Casas rurales para transportarse a otros países
Escrito por
04.02.2024
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¿Quién nunca soñó con en dar la vuelta al mundo? Descubrir nuevas culturas, conocer diferentes personas, disfrutar de paisajes de infarto. Por esa razón, hoy os queremos compartir algunos alojamientos que os transportarán a otros países.
Si lo que se busca son nuevas experiencias y acercarse a otras culturas, en estas casas rurales tendrás la sensación de haber viajado muy lejos sin cruzar fronteras. ¡Mira!
Un paseo provenzal
Son Vell, en Manacor (Mallorca), parece recién sacada de una callejuela de Grasse, ese pueblo del sur de Francia bañado en los olores florales de su industria perfumera que inspiró a Patrick Süskind a la hora de escribir El Perfume.
Entre la tranquilidad de la montaña y los servicios de la ciudad, esta antigua casa de campo empapada en piedra cuenta con una situación privilegiada y dispone de todas las comodidades para una estancia única. Además, la hacienda está rodeada por más de 70.000 m2 de campo, donde el viajero también podrá encontrar una maravillosa piscina integrada en el entorno.
A la Laponia a ver estrellas
Los iglús de la Laponia son uno de los alojamientos más codiciados del Círculo polar ártico. Están aislados, rodeados de naturaleza y desde ellos, si hay suerte, se pueden contemplar las auroras boreales.
Vale, en España no gozamos de este espectáculo de luces, pero desde el Hotel Estrelles de Prades podrás observar todas las estrellas cómodamente y calentito desde la cama. Estos iglús no tienen nada que envidiarles a los de Europa del Norte.
Mellizos de Matmata
Si hay algo característico en la ciudad tunecina de Matmata son sus casas cueva, que sirvieron de escenario en la conocidísima película La Guerra de las Galaxias. Guadix, en Granada, acoge un peculiar hotel rural, Cuevas Almagruz, que evoca, sin lugar a dudas, la arquitectura de estas moradas.
Además, se encuentran en el entorno del Parque Natural de Sierra Nevada y dispone de huerto ecológico y terraza con piscina, ideal para una estancia inolvidable.
Vacaciones a la tirolesa
Hay que cambiar los Alpes por los Pirineos, pero no se puede negar que el Hotel Rural Estanys Blaus, en Tavascan (Lleida), recuerda la arquitectura del Tirol. Asimismo, está situado en una zona donde la naturaleza y la calma cobran un verdadero significado.
Un paraíso rodeado de altas montañas, lagos de origen glaciar, bosques y ríos de aguas cristalinas. Este alojamiento dispone de 26 habitaciones con baño completo y vistas incomparables, piscina, jacuzzi y sauna.
La yurta de los nómadas
Las yurtas son típicas de las estepas de Asia Central, como Mongolia, Kazajistán o Kirguistán. La población era nómada, se trasladaba en busca de recursos y del mejor clima para cada estación del año
Con ellos llevaban estas peculiares tiendas de campaña con una gruesa cubierta que, además de que era fácil de transportar, les permitía soportar los cambios climáticos. En Córdoba no hay nómadas, pero sí yurtas. En Casa La Nuez puedes vivir la experiencia en su yurta mongola de gran tamaño.
Aventuras a una casa rural en la Tierra Media
Para los que quieran viajar aún más lejos, os proponemos un viaje a Tierra Media. Más concretamente a La comarca, donde viven los hobbits. Hasta el pasado año, para revivir las aventuras de Tolkien hacía falta volar hasta la otra parte del mundo, a Nueva Zelanda. Pero ya no es necesario irse tan lejos.
En Viveiro, Galicia, podemos vivir como los hobbits en Mi Tesoro. Un complejo de pequeñas casas que siguen la estética de Hobbiton.
Pasajeros al tren
Si ninguno de los anteriores destinos te convencen, siempre puedes subirte al tren e imaginar que llegas a tu lugar soñado. El Vagón de Baides no es el Interrail ni el Transiberiano, es mucho más cómodo. Se trata de dos antiguos vagones de los años 60/70 totalmente reformados con jardín y barbacoa. Te estarán esperando en la Sierra Norte de Guadalajara.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.
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