Ruta por las principales juderías de Portugal

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18.04.2018

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7min. de lectura

Sinagoga medieval en Castelo de Vide
Sinagoga medieval en Castelo de Vide. Por StockPhotosArt

Los judíos practicaron en secreto su religión en la Península Ibérica hasta 1492. Pero los Reyes Católicos primero y, después, en 1497, el rey de Portugal D. Manuel, declararon la expulsión de los judíos de la Península. Habían gozado durante siglos de prosperidad, se habían dedicado a las finanzas, a la medicina y promocionaron la cultura propia y locales durante la dominación musulmana.

Los hijos de Sión que se negaron a convertirse al catolicismo y que decidieron quedarse en la Península practicaron su religión entre susurros, detrás de los muros más grandes, en rincones estrechos, en la oscuridad, como sombras. Eran los criptojudíos de Portugal, que mantuvieron su religión y cultura en silencio durante quinientos años.

Por qué deberías visitar las Juderías en Portugal

Castelo de Vide
Castelo de Vide. Por ahau1969

En la Beira portuguesa y en las aldeas medievales como Guarda, Castelo Branco, Trancoso o Belmonte, ha quedado grabada la memoria criptojudía entre las piedras. Una visita por las juderías medievales acercará a los visitantes a la cultura hebrea y a los modos de vida que mantuvieron los judíos con tal de no renunciar a su credo.

El patrimonio judío es testimonio importante de una época. Recorrer esta zona fronteriza con España nos permitirá descubrir la existencia de una comunidad sorprendente. Pasaremos por pueblos medievales, conoceremos antiguas marcas y señales, sinagogas y grandes personajes como Pedro Nunes, el gran matemático y cosmógrafo del siglo XVI.

Los pueblos de los hijos de Sión

Belmonte

Belmonte
Por Rui Vale Sousa

La calle para entrar a Belmonte se llama como su hijo más célebre, Pedro Alvares Cabral, militar considerado como el descubridor de Brasil. Esto ya es una pista de que estamos entrando en una de las aldeas históricas de Portugal. Precisamente, al poco veremos el Museo dos descubrimientos, y si seguimos subiendo con dirección al castillo, nos aguarda la zona histórica, con la judería.

Como otros pueblos de la zona, en Belmonte sentiremos que entramos directamente en la Edad Media. Hay dos teorías para explicar el topónimo de esta villa. Dicen algunos podría ser por la belleza del lugar, un monte bello, o bello monte. Otros defienden que su nombre viene de belli monte, es decir, de un monte de guerra. Ambas podrían ser ciertas.

En Belmonte podremos visitar la sinagoga y el Museo Judaico que han recibido más de dieciséis mil visitantes desde su renovación. El museo consigue su objetivo: mostrar al visitante cómo fue posible que la sociedad judía lograra sobrevivir durante tantos años en la zona manteniendo una relación de armonía con las restantes comunidades.

Guarda

Guarda
Guarda. Por LianeM

Si el viajero pregunta por Guarda, le dirán que es la ciudad más alta de Portugal y que, por ello, se respira en ella un aire de montaña saludable. También le dirán que se le conoce como la “ciudad de las cinco F” porque, en portugués es “Farta, Forte, Fria, Fiel e Formosa” (satisfecha, fuerte, fría, leal y hermosa).

Es posible que también le digan al viajero que sus calles medievales son de gran belleza, que podrá subir hasta el Castillo de Guarda, declarado Monumento Nacional, y que la Catedral de Guarda, en la Praça Luís de Camões, es un espectacular ejemplo de gótico. Dirán todo esto al viajero y también le dirán lo importante que fue su judería.

A muy pocos kilómetros de la antigua frontera, la Judería de Guarda está integrada en la Ruta de las Juderías, junto a la de Belmonte y Trancoso. El viajero llegará a la Plaza Luís de Camões y parecerá que otra época se le abre. El casco antiguo, con casas bajas e iglesia con bellos azulejos, es de los que se pasean lentamente y con admiración.

La entrada principal se encuentra en Quatro Quinas (las cuatro esquinas), conocido así porque es el punto donde convergen tres calles que se cruzan. La comunidad judía de Guarda era muy dinámica y se encargaba de brindar importantes servicios a la población, como por ejemplo: sastrerías, zapaterías, herrerías y carpinterías. La armonía se quebró con la Inquisición y la persecución religiosa.

Castelo de Vide

Castelo de Vide
Fonte da Vila en el barrio judío de Castelo de Vide. Por StockPhotosArt

Arriba de la ladera, desde el castillo medieval, tenemos una vista bellísima de este municipio, con la iglesia en primer plano y el paisaje alentejano alrededor del conjunto de casitas blancas y tejados naranjas que forman el casco antiguo. A nuestra izquierda se ubica la antigua sinagoga.

Es al transitar las estrechas calles entre el Castillo y la Fuente de la Villa (su agua mineral es famosa) que comprendemos que la Judería de Castelo de Vide es uno de los ejemplos más importantes y bellos de la presencia de los judíos en Portugal. Las calles, empedradas y de trazado medieval, revelan con sus nombres la presencia judaica. La Rua Nueva se llamaba así porque en ella vivían los judíos convertidos, los nuevos cristianos.

Si andamos por la Rua do Arçario, sabremos que se llamó así por el tesorero de la comunidad, y si pasamos por la Rua das Espinosas, que sepamos que es en honor al filósofo del S. XVII Spinoza, que, según defienden en el municipio, fue descendiente de un antiguo habitante de Castelo de Vide.

En las juderías hay que fijarse siempre muy bien en las casas, que nos revelan secretos de la comunidad judía. En la de Castelo de Vide podemos ver en el umbral del lado derecho de las puertas pequeñas hendiduras excavadas donde los judíos colocaban un pequeño pergamino afirmando la fe, con el nombre de Dios escrito en uno de los lados y en el reverso, el Shemah (nombre dado a la primera frase del Libro del Deuterónimo, que significa «escucha»).

Trancoso

Una de las aldeas históricas de Portugal más bellas nos permitirá revivir la historia perfectamente ambientados. Dicen de este municipio que es toda una clase de historia en piedra y lo cierto es que entrar por la antigua puerta del Rei, en la muralla que se conserva, nos lleva directos a la esencia de la Edad Media.

Su ubicación estratégica (el formidable castillo y las quince torres de la muralla protegían la zona) hizo que Trancoso fuera esencial en la formación de la actual frontera con España. El laberinto de calles empedradas nos conduce al centro de la aldea, donde se encuentra la Iglesia de São Pedro. En ella descansa un misterioso personaje, el Bandarra, un zapatero y poeta que profetizó la pérdida de la independencia de Portugal en 1580 y su restauración en 1640.

En el s. XV habitó en Trancoso una importante comunidad judía que contribuyó en gran medida al desarrollo del comercio. Su testimonio es visible si aprendemos a mirar la arquitectura y las casas con dos puertas (la ancha era la entrada en la tienda y la estrecha, la entrada a la residencia). En los laterales de las puertas las marcas muestran cruces, estrellas de David y palabras hebreas que guardan parte de la memoria de las principales juderías de Portugal.

Más información | Ruta de las Juderías de Turismo de Portugal

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