Alójate en un molino árabe harinero con vistas a Sierra Nevada
Escrito por
08.05.2024
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Ubicado en el corazón de Granada, el municipio de Padul alberga un tesoro histórico que no solo te transportará a la época árabe, sino que te permitirá quedarte el tiempo que desees. Se trata de Los Molinos de Padul, un alojamiento rural en el que encontrarás un molino harinero todavía en funcionamiento, y que te cautivará para siempre.
Del lugar atrae su entorno, los jardines que lo envuelven y la decoración interior cuidada al detalle por la propiedad del alojamiento. Y qué decir de las espectaculares vistas a Sierra Nevada. Abrir un ventanal es como desplegar un lienzo en el que alguien consiguió plasmar una obra maestra de la naturaleza, imposible de olvidar.
Además, sus vigas de madera, suelos de barro y los animales que campan felices por el complejo harán que te sientas en otra época, y libre, muy libre. Por otra parte, no podemos dejarnos atrás la historia familiar que hay en sus orígenes y cómo el amor, el esfuerzo y el trabajo de varias generaciones han hecho de Los Molinos un lugar imprescindible para muchos viajeros de todo el mundo.
El sueño de una familia
Teresa, la propietaria del alojamiento, ha compartido con nosotros la bella historia familiar que se esconde tras el complejo. Todo empezó en 1954 cuando Paco y Encarna se decidieron a comprar un molino harinero de la época árabe con la ilusión de montar un merendero y zona de ocio, así crearon entonces la conocida piscina de Los Molinos.
La decisión fue un acierto, explica Teresa, ya que el lugar, rodeado de jardines, ríos y manantiales hicieron que muchas familias lo escogiesen para disfrutar de sus días de descanso.
Las nuevas generaciones siguen con el legado
Años después, en 2002, su hijo Paco se sumó junto a su esposa Teresa al espíritu emprendedor de la familia. Éstos, con la misma ilusión que la generación anterior, decidieron darle un nuevo aire al proyecto y crearon el alojamiento rural de Los Molinos de Padul, tal y como hoy se conocen. Lo que viene después es, simplemente, pura magia.
«No había verano en el que los molinos no se llenara de familias, parejas y amigos para disfrutar de un refrescante baño», cuentan los propietarios.
Al mal tiempo: alegría, agua y vino
Sin embargo, tras la muerte de Paco el espacio fue perdiendo afluencia, pero Teresa no se iba a dar por vencida de ninguna manera. El lugar era único y ella deseaba seguir recibiendo a sus visitantes y amigos con alegría, un vaso de agua o, por qué no, una buena copa de vino.
Al fin y al cabo, el alojamiento era el lugar ideal para disfrutar de un espacio fresco y agradable después de un duro día de trabajo.
En su conversación con Escapada, Teresa ha hecho hincapié en el afecto que la propiedad siempre ha trasladado a sus visitantes. De hecho, nos explica algo emocionada que este año la visitará un matrimonio holandés que lleva muchos años alojándose en Los Molinos. «Conocimos a sus hijos y este año vamos a conocer a sus nietos», celebra la mujer.
Tradición molinera
El municipio de Padul destacó en su día por albergar varios molinos harineros de época árabe. La importancia de estos molinos y su cercana localización dio nombre al lugar donde se ubican, el “Camino de los Molinos”.
Los tres molinos de la zona fueron conocidos como Molino Seña Anica, Molino Feliche y Molino Mísqueres. ¿Os suenan estos nombres? ¡Así es! Esta es la denominación de cada una de las viviendas del complejo rural de los Molinos. Porque, aún no os lo hemos dicho, pero no hay un alojamiento, sino tres.
Historia viva: el molino sigue funcionando
El esfuerzo y el trabajo constante de Paco hizo que este molino a día de hoy siga en funcionamiento. Y no solo eso, sino que además creó el Museo Etnológico de los Molinos de Padul en el que se exponen todas las herramientas, utensilios y aperos de labranza más usados por nuestros antepasados. Como veis, el complejo es toda una joya enclavada en pleno Valle de Lecrín.
La entrada al museo etnológico es gratuita para todos los huéspedes del alojamiento. «Sin duda es una visita que te transportará a los inicios de nuestra historia y un espacio para recordar y apreciar el duro trabajo que se realizaba durante las labores del campo», cuenta la propiedad.
El pueblo del mamut
La leyenda de Padul está ligada a la historia del Mamut, debido a que en 1982 fueron encontrados restos de estos animales prehistóricos. Desde entonces, senderistas, parejas y familias de todo el mundo llegan a la localidad para descubrir el lugar más al sur de Europa donde vivieron los Mamuts.
Pero aquí no acaba todo, y es que el municipio posee interés mundial debido a su gran laguna. Este espacio está considerado como área de máxima protección del Parque Natural de Sierra Nevada, zona de especial protección para las aves (ZEPA) y catalogado como Humedal de Importancia Internacional por el convenio Ramsar, por lo que estos alojamientos son ideales para senderistas y amantes de la naturaleza.
La mejor forma para recorrer este espacio natural y disfrutar de su flora y su fauna son sus rutas prehistóricas: la Ruta del Mamut, la Ruta del Rinoceronte lanudo y la Ruta del Tigre de diente de sable. Y aquí también vuelve a puntuar con nota el alojamiento de Teresa porque estas rutas se encuentran a solo 500 metros de Los Molinos.
La visita a Padul se completa con un recorrido por los monumentos culturales de más interés del municipio. Edificios del S. XVI que han presenciado la historia, batallas y evolución de un pueblo donde han convivido, simultáneamente, hasta tres culturas. La Casa Castillo de los Condes de Padul, la Iglesia Santa María la Mayor o un muy buen conservado lavadero, también llamado fuente de los cinco caños, son algunos de los edificios más emblemáticos.
Poco más se puede añadir, pero algo queda. Y es que a Teresa no le basta con que los visitantes lleguen a los Molinos, sino que ella misma se encarga de recogerlos en un punto céntrico del municipio y llevarlos hasta el lugar. Eso sí es cuidar al viajero.
Verónica Gómez
Periodista, madre de Hugo y Enzo a tiempo completo e investigadora incansable, diría que hasta cuando duermo. Antes en Crónica Global, El Liberal y El Mundo Catalunya
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