Burgos: escenarios para un wéstern familiar
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04.06.2018
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A comienzos del Cretácico, vivió en la provincia de Burgos el que probablemente fue el dinosaurio más alto de Europa. Medía 25 metros de largo y pesaba 35 toneladas. Se trataba de una especie de saurópodo y, cuando lo descubrieron, lo llamaron Europatitan eastwoodi en honor a Clint Eastwood.
El equipo de paleontólogos no dudó ni un momento en el nombre: se encontraban en tierras burgalesas, muy cerca de donde se había rodado una de las escenas de El bueno, el feo y el malo, el mítico spaghetti western del italiano Sergio Leone, con Clint Eastwood a los revólveres y la épica en la banda sonora de Ennio Morricone.
Duelo de forajidos en Burgos
En el interior de la provincia de Burgos, en la Sierra de Atapuerca, se ubica uno de los mayores conjuntos de yacimientos paleoantropológicos del mundo. Y resulta que la paleontología tiene más que ver con el cine de lo que pensamos.
No obstante, la Asociación Cultural SAD HILL surgió a raíz de una iniciativa del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, en el Valle de Arlanza. La asociación recuperó de los rastrojos del olvido el cementerio de Sad Hill, el nombre ficticio del lugar donde se filmó la famosa escena final de El bueno, el feo y el malo. Todo aquel que quiso pudo apadrinar una tumba al módico precio de 15 euros.
Este viaje por tierras de guisos y pucheros, comienza justo en un enorme cementerio circular con 6.000 tumbas simuladas. El decorado del cementerio de Sad Hill se encuentra entre los municipios de Contreras y Santo Domingo de Silos, junto a la meseta de la Peña del Carazo, cuyo inconfundible perfil ambientó perfectamente el Nuevo México en el que se desarrolla la historia de la película.
Hasta el cementerio llegan Tuco, El Rubio y Sentencia, tres forajidos que compiten por encontrar un fabuloso botín de la Guerra de Secesión.
Las localizaciones para un wéstern en Burgos
Además del de Sad Hill, el equipo de producción escogió otros tres escenarios para el rodaje de la película, transformando la provincia de Burgos en el lejano oeste americano. El vuelo de los buitres y quebrantahuesos de la comarca ayudaron a ambientar la historia.
1. La misión de San Antonio
Las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza, en Hortigüela, sirvieron para rodar las escenas de interior que tienen lugar en el hospital improvisado de la Misión de San Antonio, donde el personaje de Clint Eastwood acude para recuperarse de sus heridas. Por el contrario, hay que recordar que las escenas exteriores se rodaron en el Cortijo de El Fraile, en Almería.
2. El campo de prisioneros de Betterville
La carretera discurre por un esfiladero de calizas en dirección a Carazo. En el coche suena la banda sonora de Ennio Morricone. Cualquier forajido nos podría tender una emboscada si esto, en lugar de un viaje, fuera una película del oeste. Pero ¿quién sabe?
En un altozano conocido por los del lugar como Majada de las Merinas, Sergio Leone ubicó la escena del campo de prisioneros de Betterville. Para ello, se construyó un fuerte típico de la Guerra de Secesión. En su interior, las peores barbaridades de todas las guerras. En el terreno aún se distinguen las marcas de los fosos de la construcción del fuerte.
3. El puente de Langstone
El ejército español colaboró en la construcción de este decorado en el Valle de Arlanza, que incluía una presa para elevar el caudal del río Arlanza, unas trincheras y el puente de 100 m que debía ser volado para la escena de la batalla.
Resulta que tuvieron que volar hasta tres veces el puente de Langstone para lograr la escena más espectacular de la película. La primera voladura no convenció al director, al que el efecto de la detonación le pareció poca cosa. La anécdota sucedió con el segundo intento.
Todo se había preparado con más de 400 kilos de dinamita, lo cual parecía suficiente para lograr el efecto buscado por el director. Según cuentan, lo que ocurrió fue que el coronel del ejército español que debía hacer los honores de la detonación confundió las órdenes que dio Sergio Leone. Al enérgico ¡Sei attenti! del italiano, el coronel creyó entender que debía apretar el detonador. La explosión fue perfecta; pero, claro está, las cámaras no estaban rodando. Por milagro no hubo heridos.
Finalmente, sólo queda un consejo: si vas a enfrentarte en este divertido duelo, y recorres la comarca burgalesa como un forajido de la película, no olvides que las sacas con los 200.000 dólares del tesoro que buscaban Tuco, El Rubio y Sentencia no se encontraban en la tumba señalada, sino en la de al lado, en la tumba del soldado desconocido.
José Alejandro Adamuz
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Participe en la pelicula del Bueno,Feo y el Malo,unos artistas estupendos.Muy buenos.
Fue una esperiencia fabulosa,es una pelicula maravillosa.La he visto varias veces y no me canso de verla. Al cabo de años he buelto al famoso cementerio de Sa Hill.
Un saludo.