Un antiguo hospital de peregrinos reconvertido en casa rural
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27.01.2022
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Durante la Edad Media, a raíz del descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago y de las primeras peregrinaciones hasta la capital gallega, muchos de los monasterios del Camino de Santiago comenzaron a dar cobijo a los peregrinos.
Para poder atenderlos como era debido -pues muchos de estos templos no contaban con instalaciones apropiadas-, las órdenes religiosas, con la ayuda de nobles y reyes, empezaron a levantar hospitales para peregrinos. En ellos, los viajeros no solo tendrían espacio para descansar, sino también atención médica en el caso de que la necesitasen.
Uno de los impulsores de este tipo de alojamientos fue el rey Alfonso III, quien apoyó la creación de una red asistencial en el Camino de Santiago que comenzó a desarrollarse a partir del siglo XI. Algunos de los más conocidos fueron el hospital de San Marcos, en Léon; el hospital de Santa Cristina de Somport, en Aragón; o el Hospital Real de Santiago, levantado por los Reyes Católicos.
Con el tiempo, estos hospitales de peregrinos fueron entrando en desuso y muchos de ellos sufrieron el abandono, como fue el caso del de Santa Cristina de Somport, que actualmente es un yacimiento. Por suerte, no todos se perdieron. Algunos de los que han sido catalogados como patrimonio del Camino de Santiago han sido reconvertidos en alojamientos para peregrinos o viajeros.
Este es el caso del Hospital del Caminante I y II. Un antiguo hospital de peregrinos situado en Puebla de Lillo, en el corazón de los Picos de Europa de la parte leonesa, reconvertida en una casa rural.
Una casa rural que engloba 5 siglos distintos
Durante muchos años, el único vestigio que recordaba a los vecinos de Puebla de Lillo que por allí pasaban peregrinos del Camino de Santiago era un antiguo arco de medio punto situado junto a la iglesia parroquial. Correspondía a la fachada de un antiguo hospital de peregrinos de los siglos XV y XVI; aunque por su aspecto ruinoso y solitario costaba imaginar su relevancia de antaño.
Hoy, en cambio, no hace falta que imaginemos. El arco es parte del reformado Hospital del Caminante I y II. Un alojamiento rural que ha recuperado su esplendor y su historia.
“La idea del proyecto surgió de mi padre, Gregorio Corral Alonso. Es anticuario y, cuando encontró los planos del pueblo, se dio cuenta que había dos vestigios de cierta importancia”, nos cuenta su hijo, Gregorio Corral Carmona.
Las obras le llevaron unos 15 años y con ellas no solo recuperó la historia del antiguo hospital de peregrinos, sino también un modelo de abadía, con planta rectangular y otra en forma de ele.
Gracias a su profesión como anticuario, Gregorio Corral compró durante 30 años numerosas piezas antiguas en subastas que le sirvieron para ampliar su colección y aportar un valor único al nuevo edificio: la mezcla de diferentes épocas. “Tenía una colección de piedras del siglo XV al XIX, es decir, de 5 siglos distintos”, nos explica Gregorio hijo. Entre ellas había columnas, bóvedas, peldaños de escaleras, arcos, ventanas con celosías originales, caras esculpidas, altares… Que fueron utilizadas durante su reconstrucción.
Según Gregorio, “El vestigio más relevante es la incorporación de un escudo con ventana de la orden de Cluny del siglo XIII”. Una orden francesa que aparece en Hispania en los siglos XII y XIII.
La fachada también cuenta con piedra de sillería y un arco con ventana del siglo XII de la Orden del Císter en piedra arenisca. Algunas de las ventanas son de piedra caliza, cuenta con arcos religiosos y escudos de piedra blasonados, además de usar el hierro forjado.
En sus interiores también tenemos la sensación de viajar a otra época. Su mobiliario de madera noble hace que el tiempo no haya pasado. En el dormitorio hay una cama con dosel y en el comedor una gran mesa de madera que es la delicia de cualquier velada.
Por norma general, los antiguos hospitales de peregrinos solían datar de uno o dos siglos, por lo que la mezcla de cinco épocas diferentes es un aspecto novedoso que hace que sea único en su categoría y que haya sido declarado por la Junta de Castilla y León como Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural.
Actualmente el alojamiento Hospital del Caminante dispone de dos casas rurales situadas en el corazón de los Picos de Europa. Esta era la antigua vía de comunicación que unía el Camino de Santiago francés con el Camino Primitivo, por lo que muchos de los viajeros de antaño cruzaban estas montañas para dirigirse hasta Oviedo o León.
Su situación, en plena montaña, hace que sea el lugar idóneo para disfrutar de la nieve en invierno (no hay que preocuparse por el frío, hay chimenea) y de suaves temperaturas en los meses más cálidos. Además, está muy cerca de Riaño, donde se encuentra el columpio con las mejores vistas de León y en donde podemos navegar en barco por su embalse.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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