La Cimbarra, el salto de agua oculto en Sierra Morena
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05.10.2022
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3min. de lectura
Es fácil imaginarse caminando entre naturaleza en la provincia de Jaén. Y es que, esta comunidad andaluza puede presumir de ser un auténtico paraíso para los que buscan adentrarse en el verdor de su entorno. Al ya de por sí espléndido Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, hay que sumar otras maravillas como la ruta por el río Borosa o la protagonista de hoy: la ruta de senderismo a la cascada de la Cimbarra, un cómodo recorrido con varias sorpresas.
Para comenzar la aventura nos dirigimos a la localidad de Aldeaquemada, un municipio jiennense que se levanta cada mañana en el epicentro del Parque Natural de Sierra Morena Oriental, en pleno Parque Natural de Despeñaperros. Desde ahí, tan solo hay que seguir las claras indicaciones y completar los 2 kilómetros de la ancha pista de tierra que separan el pueblo del parking oficial de este paraje natural.
El sendero hasta la cascada de la Cimbarra parte justo desde el aparcamiento. Es un trayecto circular, bien señalizado y muy sencillo de apenas 3 kilómetros que no nos llevará más de una hora completarlo.
Estamos en Despeñaperros, por lo que encontrarse con desfiladeros de gran altura será la tónica general de esta senda. A lo largo del recorrido encontraremos varias atalayas naturales que nos permitirán contemplar la profundidad y perfil afilado de este rincón natural.
Un rincón por el que se desliza encajonado el río Guarrizas y cuyas aguas se despeñan montaña abajo a 40 metros de altura formando la espectacular cascada de la Cimbarra. Si se visita en época de fuertes lluvias, la fuerza con la que cae el agua es arrolladora.
Dónde obtener las mejores vistas de la cascada de la Cimbarra
Además de las atalayas mencionadas, la ruta permite disfrutar de dos miradores. El primero con el que nos encontraremos será, precisamente, el mirador de la Cimbarra. Para llegar hasta él deberemos desviarnos un poco de la ruta y ascender un camino de losas de piedra. En breve habremos llegado y podremos maravillarnos con la amplitud y grandiosidad del entorno que nos rodea así como capturar una imagen de postal de la cascada.
Tras regresar de nuevo sobre nuestros pasos, continuamos la ruta para toparnos con el siguiente desvío. Esta vez el que nos permite llegar hasta el mirador El Desfiladero: 100 metros de recorrido que tienen como regalo una espectacular panorámica de la falla que forma la pared rocosa que recorre el lugar. Este mirador es especialmente indicado para el avistamiento de aves pues lo surcan a diario varios ejemplares de buitre, búho real o águila real.
Desde este segundo mirador se visualizan a la perfección los pliegues y rizaduras que en su día -hace más de 500 años- formó el oleaje. Una época en la que todo este territorio estaba sumergido bajo el mar, como así lo demuestran los diferentes hallazgos de organismos marinos encontrados en la zona.
Como complemento a esta ruta, es más que recomendable visitar el cercano yacimiento arqueológico de la Tabla de Pochico donde pueden observarse varias pinturas rupestres que datan del Neolítico; así como otras dos cascadas de menor tamaño pero con una belleza muy singular: La cascada del Cimbarrillo, en el arroyo de Martín Pérez, y la cascada de María Antonia, en el arroyo de la Cimbarrilla.
Elísabet García
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