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El Camino Mozárabe desde la ciudad de Málaga parte de la costa, pero es bastante montañera a excepción del tramo de la vega de Antequera. Nos dirigiremos hacia el norte para unirnos al resto de trazados jacobeos de Andalucía que vienen a encontrarse en Baena, en la provincia de Córdoba. Este tramo suma 222 kilómetros.
El recorrido está muy bien preparado para los caminantes, con una nutrida red de albergues de peregrinos y etapas con interesantes propuestas de geoturismo con un toque de la historia más lejana: geoparque de las Subbéticas, ermitas excavadas en la roca, cuevas de yeso o monumentos megalíticos como los de Antequera. Un viaje para disfrutar con tranquilidad, al ritmo que nos lleven los pies, aprovechando cada instante.
Las etapas del Camino Mozárabe de Málaga a Baena
Málaga – Almogía (23,27 km)
Partiremos de la Iglesia de Santiago, situada en el centro de la ciudad de Málaga y presidida por una escultura de Santiago Peregrino. Seguiremos la antigua ruta de Antequera hasta La Junta de los Caminos.
A partir de aquí comienza una segunda mitad de etapa algo exigente, con subidas y bajadas que surcan el parque natural de los Montes de Málaga, por la zona de los Núñez, la cortijada de los Suizos y el Arroyo de los Olivos. El fin de la jornada es magnífico, pues nos ofrece la impactante aparición del pueblo de Almogía, colgado en las laderas del monte.
Almogía – Villanueva de la Concepción (18,36 km)
Seguiremos con un paisaje montañoso hasta el río Campanillas, que nos permitirá observar en todo su esplendor, al frente, el paraje natural del Torcal. Llegaremos al fin de la etapa tras cruzar el Puente del Horcajo.
Villanueva de la Concepción – Antequera (16,44 km)
Después de dos días con ascensos considerables, llega una etapa de fácil recorrido por las faldas del Torcal, un verdadero ‘bosque de piedra’, que sube poco a poco hasta el Puerto de las Escarihuelas. Al fondo ya veremos Antequera y la mítica Peña de los Enamorados, a donde llegaremos tras una exigente bajada.
Antequera – Villanueva de Algaidas (23,90 km)
Tras conocer la sobresaliente monumentalidad de Antequera, salimos de la ciudad con dirección a la vega por la Puerta de Granada. Una parada en su conjunto dolménico (Menga, Viera y El Romeral), Patrimonio Mundial de la UNESCO, y continuaremos hasta Cartaojal, donde aparecerán los primeros olivares que ya nos acompañarán prácticamente hasta Córdoba.
Tras un final de etapa suave y agradable, llegaremos a Villanueva de Algaidas. En esta jornada veremos dos puntos en los que hay pilares de piedra que se corresponden con “miliarios”, algo que deja claro su origen como calzada romana (hoy utilizada como camino agrícola y de peregrinaje).
Villanueva de Algaidas – Encinas Reales (15,66 km)
Volvemos a una etapa con subidas y bajadas, pero con interesantes hitos, como las ruinas del Convento de la Consolación y las Ermitas Rupestres Mozárabes, únicas de esta tipología presentes en el camino. Pasaremos por la aldea de la Moheda, un asentamiento de origen morisco que conserva una antigua fuente pública, junto al camino. Seguimos en ascenso hasta Encinas Reales, entrando ya en la provincia de Córdoba.
Encinas Reales – Lucena (20,33 km)
Una preciosa etapa con bajada al río Anzur, que alterna paisajes de olivar, ribera y secano. Pernoctaremos en Lucena, que es conocida como la Perla de Sefarad. Ciudad de fuertes raíces judías, entre los siglos IX y XII llegó a alcanzar un nivel intelectual similar a Córdoba o Granada. Cuenta con la mayor necrópolis judía de la Península y es lugar de peregrinación del pueblo sefardí.
Lucena – Cabra (13,02 km)
Al salir de la ciudad cogeremos la Vía Verde del Aceite, un camino muy cómodo y agradable que, con una ligera subida entre olivos, nos conducirá directamente hasta Cabra. Ciudad monumental, cuenta con una interesante estación ferroviaria y un patrimonio arqueológico y geológico sobresaliente.
