Barrancas de Burujón, un paisaje de película en Toledo
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29.06.2021
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La naturaleza es muy caprichosa y tiene la capacidad de dibujar paisajes sorprendentes en los lugares más insospechados. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la provincia de Toledo, en uno de los flancos del embalse de Castrejón. ¿Su nombre? Barrancas de Burujón, una espectacular formación geológica declarada Monumento Natural en 2010 y cuya silueta recuerda al mismísimo Cañón de Colorado. Aunque en esta ocasión no es necesario sobrevolar el Atlántico, basta con recorrer un puñado de kilómetros: 30 si se viene desde la capital toledana.
Tres son los pueblos manchegos a los que pertenece esta obra de arte: Albarreal de Tajo, Burujón y La Puebla de Montalbán; todos toledanos. Una creación de aproximadamente un kilómetro de extensión que exhibe varios cortados arcillosos esculpidos por el viento y el cauce del río Tajo. Su base son sedimentos de hace nada menos que 25 millones de años.
Si bien, en la distancia, puede parecer un lugar yermo y sin vida, lo cierto es que no es así. Son varias las especies de flora las que viven en sus paredes, sobre todo en primavera: altos carrizos, sauces, eneas… así como vegetación propia del Mediterráneo, como bellos almendros, tomillo, romero, efedra o enebros.
Y en lo que respecta a su fauna, Las Barrancas de Burujón son un sitio excepcional para el avistamiento de aves. No en vano, su silueta rojiza y amarillenta, está declarada Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000 y es el hogar de un amplio abanico avícola entre los que destacan los martinetes, las garzas, las cigüeñas, los cormoranes o los ánades; así como de un buen número de especies de aves en peligro de extinción como el águila perdicera, la lechuza común, el buitre negro o el halcón peregrino, por mencionar solo algunos.
Las imponentes Barrancas de Burujón alcanzan una altura de más de 100 metros en su punto más alto, el conocido como pico del Cambón. Como curiosidad, desde este pico, el gran Félix Rodríguez de la Fuente grabó a una pareja de águilas para uno de sus reportajes
Para disfrutar de este paraje al máximo, las autoridades encargadas de su cuidado han habilitado una senda ecológica de 4 kilómetros de longitud con varios miradores dispuestos estratégicamente y desde los que se puede apreciar la magnitud de esta espléndida formación toledana.
Su acceso es gratuito, existe un amplio parking donde se puede dejar el coche en el kilómetro 26 de la carretera CM-400. Eso sí, si vas un día tranquilo en el que no haya mucha afluencia, lo mejor es subir con el coche hasta el primer mirador -una pista de tierra lo permite- ahorrándote así hasta un kilómetro de pendiente. Desde este punto, obtendrás las vistas más formidables de este paraje.
Pero si te apetece caminar un poco, la mejor opción es que recorras el sendero que nace en el extremo superior izquierda del primer parking; un camino sencillo que, con apenas 15 minutos de caminata, te permitirá guardar en la retina unas preciosas y alternativas panorámicas de los cortados de las Barrancas de Burujón.
Si bien puedes acercarte a visitar esta maravilla en cualquier época del año, nuestra recomendación es que evites hacerlo en pleno verano, pues el calor en tierras toledanas -y más en este lugar completamente expuesto- puede llegar a ser muy intenso. Si lo visitas en la estación estival, hazlo al atardecer, cuando los termómetros ya comienzan a dar un respiro. De regalo podrás inmortalizar unas tonalidades más intensas y románticas de este rincón tan sorprendente de la geografía española.
Elísabet García
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