virgen de Guadalupe fue coronada canónicamente reina de las Españas y, en 1907, patrona de Extremadura.
La fachada principal del monasterio y uno de sus dos claustros son de estilo mudéjar (el otro es gótico). En su interior podrás contemplar obras pictóricas de artistas de la talla de El Greco o del extremeño Zurbarán. El recinto monástico es un auténtico guardajoyas que alberga varios museos con libros, esculturas y obras pictóricas, entre otras reliquias, de incalculable valor.
Granadilla, uno de los pueblos abandonados más bonitos de Cáceres
Granadilla es considerado uno de los pueblos abandonados más bonitos de España. De orígenes medievales, esta villa amurallada fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1950, cuando empezó su rehabilitación. Si das un paseo por sus calles empedradas descubrirás una estampa sin igual ya que el centro histórico está formado por casas de colores.
La localidad fue despoblada por la construcción de un embalse, pero el agua nunca llegó a engullir las casas. Además, Granadilla se convirtió en un auténtico escenario cinematográfico cuando Pedro Almódovar rodó allí parte de una de sus películas, Átame.
La economía rural de este paraje se ha podido dinamizar de nuevo gracias al traslado de estudiantes de formación profesional y aprendices de oficios, a través de un programa de recuperación y utilización educativo de pueblos abandonados (PRUEPA), que permitió rehabilitarlo. El turismo es otro de los motores que, gracias al interés cultural del lugar, ha logrado impulsarlo de nuevo tras su convulsa historia.
Trujillo, uno de los pueblos más bonitos de Cáceres
Calles empedradas, plazas históricas, palacios imponentes y templos góticos y renacentistas. Así es Trujillo, otro de esos pueblos con encanto en la provincia de Cáceres. Y todo ello dispuesto alrededor del punto neurálgico del turismo en su localidad, la plaza Mayor del municipio. Trujillo es una joya oculta llena de arquitectura, historia y gastronomía y con una rica historia que te fascinará.
Rodeando la referida plaza, coronada por la estatua de Francisco Pizarro, se encuentran algunos de los edificios más importantes. Entre ellos, la casa consistorial, la casa de las Cadenas, la torre del Alfiler, el palacio de los marqueses de la conquista o el palacio del Escudo.
Tampoco puedes dejar de visitar el castillo de Trujillo, otro de los tesoros de la ciudad, que ha sido testigo de innumerables episodios históricos a lo largo de los siglos. Su origen se remonta a la época árabe, cuando le construyeron como fortificación defensiva. Con el paso del tiempo ha ido sufriendo modificaciones, adaptándose a las necesidades de la época y reflejando diferentes estilos arquitectónicos.
Durante la Reconquista, cambió de manos entre cristianos y musulmanes en diversas ocasiones. Hasta que, finalmente, le conquistaron los Reyes Católicos en el siglo XV. Este acontecimiento marcó un hito crucial en la historia de la región, consolidando la presencia cristiana en Trujillo y su entorno.
Cuacos de Yuste
Cuacos de Yuste es un escenario magnífico para pasear por sus calles y conocer sus rincones. Uno de los principales tesoros de la ciudad es la plaza Mayor, porticada, con la fuente de los Cuatro Caños en el centro.
Otra plaza que merece la pena visitar es la de Juan de Austria, donde se encuentra la casa del infante, hijo del emperador Carlos V, monarca que pasó sus dos últimos años de vida retirado en el monasterio de Yuste. Es también conocida como “casa de Jeromín”. Se trata de un edificio rehabilitado en el que está la sede de la mancomunidad intermunicipal de La Vera.
Entre sus monumentos destacados, y que no podemos dejar de visitar, están la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde podemos ver un magnífico órgano del siglo XVI realizado en Amberes y traído del monasterio de Yuste.
Plasencia, una ciudad señorial que no te puedes perder
La ciudad medieval de Plasencia es la segunda más grande de la provincia de Cáceres y uno de esos pueblos con encanto que tiene un impresionante patrimonio de palacios señoriales, monumentos y dos catedrales. Entre ellas la catedral de Plasencia, considerada una obra maestra del gótico español.
Pasearás por un lugar rodeado por murallas medievales y encontrarás un centro histórico formado por edificios que te mostrarán la huella que dejaron las diferentes culturas y civilizaciones que han habitado el lugar a lo largo de los siglos.
Esta localidad es bastante conocida por ser la cuna de una de las bandas más importantes del rock español. Sí, te hablo de Extremoduro. Dice uno de sus temas: «ama y ensancha el alma». Pues eso es lo que harás cuando llegues a Plasencia, amarla y recordarla para siempre.
Verónica Gómez
Periodista, madre de Hugo y Enzo a tiempo completo e investigadora incansable, diría que hasta cuando duermo. Antes en Crónica Global, El Liberal y El Mundo Catalunya
Cierto es que en la provincia de Cáceres hay innumerables pueblos bonitos no, lo siguiente y todos los nombrados podrian ser el mas bonito, pero, para mí, como el pueblo de Villanueva de la Vera, no hay ninguno y si la belleza de sus calles, sus plazas, su arquitectura, sus paisajes, su gastronomía, etc, no fuera suficiente para aseverar lo que digo, puedo añadir, la calidez de su gente, la simpatia y la generosidad con el forastero de la que hace gala, ya lo confirma. Y que conste, que no soy del pueblo, ni tan siquiera extremeño, pero pudiendo presumir de conocer España de norte a sur y de este a oeste, Villanueva de la Vera es el pueblo donde mejor me he sentido acogido. Enhorabuena, Partochos, segid así. Un abrazo.