Un bosque calcinado con 1.293 cruces
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20.01.2021
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“Desde el día que un bosque se quema, ya empieza a vivir”, dice Marc Sellarès, artista visual y bombero de Barcelona mientras señala la vegetación que va creciendo sobre el terreno calcinado de los alrededores de Montserrat.
Marc es el responsable de El bosc de les creus (El bosque de las cruces), una obra efímera realizada tras el incendio que asoló a las comarcas de Anoia y Bages (Barcelona) en 2015.
Tras las llamas, las pérdidas; y sobre el terreno: 1.293 cruces. Una por cada hectárea quemada.
“Yo estaba de vacaciones cuando me enteré del incendio”, explica Sellarès. “Pero vine rápidamente a colaborar con las labores de extinción. Era mi terreno, mi bosque”, dice mientras recuerda cómo de pequeño iba allí a recoger setas y leña con su padre.
Desde el día que un bosque se quema, ya empieza a vivir
Para Sellarès, cuando un paisaje conocido desaparece, tienes que pasar un luto. El suyo necesitaba expresarse. Al día siguiente, cuando el fuego fue extinguido, comenzó a evaluar qué proyectos podría hacer encima del terreno. Después de pensar y cruzar algunos troncos quemados, lo tenía claro: una cruz.
“En nuestra cultura la cruz tiene mucha fuerza. Se relaciona con la idea de muerte, de dolor. Como el incendio que mata al bosque”, dice. Tras levantar la primera de ellas, Sellarès pensó que el mensaje debía llegar a mucha más gente. Inspirándose en el arte urbano –que muchas veces se realiza en los bordes de la carretera para que sean vistos– comenzó a levantar más cruces entre los kilómetros 6 y 7 de la carretera BP-1101.
“Los coches paraban, la gente hacía fotos, subían a enseñarme la piel de gallina, con las lágrimas en los ojos. Querían darme las gracias”, recuerda emocionado.
La última la colocó justo en el primer aniversario del incendio pues, “el luto antiguamente en nuestra cultura duraba un año”. Fue una enorme cruz de 12 metros de altura que se ha caído con el tiempo, igual que el resto de las cruces. Actualmente, apenas se mantienen en pie un centenar de ellas. Son intervenciones artísticas efímeras.
El arte como semilla regeneradora
El bosc de les creus se enmarca dentro de estilo artístico conocido como land art (arte de la tierra). Una expresión creada a finales de 1960 por el americano Robert Smithson –autor de Spiral Jetty (1970)– con la intención de utilizar el paisaje natural y su materia como base de sus creaciones.
La corriente, que tuvo gran aceptación en Estados Unidos y Reino Unido, pretendía sacar el arte de los museos y llevarlo al aire libre. Por este motivo, la mayoría de las creaciones son temporales, pues se dejan a la merced de la lluvia, el viento o la erosión. Otra de sus características es que cuenta con un fuerte componente de reivindicación ecológica y, generalmente, los materiales que se utilizan provienen de la misma naturaleza: madera, hojas, ramas, etc.
En España, debido a la dictadura franquista, la corriente llegó algo más tarde, aunque hubo algunos trabajos clandestinos.
Marc Sellarès creó una réplica de sus cruces en Córcega y en California. En los parques de Yosemite y Secuoya Park, donde también hay tierras devastadas por los incendios.
Según el artista, “me gusta utilizar el arte para denunciar, para concienciar, para tratar un tema del que no se habla y yo quiero que se hable. Me gustaría cambiar determinadas cosas de nuestro mundo y nuestra sociedad; y creo que poniéndole un nombre y haciéndolo público a través del arte puede ayudar”.
En 2017, este licenciado en Bellas Artes quiso despertar la conciencia de su país vecino. En una de las montañas que rodean el centro de Andorra, Sellarès creó con 400 metros de tela la imagen de dos niños refugiados en tres dimensiones. Una intervención que, según él, tuvo muy buena aceptación.
Su último trabajo lo está desarrollando en Flix, en un bosque que se calcinó en verano de 2019. El proyecto se basa en la creación de un banco de tierras abandonadas por los agricultores y que se ponen a disposición de aquellos ciudadanos que quieran trabajarlos. Con ello se mantienen los campos limpios y se ayuda a evitar los incendios forestales. También está enfocado a combatir el despoblamiento rural. Según Sellarès, “haces que la gente vuelva a los pueblos y coja una relación con esos territorios”.
Al igual que en El bosc de les creus, en los campos de Flix también hay arte. “Detrás de las tierras que nos han cedido los agricultores hemos hecho unas pequeñas intervenciones en unos árboles que se quemaron. Aunque, en vez de hacer cruces como símbolo de tristeza y de dolor, son unos asteriscos, el símbolo de una estrella”, explica. Simboliza la oportunidad de reutilizar los campos quemados. “Creo que los artistas tenemos la obligación de colaborar y trabajar para cambiar las cosas”, dice.
Marc Sellarès no es el único artista español que ha querido rendir homenaje a la naturaleza calcinada. En León, junto al túnel de la A-6 y de la N-VI en Villafranca del Bierzo, estaba hasta hace poco El bosque azul, una intervención artística de Raquel Montero.
El bosque azul
En el caso de Barcelona, el incendio fue casual. Fue provocado por la chispa de una trituradora de paja. En Villafranca del Bierzo, el incendió que asoló la zona en 2015 “fue intencionado, porque hubo varios incendios en la zona”, explica Montero.
