El Camino de Santiago en familia: todo lo que tienes que saber
Escrito por
03.05.2023
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9min. de lectura
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¿Estás pensando en hacer el Camino de Santiago en familia? Es todo un reto, pero con una preparación previa y muchas ganas puede convertirse en una experiencia inolvidable en la que sólo necesitas ¡echarte a andar!
Te contamos todo lo que necesitas saber para emprender la perfecta ruta jacobea en la mejor compañía: sin dejar atrás a los más peques de la casa.
Elegir el mejor camino
El Camino de Santiago en familia es una vivencia que tus hijos y tú recordaréis toda la vida con cariño, una experiencia que os hará conectar con la naturaleza y en la que conoceréis a otros peregrinos, pasaréis por pueblos de gran interés etnográfico y comeréis rico.
Pero el camino no es fácil. ¿Está tu hijo preparado para caminar una media de 15 ó 20 km diarios durante varios días seguidos? ¿Será capaz de enfrentarse a un sol intenso o a jornadas de lluvia intermitente y cansina? Durante el Camino de Santiago, además, os encontraréis con algunos desniveles, con zonas pedregosas e irregulares o charcos que hay que sortear.
El Camino francés
Para no añadir más dificultad a la ruta es recomendable saber elegir el camino adecuado, con tramos sencillos y etapas que no superen los 15 km. El Camino francés en su parte gallega es ideal para recorrer con niños a partir de los 7-8 años que estén acostumbrados a caminar, aunque los hay más pequeños que, con cierto apoyo logístico, aguantan perfectamente. Lo mejor es comenzar en Sarria, una localidad a poco más de 100 km de Santiago, la distancia requerida para hacer la Compostela.
El camino desde Sarria se divide en seis etapas que permiten dormir en Portomarín, Palas de Rei, Melide, Arzúa y O Pino. Aunque las dos primeras etapas superan los 20 km, hay opción de convertirlas en tres para hacer las caminatas más llevaderas.
Lo importante es no forzar a tu hijo y acabar convirtiendo el Camino de Santiago en una tortura: no se trata de batir ningún récord ni de sufrir, si no de disfrutar en familia y pasarlo bien, algo que no hay que perder nunca de vista.
El Camino portugués
Otra ruta recomendable con niños es el Camino portugués, que dispone de más zonas de sombra para caminar que el anterior, a tener en cuenta si nos aventuramos a peregrinar a Santiago en verano.
Hablando de verano… La temporada estival no es la época más recomendable para echarse a andar con destino a Compostela: puede llegar a hacer un calor horrible. Mucho mejor en primavera (¿Qué tal si aprovecháis las vacaciones escolares de Semana Santa?) o a principios de otoño. El puente de octubre es perfecto para una primera toma de contacto con el Camino de Santiago si tu idea es hacer sólo un par de anecdóticas etapas.
Entrenar cuerpo y mente antes de emprender Camino
Al hilo de lo anterior, conviene mentalizar a tu hijo sobre el esfuerzo que supondrá realizar el Camino de Santiago en familia. Tampoco lo desmotives y plantéalo como un reto a superar de lo más entretenido.
Además, por muy acostumbrados que estéis a caminar, se necesita una preparación física previa. No es necesario ser atleta profesional, pero hacer muchos km a diario un día tras otro acaba pasando factura y se requiere un entrenamiento previo para afrontarlo.
¿Nuestros consejos? Una serie de preparativos que sirven tanto para adultos como para niños y que os pondrán en forma antes de empezar.
- Hay que comenzar a andar unas semanas antes, caminando poco a poco los primeros días y aumentando ritmo y duración de forma progresiva.
- Los fines de semana hay que salir al campo y hacer una ruta de senderismo larga por distintos terrenos, más o menos irregulares, para acostumbrarse a andar por todo tipo de superficies.
- Cuando estéis más entrenados podéis añadir a vuestras rutas una mochila como la que llevaréis en vuestro camino. Y lo más importante: hay que entrenar con el mismo calzado de senderismo que llevaréis al Camino de Santiago para amoldarlo a los pies y que siente “como un guante”. Estrenar botas en el Camino es sinónimo de ampollas y rozaduras.
Reservar alojamiento con antelación
La mayoría de los peregrinos se alojan en los albergues de la red pública de la Xunta de Galicia. Son muy baratos y suelen estar limpios y en buenas condiciones. Para quienes caminan en familia tienen dos inconvenientes: las habitaciones y los baños son compartidos, algo que resta privacidad y puede suponer un conflicto entre los horarios infantiles y los del resto de adultos.
El segundo inconveniente es que en estos albergues no se puede reservar cama: la reserva es por orden de llegada y eso obliga a madrugar mucho y llevar un ritmo contra reloj para llegar a tiempo de conseguir camas para toda la familia. ¡Demasiado estrés!
