¿Cómo llegar a Fuerteventura?
Si vienes en avión
Desde la península, hay conexiones directas en avión todo el año con ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Bilbao, así como con otros destinos internacionales como Milán, Bruselas, Londres o París. Si pasas varios días en las Islas Canarias, te puedes mover entre ellas en avión a buen precio con el bono AirPass Explorer de Binter.
Si vienes en barco
Si optas por la vía marítima, puedes coger un fast ferry o el ferry desde otras islas del archipiélago hasta los puertos de Morro Jable y Puerto del Rosario.
¿Qué ver en Fuerteventura?
Monumento Natural de Tindaya, un lugar sagrado y auténtico
Si quieres descubrir un lugar auténtico, tienes que visitar la montaña sagrada de Tindaya, un lugar al que los majos -antiguos pobladores de Fuerteventura- atribuían propiedades mágicas. Está en el noroeste de la isla, en el municipio de La Oliva.
En este solitario coloso de 400 metros de altura se encuentran más de 300 podomorfos -grabados en forma de pies-. Se cree que en la montaña se realizaban rituales mágicos y, además, que pudiera tratarse de un gran reloj astronómico donde se determinaban los solsticios y las fases lunares.
Para disfrutar al máximo de la zona, puedes realizar una ruta por la cresta suroeste de la montaña y apreciar de cerca sus colores. Aquí los atardeceres son un verdadero espectáculo de tonos rojizos y anaranjados.
La Villa de Betancuria, pueblo pintoresco con mucha historia
La antigua capital de Fuerteventura es hoy uno de los pueblos más bonitos y pintorescos de la isla, con un interesante patrimonio rural e histórico. Su nombre viene del caballero francés Jean de Bethencourt, que fundó la localidad en 1404 para protegerse de los ataques piratas en un emplazamiento protegido por montañas y alejado del mar.
Hoy es un lugar bucólico por el que podrás pasear y visitar su centro neurálgico, así como el mirador de Guise y Ayose, con preciosas vistas. Sumérgete en la historia de la isla gracias al Museo Arqueológico y Etnográfico de Betancuria, que ofrece un recorrido por la cultura aborigen, con acceso gratuito y abierto de martes a sábado de 10h a 17h.
Escapada de un día por el Islote de Lobos
Prepara la mochila, ponte las botas y el bañador, y ven a disfrutar de un día de absoluto relax en este pequeño paraíso, el Parque Natural del Islote de Lobos, un lugar de tan solo 4,5 kilómetros cuadrados que no cuenta con ni una sola carretera.
Para llegar hasta aquí debes coger un ferry desde el puerto de Corralejo, en Fuerteventura. Después de un pequeño trayecto de 15 minutos, podrás disfrutar de un baño en sus aguas de color azul turquesa o realizar diferentes excursiones para conocer la playa de La Calera, el faro de Lobos o la ruta hacia la Montaña de La Caldera.
Deleitarse con el queso majorero
El queso majorero es un producto canario artesanal elaborado con leche de cabra majorera, que es la autóctona, y que solo se fabrica en la isla de Fuerteventura.
Su nombre viene del nombre que tenían los aborígenes del lugar: “majo” o “maho”. Se caracteriza por tener una textura cremosa y una corteza que puede estar untada en aceite, pimentón o gofio.
Puedes descubrir esta joya gastronómica premiada internacionalmente gracias al Museo del Queso Majorero que está en el municipio de Antigua, con visitas que concluyen, por supuesto, con una degustación. Entre mayo y octubre abre de 10h a 18h, y entre noviembre y abril, de 9.30h a 17.30h.
Asomarse al cráter del volcán Calderón Hondo
Te proponemos una ruta de senderismo sencilla, pero espectacular, y que podrás disfrutar en familia: el itinerario de pequeño recorrido SL-FV-2 que lleva hasta Calderón Hondo.
Son 5 kilómetros de paseo que va en ascenso a través de un camino empedrado de fácil avance y que culmina en un mirador al borde del volcán, desde el que podrás asomarte a un impresionante cráter muy bien conservado de 60 metros de profundidad y con una bonita panorámica de la isla de Lanzarote. La caminata sale de la plaza del Mercado Artesanal de Los Lajares.
Los coquetos Molinos de Villaverde
¿Sabías que hubo una época, hacia el siglo XVIII, en la que hubo más de 1.000 molinos de grano en Fuerteventura? Hoy no quedan muchas de estas construcciones que molían trigo, cebada, avena, centeno y hasta garbanzos para obtener gofio, todos ellos cereales extensamente cultivados antaño en la isla.
Eso sí, podrás visitar dos de 12 metros de altura en la pequeña localidad de Villaverde que conservan su estructura original con forma cilíndrica, cubierta cónica y las cuatro aspas. Puedes ir en cualquier momento, ya que el acceso para pasear por su entorno está abierto todo el día.
Para saber más sobre los molinos de Fuerteventura, puedes visitar el Centro de Interpretación de los Molinos de Tiscamanita, en el que podrás entrar en uno y admirar su interior. Te recomendamos comprar la entrada conjunta para este espacio, el Museo del Queso Majorero y el Museo de las Salinas del Carmen, en el que podrás ser salinero por un día.
Más información en www.holaislascanarias.com
Caroline Dalprá