Un año después de la catástrofe, la artista berciana quiso denunciar “que la gente sea capaz de quemar algo que es de todos”. En el terreno afectado pintó lo que quedaba de bosque de azul. “La idea también era sensibilizar a la gente de lo terrible que son los incendios”, dice.
El bosque azul, que ya no está disponible debido a las lluvias y el viento, fue todo un éxito. “Quedé muy satisfecha con el resultado, fue maravilloso. Los coches y los peregrinos paraban para sacar fotos, la gente venía a pasear y hasta había parejas de recién casados que se acercaban a tomarse alguna foto de boda”, comenta con alegría.
Raquel Montero tardó dos semanas en teñir El bosque azul. Para ello contó con la ayuda de dos pintores con pistolas de compresión y con la colaboración del Museo de Cacabelos. “Gracias al museo y, sobre todo, a su directora Silvia Blanco, pude realizar la obra”, concluye. En su página web se pueden ver más proyectos de la artista.
Los incendios forestales en España
En 2019, en España hubo más de 10.800 incendios y conatos (inicio de un fuego que no llega a desarrollarse) que han arrasado con más de 83.900 hectáreas –como Madrid y Huesca juntos, aproximadamente–, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España.
El 2018 fue el menos incendiario de la década, con 7.082 incendios. Las Comunidades Autónomas que más incendios y conatos registraron son Galicia y Asturias; seguidas de las provincias de Zamora y León.
Infografía realizada por Blanca Bocos
Según el bombero Marc Sellarès, “el bosque está condenado a quemar. Las políticas forestales que se hacen son nefastas y provocan que cada vez los incendios sean más grandes. Se destina dinero a extinguir incendios, no a evitarlos. Eso hará que los incendios cada vez sean más grandes”.“El 96% de los incendios en España son causados por el ser humano”
Las competencias de la protección civil y la gestión forestal es de las Comunidades Autónomas, que se sirven de la ayuda de los medios de extinción estatales, de otras administraciones y, en el caso que fuera necesario, de la ayuda internacional.
Según WWF España, el 96% de los incendios en España son causados por el ser humano. Bien por negligencias y causas accidentales o de forma intencionada.
Un estudio elaborado por el Gobierno de España en 2017, constata que la causa más común de un incendio (33,95%) tiene que ver con el empleo del fuego en prácticas agrícolas; seguida de otros motivos como la eliminación de basuras y restos, trabajos forestales, el uso lúdico del monte, las actividades militares, la caza, el empleo del fuego para el control de la fauna o las líneas eléctricas, entre otros.
Para prevenir este tipo de accidentes, el Ministerio de Interior ha publicado en su web una serie de consejos y de medidas de prevención y autoprotección para evitar y reaccionar correctamente ante un incendio forestal.
Consejos para evitar un incendio forestal
Medidas de prevención
- No quemar rastrojos sin obtener la autorización necesaria concedida por parte de los Servicios de Montes u el organismo del Medio Natural de la Comunidad Autónoma correspondiente.
- Cuidar la maquinaria que se vaya a utilizar para evitar que suelte chispas o descargas eléctricas.
- También hay que tener cuidado con los coches. Intenta aparcar en zona asfaltada –si hay parking mejor– pues los tubos de escape si entran en contacto con matorrales secos pueden provocar un incendio.
- No crear fuegos. En general, está prohibido hacer fuego en cualquier zona forestal. Solo es posible hacerlo en zonas específicas que marque cada Comunidad Autónoma y en determinadas épocas del año, según las condiciones meteorológicas.
- En zonas autorizadas para hacer barbacoas, como áreas recreativas, hay que tener mucho cuidado con que, al finalizar, el fuego quede bien apagado.
- Apagar bien las cerillas y cigarros. Nunca tirarlos en el monte y, mucho menos, desde la ventanilla del coche.
- No abandonar residuos en el campo: botellas, cristales o basuras.
- Si vives en una casa de campo, asegúrate de que los caminos y terrenos estén limpios de hierbas que puedan ser inflamables.
Además de seguir los consejos de prevención, también es importante seguir las medidas de autoprotección por si, en el peor de los casos, te encuentras rodeado por el fuego.
Medidas de autoprotección
- El primer consejo que se da desde la web del Ministerio del Interior es que, ante cualquier indicio de fuego, llamemos al 112.
- En el caso de que sea muy pequeño, podemos intentar apagarlo nosotros mismos echándole agua o tierra.
- Si es de mayor envergadura, hay que intentar no inhalar el humo. Para ello lo más recomendable es utilizar un paño mojado que debemos colocarlo justo donde la nariz.
- Si nos quemamos, no hay que retirar la ropa adherida al cuerpo. Échate en el suelo para que no siga ardiendo.
- En el caso de estar en la montaña, hay que intentar descender. Las llamas tienen tendencia a ir hacia arriba, como si se tratase de una chimenea.
- Si hay opción, puedes colocarte en una de las zonas ya quemadas de espaldas al viento.
Para poder evitar los incendios, es muy importante estar concienciados. Como hemos comentado anteriormente, la mayor parte de los incendios se deben a negligencias que se podrían evitar.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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Extraordinario relato, y muchas gracias por intentar sensibilizar a todos. Pero por desgracia y basándome en mi experiencia y observación, por lo general, la mayoría pasan de largo sobre el tema.
En mi opinión donde se tendría que invertir es en las escuelas, los
niños son los futuros guardianes de nuestra maltrecha NATURALEZA.
VENIMOS DESNUDOS AL MUNDO Y AL FINALIZAR NUESTRO
CICLO VITAL NO NOS LLEVAMOS NADA..
QUE NADIE PIENSE LO CONTRARIO