Sobre un promontorio en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, la preciosa villa medieval de Aínsa conserva el esplendor de tiempos pasados. Su casco antiguo, presidido por su castillo, presenta un aspecto uniforme y armónico con fuerte carácter medieval.
Alquézar, por su parte, es una preciosa villa medieval situada en un acantilado rocoso que domina el impresionante cañón del río Vero. Su sinuoso trazado medieval está coronado por el castillo y la colegiata.
Te contamos qué ver en una escapada a Aínsa y Alquézar, las dos joyas medievales de Huesca.
Qué ver en el entorno de Aínsa
Un paseo por su emblemática plaza Mayor porticada, por sus calles y plazuelas empedradas, nos permitirá seguir las huellas del románico a través de sus bellas construcciones.
Desde Aínsa y en dirección norte, accederemos al valle del Cinca, en cuyas inmediaciones encontraremos maravillas como el monasterio de San Victorián, situado a los pies de la Peña Montañesa y considerado por algunos expertos como el más antiguo de España; o el dolmen prehistórico de Tella, enclavado en un paraje de fascinante belleza.
Al sudeste de Aínsa, suspendido entre el cielo y la tierra y a caballo entre los pantanos de Mediano y El Grado, el conjunto religioso-militar de Samitier espera tu visita. Asomado al pantano de El Grado, sorprende el santuario de Torreciudad, etapa de la Ruta Mariana que une Lourdes con Zaragoza.
También merece la pena acercarse hasta Abizanda para contemplar su magnífica torre que permite disfrutar de unas vistas espectaculares del Pirineo. O al conjunto fortificado de Muro de Roda y a la iglesia románica de San Juan de Toledo, a los pies de Sierra Ferrera, entre los barrancos de La Nata y La Sorda. La iglesia de San Juan Bautista, de estilo románico lombardo, conserva espléndidas y coloristas pinturas murales del siglo XVI.
Cerca de Aínsa, en dirección oeste, se encuentra Boltaña con su enorme colegiata en estilo gótico aragonés. Desde Aínsa, aguas arriba del Cinca se encuentra Escalona, puerta de acceso al cañón de Añisclo y a la garganta de Escuaín, zonas de espectacular belleza natural dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Qué ver en el entorno de Alquézar
Su sinuoso trazado medieval está coronado por la colegiata Santa María la Mayor, levantada sobre un antiguo castillo árabe, con su magnífico claustro de origen románico con bellos capiteles y sus pinturas murales. Un paseo por su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, nos llevará hasta su plaza Mayor, donde podremos ver la típica casa del Somontano, que data del siglo XVII.
Alquézar es también el punto de partida de la bella y entretenida Ruta de las pasarelas del Vero y la puerta del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, que se solapa con el Parque Cultural del Río Vero.
Este territorio de majestuosos paisajes esculpidos por la acción del agua durante millones de años, se vertebra en torno al río que le da nombre. Destacan en él sus valiosísimas pinturas rupestres, declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco.
Pero si algo caracteriza a la sierra de Guara son los impresionantes cañones y barrancos excavados por el agua y el viento durante millones de años en la roca caliza. El resultado son impresionantes acantilados, verticales desfiladeros y profundos barrancos por donde los ríos de aguas color turquesa fluyen formando fantásticas cascadas, sifones y cuevas.
No en vano Guara es uno de los mejores lugares de Europa para la práctica del barranquismo. Varias empresas especializadas proporcionan todo tipo de actividades deportivas en este marco natural extraordinario.
Turismo de Aragón
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