7 islas, 7 imprescindibles, así arranca un post con el que queremos hacerte partícipe de los encantos rurales que atesoran las Islas Canarias.
Y es que en nuestro imaginario tenemos la idea de unas islas con playas interminables, arena fina y buen tiempo los 365 días del año. No andamos equivocados, aunque solo por esta vez vamos a esforzarnos en dejar de lado esta imagen y centrarnos en otros muchos aspectos que definen a las Islas Canarias: las siete Reservas de la Biosfera.
1. La Palma: bosque de Los Tilos
Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, La Palma también es conocida como la “Isla Bonita” por sus verdes y frondosos bosques, sus paisajes volcánicos y las acogedoras playas de arena negra.
Es justamente en La Palma, y concretamente en el bosque de Los Tilos, donde se concentra una de las mayores representaciones de laurisilva que existe en el archipiélago canario, un tupido bosque de vegetación propia de la era terciaria, ya desaparecida en otros lugares del planeta, que recuerda a un lugar encantado, mágico.
Para adentrarse y descubrir a fondo este impresionante bosque se recomiendan dos senderos autoguiados: uno de 2,5 kilómetros que recorre el corazón del bosque y otro que asciende unos mil metros hasta los refrescantes manantiales de Marcos y Cordero. También es interesante no perderse el centro de visitantes.
2. Lanzarote: Parque Nacional de Timanfaya
No podemos viajar a Lanzarote, la isla de tierras volcánicas negras, pardas, ocres y rojizas, y obviar el Parque Nacional de Timanfaya.
Con ese sobrecogedor aspecto que nos recuerda a un paisaje extraterrestre, donde la vegetación es prácticamente inexistente, sus impresionantes campos de lava, la abrupta costa y los numerosos volcanes que alberga lo convierten en uno de los principales atractivos de la isla por su extraordinaria belleza.
Fuego, ceniza y roca se funden en un paisaje que destaca por sus formas rugosas, la silueta de los volcanes y la variedad de colores.
3. Tenerife: el Teide
¿Quién no ha oído hablar del Teide? Con una altitud de 3.718 metros, es el pico más alto de España. Declarado Patrimonio de la Humanidad, este espectacular edificio volcánico y el impresionante paisaje que lo rodea, las Cañadas del Teide, conforman el Parque Nacional que lleva su nombre, uno de los más visitados del planeta, lo cual no es de extrañar al constituir una de las manifestaciones más espectaculares de volcanismo en el mundo.
Se puede ascender a pie hasta la cima por un sendero habilitado o en teleférico, una experiencia altamente recomendable que nos transmite la sensación de casi poder rozar un cielo intensamente azul.
Tenerife es conocida como la isla de las mil experiencias, y una de ellas es precisamente observar el amanecer en el Teide desde el Refugio de Altavista.
4. La Gomera: Parque Nacional de Garajonay
Aunque es la segunda isla más pequeña de las Islas Canarias, La Gomera tiene un gran atractivo turístico. Como muestra, el Parque Nacional de Garajonay, un auténtico bosque encantado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Parque destaca principalmente por sus bosques frondosos y de un verde intenso, principales exponentes de la laurisilva canaria. Una de sus características más peculiares es la llamada “lluvia horizontal”, un fenómeno que se produce localmente en todas las Islas Canarias salvo Fuerteventura y Lanzarote gracias a las brumas que, al encontrarse con la vegetación, sus hojas absorben el agua que portan, creando un microclima imprescindible para el desarrollo de estas formaciones vegetales propias del Terciario.
En La Gomera aún pervive uno de los modos de comunicación más originales y ancestrales del mundo, el Silbo gomero. Este “lenguaje”, que ya practicaban los aborígenes de la isla, se estudia actualmente en las escuelas y desde 2009 es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
5. El Hierro: el Charco Azul
¿Nos bañamos? El Charco Azul es una de las zonas de baño más espectaculares de El Hierro. Situado en una zona de fácil acceso, sus aguas turquesas rodeadas de imponentes formas que la naturaleza ha ido labrando sobre la lava del acantilado, hacen del baño una experiencia inolvidable.
Además, esta isla que va camino de ser 100% sostenible y completamente autosuficiente gracias a su decidida apuesta por las energías renovables, cuenta con otras maravillas como el árbol Garoé. Ubicado en un lugar lleno de magnetismo, este árbol sagrado del que los aborígenes recogían el agua necesaria gracias al fenómeno de la “lluvia horizontal”, es todo un símbolo identitario de la isla.
6. Gran Canaria: Parque Rural del Nublo
El Parque Rural del Nublo es uno de los espacios naturales protegidos de la isla y forma parte de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.
En su interior alberga pequeños y encantadores pueblos, profundos barrancos y elevados escarpes, frondosos bosques de pino canario, además de impresionantes muestras del volcanismo como la espectacular Caldera de Tejeda o el Roque Nublo, un imponente monolito de 80 metros de altura al que se puede llegar a pie a través de un agradable sendero de fácil recorrido y que se ha convertido en el principal símbolo de la isla.
En este variado e inmenso enclave natural, que abarca de cumbre a costa, son muchas las actividades que pueden realizarse, como el senderismo o, simplemente, descansar y tomar un baño en alguna de sus playas solitarias, sin olvidar la excelente gastronomía que se puede disfrutar en los numerosos restaurantes de la zona.
7. Fuerteventura: Parque Natural de Corralejo
Fuerteventura y el inmenso campo de dunas de Corralejo van siempre de la mano. Este bello y árido paisaje se encuentra en el norte de la isla y desde aquí se divisa el islote de Lobos, otro espacio protegido de la isla también declarado Parque Natural que merece una excursión.
Sus arenas blancas, bañadas por las aguas color esmeralda del océano Atlántico, son capaces de hipnotizar a cualquiera.
El austero paisaje de esta isla, la segunda en tamaño del archipiélago, invita al sosiego y a desconectar de la rutina y del ajetreo diario. La erosión ha ido modelando el relieve volcánico con el paso del tiempo hasta lograr las formas suaves que caracterizan su territorio en el que, sin embargo, tampoco faltan elementos singulares como la montaña de Tindaya, un lugar sagrado y de culto para los aborígenes que aún conserva en su cima los grabados podomorfos que realizaron.
No podemos marcharnos de Fuerteventura sin caminar por la playa salvaje de Cofete, un paraíso de kilómetros de arena dorada y rodeada de montañas donde el mar bate con fuerza. Se llega a ella por una pista de tierra, pero el esfuerzo vale la pena para contemplarla.
Más información https://www.holaislascanarias.com
Ana Alonso
Me parece magnífico el reportaje. Me interesaría mucho conocer programas de visitas.
Sitios muy recomendables todos ellos excepto… Parque Nacional de Timanfaya. Pagas 10 € por una ruta en autobus sin poder bajarte de él haciendo fotos, sin poder disfrutar del paisaje en sí. Me decepcionó bastante, la verdad.
hola Diego, por experiencia sabemos como puede ser de destructivo el turismo. te imaginas los miles de personas que visitan Timanfaya campando a sus anchas tirando porquería y cogiendo piedras. soy una enamorada de este parque (lo he visitado 7 veces) y me gusta como esta
Magnifico reportaje he visitado varias veces todas las islas y aunque hay otros sitios preciosos,dan buena cuenta de lo maravillosas que son las islas. Si podéis daros una vuelta por La Graciosa ( otro mundo)
Hola, yo soy de Tenerife de toda la vida
Y como ya alguien experimentado os recomiendo ir a la playa del porís o a la de Las Teresitas
Son muy buenas playas
Saludos