Cabra – Baena (21,79 km)
Seguimos por la vía verde hasta Doña Mencía, con su castillo, para continuar por el antiguo camino de Balanchar, pasando entre alamedas y viejos huertos, con la Campiña Cordobesa como escenario de fondo. En Baena, nos uniremos a los peregrinos que llegan del resto de variantes andaluzas: Almería, Granada y Jaén.
¿Dónde dormir?
El Camino Mozárabe que discurre por Málaga es más abrupto que el resto de los recorridos que transitan por Andalucía, con más subidas y bajadas, con más desnivel. Una peregrinación para los más exigentes y para los que buscan una mayor relación con la montaña. La buena noticia es que hay alojamientos en la mayoría de los pueblos, a pocos kilómetros de distancia unos de otros.
Las etapas las hemos marcado para que tengas una orientación, pero puedes acortar algún día si no te apetece caminar tanto o si prefieres descansar y reponer fuerzas. Además de los municipios que hemos señalado como fin de etapa, porque ofrecen albergue, también hay alojamiento en La Junta de los Caminos (a solo 10 km de la ciudad de Málaga, por si empiezas con mal pie), en Cartaojal (a 11 km de Antequera), en Cuevas Bajas (a 10 km de Villanueva de Algaidas) y en Doña Mencía (a 13 km de Cabra).
Puntos de interés del Camino Mozárabe de Málaga a Baena
El recorrido de Málaga a Baena tiene muchos alicientes, desde increíbles joyas naturales hasta lugares con mucha historia. Esto es lo que no deberías perderte:
- Montes de Málaga: Parque natural que atravesaremos en el Camino Mozárabe, entre olor a pino y lagar tradicional, ofreciendo magníficas vistas de la costa, según ascendemos, y un excepcional vino de Málaga, bajo Denominación de Origen Protegida.
- Torcal de Antequera: Siendo un laberinto de roca y vegetación, en verdad, el Torcal asemeja un bosque de piedra con mucho duende. Joya natural de Andalucía, presenta caprichosas formas modeladas por el viento, el agua y el hielo.
- Dólmenes de Antequera: Una oportunidad para adentrarnos en la Andalucía más legendaria a través de una de las primeras integraciones conscientes de arquitectura y paisaje monumental de la Prehistoria europea. ¡Verdaderamente asombroso!
- Geoparque de las Sierras Subbéticas: Una espectacular propuesta de geoturismo, con una diversidad de poljés, lapiaces, simas y más de 800 cavidades, pudiendo recorrer, entre otras, la ruta de los Ammonites, fósiles con forma de espiral que vivieron hace 200 millones de años; o visitar la Cueva de los Murciélagos, monumento natural en Zuheros.
- Lagunas del Sur de Córdoba: Un auténtico paraíso de biodiversidad, donde se salvó de la extinción la malvasía cabeciblanca. También podremos divisar flamencos, patos colorados o grullas, entre otras aves.
Gastronomía
En un camino jacobeo nos gusta disfrutar de cada paso admirando los paisajes, conversando con las gentes del lugar, descubriendo el patrimonio histórico y cultural… pero también nos encanta degustar la deliciosa gastronomía local. Y en este tramo del Camino Mozárabe tendremos unos cuantos «momentos foodies» imprescindibles.
Los Montes de Málaga son hábitat de la típica cabra malagueña, de la que podremos probar sus exquisitos quesos y su cabrito lechal; muy conocido es el queso de cabra de la Sierra de Zuheros, ya en la Subbética. La Vía Verde del Aceite nos desvela que entramos de lleno en la cuna del «oro líquido«, que no podemos dejar de saborear en platos, como la famosa porra antequerana, o, simplemente, sobre una buena rebanada de pan, o por qué no, mojando un buen mollete.
Por otro lado, también es tierra de huerta, membrillo y viña, como nos dejan ver sus pasas y vinos de Málaga o las rutas enoturísticas que ofrecen las bodegas de Montilla-Moriles, todos al amparo de Denominación de Origen Protegida.
Sólo nos queda desearte: ¡buen Camino!
Con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Cofinanciado con el Programa Operativo FEDER de Andalucía 2014-2020
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
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