Lo más recomendable cuando se hace el Camino de Santiago en familia y con niños es llevar los alojamientos reservados desde casa. No es problema porque en cada localidad de fin de etapa hay pequeños hoteles, pensiones y casas rurales muy económicos (rondan los 15 ó 20 euros por persona) y así os aseguráis un lugar donde dormir sin necesidad de estar en tensión. Mejor, ¿no crees?
La mochila, que sea ligera
Muchas familias optan por un servicio de transporte de mochilas que cada día recoge el equipaje en el alojamiento y lo lleva al siguiente punto. Es una gran opción para evitar que los niños acaben llevando a la espalda un peso que no les corresponde o que los adultos acaben cargando con los bultos de los pequeños.
Si, de lo contrario, vais a llevar con vosotros vuestras pertenencias, durante el camino tendréis que haceros con una mochila adecuada y vigilar que los niños no carguen con más de un par de kilos (se recomienda que no lleven más del 5% de su peso corporal). Olvídate de los “por si acaso” y llevad lo mínimo: un par de mudas, pantalones de repuesto y camisetas, calcetines, un chubasquero, un forro polar ligero y un pequeño neceser de higiene será suficiente.
Podéis repartir entre los miembros de la familia un pequeño botiquín con lo básico para curar pequeñas rozaduras y heridas y algún analgésico. Si necesitáis algo más, podéis comprarlo durante la ruta.
Recomendaciones durante el Camino
Ahora sí, ya estáis en camino y nunca mejor dicho. Una serie de consejos prácticos os ayudarán a afrontar mejor cada etapa:
- Es importante cuidar los pies. Soportan todo el peso del cuerpo y están expuestos a llagas y ampollas. Para evitarlas hay que calzarse bien, llevar calcetines adecuados y cambiarlos cuando estén húmedos, además de cuidar de los pies cada noche con un masaje con crema protectora.
- Hay que estar pendientes que que los niños se hidraten bien durante las horas de camino, antes y después, y de que coman lo suficiente para afrontar las caminatas con fuerza.
- También de que descansen lo suficiente haciendo pequeñas pausas cada hora y otras más largas cada dos horas. Respetar su tiempo de descanso nocturno es fundamental.
Haz del Camino de Santiago toda una aventura
No olvides que al final, el Camino de Santiago supone para tus hijos unas vacaciones familiares en las que va a compartir más tiempo con sus padres y hermanos. Hay que hacer de la experiencia una gran aventura que nunca olvidarán.
¿Cómo? Implícalos en los preparativos, háblales de la historia que rodea al camino y de los lugares que vayáis encontrando. Pueden adornar su mochila con la tradicional concha para sentirse auténticos peregrinos del s. XXI.
El Camino de Santiago es una ocasión perfecta para que los niños desconecten de la tecnología y aprendan a respetar, aún más, la naturaleza. Esto no es sinónimo de aburrimiento. Durante el camino se puede charlar, se puede cantar o jugar al veo veo, se pueden hacer juegos orales de palabras, estar atentos a las flechas amarillas que nos llevarán por los senderos correctos, buscar palos de apoyo o insectos en el campo, ver pastar a las vacas, mojar los pies en las frescas aguas de algún arroyo o charlar con los vecinos de los pueblos. Pequeñas cosas que hacen grande la experiencia. Tus hijos no van a necesitar mucho más.
Recuerda que, si queréis conseguir la Compostela, el documento que acredita que habéis hecho a pie al menos 100 km hasta Santiago, deberéis ir sellando la Credencial del Peregrino al menos dos veces al día en los establecimientos indicados en cada etapa. Otro entretenimiento más que sumar a los anteriores: un “carné de peregrino” ¡qué guay!
Y al llegar a Compostela…
¡Qué emoción! La llegada a la plaza del Obradoiro es todo un subidón de adrenalina para cualquiera. Tus pequeños peregrinos han conseguido su meta, han superado obstáculos de todo tipo, se han enfrentado a sus miedos y se han puesto al límite en muchas ocasiones. Y de todo ello han salido victoriosos.
Nada mejor que reservar un par de días en Santiago para descansar y conocer un poco la ciudad. Entrar en la inmensa Catedral y hacer el viejo ritual de los “croques” es imprescindible, así como recoger la Compostela en la Oficina de Atención al Peregrino.
Pero en Santiago no sólo hay iglesias medievales y piedra vieja. También hay parques infantiles, un bonito paseo fluvial a la orilla del río Sarela, un pequeño Museo de Historia Natural y otro, el Museo do Pobo Galego, donde dejarse sorprender por su espectacular escalera de caracol.
A las afueras, el Museo Centro Gaiás o Cidade da Cultura regala amplios espacios naturales donde jugar, miradores de lujo hacia el casco histórico santiagués, pistas de skate y ¡hasta un rocódromo!
¿Has tomado nota de todo? Ahora sólo queda poner en práctica estos consejos y sobre todo, disfrutar de la aventura. ¡Buen Camino!
Emma Sexto
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Quiero probar esto es muy bueno.