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Rutas en BTT por montañas afiladas e impactantes, senderismo en enclaves mágicos y con paisajes muy diferentes, escalada en rocas con formas increíbles, barranquismo en cañones con preciosas gargantas moldeadas por el agua durante siglos…
Si estos son los elementos que no quieres que falten en tus viajes cuando tienes unos días libres, como cuando hay puentes, la Comunitat Valenciana es el destino de tu escapada. Para vivir grandes aventuras no hace falta recorrer miles de kilómetros, ya que, a veces, los paisajes más sorprendentes están más cerca de lo que crees. ¿Estás preparado?
De viaje con la bici
Si te gusta explorar nuevos rincones a bordo de una BTT, debes saber que la Comunitat Valenciana tiene una orografía muy montañosa, con multitud de sierras tanto en el interior como pegadas a la costa; si eres de los que prefiere viajar con alforjas, disfrutando del avance tranquilo del cicloturismo, debes saber que en el territorio valenciano un buen número de Vías Verdes que suman muchos kilómetros. ¿Qué prefieres? Aquí te dejamos algunas recomendaciones:
Castellón: ¿Sabías que la Vía Verde más larga de España, por el momento, es la de Ojos Negros, que transcurre entre Teruel y Albalat dels Tarongers? Buena parte de su recorrido pasa por la provincia de Castellón y vale la pena para ver, in situ, cómo va cambiando el paisaje.
Otra Vía Verde muy bonita y con una panorámica idílica del mar Mediterráneo es la que une Benicàssim con Oropesa, la Vía Verde del Mar. Los amantes de la BTT no deberían perderse rutas por Els Serrans, l’Alt Millars o Els Ports.
Valencia: Para pedalear sin prisas y saborear el entorno, es un imprescindible recorrer el entorno de l’Albufera o los caminos de la Huerta de València, despensa de la ciudad y de su área metropolitana, con una buena red de carriles-bici. Si queréis algo más de caña, id a los centros BTT de La Canal de Navarrés o del Valle, en Cofrentes.
Alicante: Si algo caracteriza esta provincia son, aparte de sus playas, su multitud de sierras. La Vía Verde del Serpis sigue el trazado del antiguo “Tren de los Ingleses” y ofrece paisajes sorprendentes y tramos junto a barrancos; parte de Muro d’Alcoi y acaba en Gandia. Los amantes de la montaña deberían visitar los centros BT de la Vall de Pop y del Comtat.
Un paraíso para senderistas
El trabajo y las exigencias de la vida moderna ya nos hacen ser esclavos del reloj y llegar apurados a todas partes. Unos días libres deberían servir, al menos, para reducir el estrés de la cotidianeidad. ¿Qué mejor manera de combatir las prisas que caminando? La Comunitat Valenciana ofrece un sinfín de posibilidades: por exigentes montañas, por frescos barrancos, por humedales, etc. Estas son las rutas que destacamos:
Castellón: Si nos tuviéramos que quedar con un enclave de la provincia valenciana más septentrional, sería con el Parque Natural de la Tinença de Benifassà, una auténtica joya natural repleta de rutas de senderismo mágicas.
Otro destino imprescindible es la Sierra de Espadán, con bonitos recorridos familiares como la ruta de los oficios de Almedíjar o la Peña Agujereada y el Castillo de Azuébar. El pueblo de Aín y su entorno también merecen la pena una visita. Atención al gran número de alcornoques que hay en esta sierra.
Valencia: La Sierra Calderona abarca las montañas, por excelencia, de los valencianos por su cercanía a la gran ciudad, con rutas de diferentes niveles de dificultad, siendo la más conocida la subida al Garbí.
Un paseo sencillo para toda la familia es la Ruta del Agua en Chelva o la de Villargordo del Cabriel, donde podréis divisar las increíbles formaciones de las Hoces. Si no queréis hacer cuestas, siempre podéis caminar por el Parque Natural de l’Albufera de València y por la extensa red de senderos de La Devesa.
Alicante: La belleza de sus montañas es abrupta y salvaje. Eso es lo que nos ofrece la conocida como la “Catedral del Senderismo”, la ruta de senderismo por el Barranc de l’Infern en la Vall de Laguar. Hay muchas ascensiones increíbles y que requieren un buen esfuerzo físico, como la subida al pico Aitana, el Montgó, la sierra de Bèrnia o el Puig Campana.
Pero también hay caminos más sencillos y disfrutones, como la ruta de los Molinos de Banyeres de Mariola o el interesante recorrido por las Salinas de Santa Pola. El Penyal d’Ifach es un destino ideal que combina montañismo y avistamiento de aves, en una ubicación privilegiada en el mar Mediterráneo.
Escalada y barranquismo para los más aventureros
Si todo lo que hemos visto antes se te queda corto y quieres sentir la adrenalina, prepara el arnés y el casco porque la Comunitat Valenciana también cuenta con muchos destinos de escalada y de barranquismo.
Castellón: La zona de escalada por excelencia de Castellón es Montanejos, en el barranco de la Maimona. También es un punto habitual de encuentro de escaladores el municipio de Jérica, con muchas vías y sectores alrededor del Cañón del río Palancia.
Los más aventureros y amantes de los rápeles tienen una cita obligada en el Barranco del Centenario o de Zucaina, muy famoso por su descenso de 70 metros.
Valencia: El pueblo de Chulilla es de los más conocidos entre los escaladores valencianos, pero también Gestalgar o Chera. En el paraje natural de La Murta, en Alzira, está la zona clásica de escalada del Tallat Roig. Y si lo tuyo es bajar, hay barrancos impresionantes y con mucha agua como el de Otonel o el del Gorgo de la Escalera, en Anna.
Alicante: Al ser una de las provincias más montañosas de España, cuenta con buenos enclaves para practicar la escalada y el barranquismo. En Elda y Petrer encontraremos un clásico: las Peñas de Marín. Polop tampoco se queda atrás con el mítico Ponoig o Penya Roc y en el Puig Campana de Finestrat también hay vías de escalada.
Los amantes del barranquismo se deleitarán con las formaciones del Barranc de l’Infern de la Vall de Laguar (el descenso está en la mitad de la ruta senderista), con pasos divertidos y con cierta complejidad.
Entonces, ¿qué aventura eliges en la Comunitat Valenciana?
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Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
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