Cahorros de Monachil, entre puentes colgantes y montañas
Escrito por
21.01.2022
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4min. de lectura
Monachil es un municipio granadino situado a escasos 12 kilómetros de Granada. Uno de esos destinos rurales que llama la atención de senderistas, amantes de la escalada y entusiastas de la naturaleza. ¿El motivo? Su excepcional entorno de media montaña en pleno Parque Nacional de Sierra Nevada y su amplio abanico de opciones para practicar el turismo activo.
Y entre todas las opciones, hay una que sobresale con fuerza. Nos referimos a la ruta de senderismo de los Cahorros de Monachil, un interesante y bonito recorrido de ida y vuelta, con diferentes itinerarios de diversa longitud y duración, y un desnivel positivo máximo de 394 metros que atraviesa el estrecho y angosto desfiladero a través de varios puentes colgantes. Precisamente por este motivo, a esta ruta también se la conoce como «la de los puentes colgantes».
El río Monachil es uno de los protagonistas indiscutibles de este singular rincón andaluz. Su caudal, junto a las lluvias, ha sido el encargado de darle forma a los desafiantes cortados de esta escarpada garganta a través de la cual nos vamos a sumergir.
Por su singular orografía, los Cahorros de Monachil consta de puentes, pasarelas y cascadas que ofrecen un trayecto divertido y ameno, tanto para niños como para adultos. Eso sí, siempre mirando muy bien donde plantamos el pie pues, aunque el sendero es sencillo, hay tramos que requieren especial atención.
Concretamente, esta ruta tiene hasta 5 puentes colgantes midiendo el más largo 63 metros, el cual está suspendido a una altitud de 15 metros. Como curiosidad, se habilitó por primera vez hace más de cien años y con el paso del tiempo se ha reformado en varias ocasiones para reforzar y ganar en seguridad.
Cómo llegar a los Cahorros de Monachil
Comenzamos a caminar desde el mismo casco urbano de Monachil. Allí, podemos dejar el coche en el aparcamiento público y gratuito de la calle Huenes. Ya a pie, y tras salvar el río por el puente, nos desviaremos por el camino que sale a nuestra derecha entre cerezos y otros árboles frutales hasta llegar al cortijo de la Umbría, donde disfrutaremos de las asombrosas vistas a la ciudad de Granada, así como de los pueblos de alrededor y del abrupto valle del río Monachil.
Una vez hemos alcanzado el río, tras descender por el sendero, continuaremos por el estrecho desfiladero en el que, en ocasiones, nos veremos obligados a agacharnos o avanzar a gatas. En los tramos donde los afilados salientes rocosos son más pronunciados, veremos diferentes asaderos metálicos que permiten sujetarnos con firmeza facilitándonos avanzar.
A lo largo de la ruta de los Cahorros de Monachil hay algunos desvíos que complementan la experiencia. Una de estas paradas es el mirador en los Cahorros Altos. Para llegar hasta él, antes de cruzar el cuarto puente colgante, tomaremos un camino que sale a la izquierda y que conduce hasta las Eras de los Renegales. Tras ascender por un sendero esculpido en la ladera pedregosa de la montaña, alcanzaremos este balcón que ofrece unas vistas de las que no se olvidan.
En las zonas más encajonadas del cañón de los Cahorros de Monachil, los tajos verticales que dibuja el terreno son espectaculares: existen tramos con apenas 5 metros de separación entre ambas paredes. Con semejante paisaje, no es de extrañar que, además de los aventureros senderistas, los amantes de la escalada lo elijan como destino para practicar su hobbie y descargar una buena dosis de adrenalina.
Elísabet García
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