Cascada de la Osera, la más alta de Andalucía
Escrito por
19.11.2023
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3min. de lectura
Son muchos los tesoros que guarda el Parque Nacional de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Rutas de senderismo que nos maravillan a cada paso, recovecos escondidos llenos de magia natural y, cómo no, rincones de gran belleza donde el agua es la protagonista. Uno de estos lugares es la Cascada de la Osera, en pleno Valle de la Osera, un salto de agua de 130 metros que ostenta el título de ser la más alta de Andalucía y la segunda de España solo por detrás del Salto del Nervión.
No es un lugar tan popular como la Ruta del Río Borosa por su elevada dificultad pero si te gusta la aventura de montaña, la belleza del destino compensa el esfuerzo que exige.
Nos dirigimos hasta el municipio de Mogón, en el término municipal de de Villacarrillo; más concretamente, hasta el Embalse de Aguascebas. Es justo aquí donde comienza esta ruta de unos 6,5 kilómetros que discurre paralela al Arroyo de Aguascebas Chico, el cual cruzaremos varias veces por unos puentes de madera que salvan su cauce.
Aunque bien merece la pena, hay que resaltar que es un recorrido de cierta dificultad pues presenta varias pendientes pronunciadas. El desnivel acumulado es de unos 500 metros aproximadamente. Eso sí, la ruta está muy bien señalizada y es fácil de seguir.
La Ruta a la Cascada de la Osera presenta dos tipos de recorridos, en primer lugar es lineal para, poco después del Paso del Aguantadero, comenzar el recorrido circular que deberemos comenzar del lado izquierdo.
Durante el trayecto, además de disfrutar de la rica fauna del espacio protegido y del vuelo de especies como el águila, el halcón común o los cernícalos, saldrán a nuestro encuentro varias pozas naturales de aguas cristalinas así como saltos de agua de dimensiones más discretas, como el Aliviadero del Río Aguascebas o el Salto de Chorrogil.
Los primeros pasos transcurren por una frondosa mancha de pinos hasta alcanzar el Paso del Aguardentero, un sendero bastante estrecho que nos obliga a cruzar la cresta de la montaña de un lado a otro. Este tramo nos lleva hasta un escarpado descenso que, sobre todo si ha llovido en los últimos días, puede ser algo complicado de recorrer; sobra decir que se han de extremar las precauciones y que se ha de ir correctamente equipado con un buen calzado de montaña que nos agarre al terreno. Y si puedes ir acompañado, mucho mejor.
Para aliviar la bajada de este tramo, que en algunas ocasiones es bastante vertical, el camino presenta escalones y barandillas de madera para poder sujetarnos.
Unos metros más adelante llegaremos al Mirador de la Osera, el primer lugar desde el que contemplar el espectacular salto de agua precipitándose vertiginosamente ladera abajo. La postal está asegurada.
Unos pasos más adelante habremos llegado a nuestra preciosa meta, la base de la Cascada de la Osera. Es cierto que, desafortunadamente, no en todas las épocas del año tiene agua por lo que es más que recomendable visitarla en primavera, con los primeros deshielos, pues así nos aseguraremos de disfrutar de todo su esplendor después de haber hecho el esfuerzo de llegar hasta ella.
Elísabet García
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