Las 3 cascadas de España declaradas Monumento Natural

La naturaleza ofrece espectáculos impagables, pero el ser humano no siempre es consciente del regalo que suponen. Hay algunos de esos elementos que necesitan una protección especial por ser notorios en alguna faceta como singularidad, belleza o rareza y se les otorga a través del nombramiento de Monumento Natural. En España, son los gobiernos autonómicos los que otorgan esta ‘titulación’, que existe desde 1927 cuando apareció recogida en la Ley 4/1989, de 27 de marzo de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres.

En la lista de Monumentos Naturales –en la que también figuran otras categorías como ‘Paraje Natural’, ‘Reserva Natural’, ‘Paisaje Protegido’ o ‘Reserva Natural de Fauna Salvaje’, entre otras– se encuentran maravillas como el eucaliptal conocido como Souto da Retorta de Viveiro, el Maar de la Hoya del Mortero de Campo de Calatrava o las Cuevas de Fuentes de León. Estos son solo algunos ejemplos, porque la península ibérica está llena de estas peculiaridades del medio ambiente que merecen una atención especial.

Las cascadas y saltos de agua son algunos de los accidentes naturales más grandiosos y que más ojos como platos y bocas abiertas provocan. La fuerza y el estruendo que se perciben en estos lugares en sus momentos álgidos son a la vez, imponentes y tranquilizadores. Y en las temporadas de altas temperaturas auténticas tentaciones, aunque no siempre están disponibles para el disfrute de las personas.

Las sequías que se van produciendo a lo largo del año hace que, a veces, el agua brille por su ausencia. Por lo tanto, es recomendable informarse del estado del caudal antes de organizar una excursión. Estas son las tres cascadas de España declaradas Monumento Natural.

Cascada del Huéznar (Andalucía)

Perteneciente a la Sierra Morena de Sevilla, el río conocido como el Huéznar o Huesna, forma unas cascadas cerca de su nacimiento que se han hecho famosas. Han sido reconocidas como Monumento Nacional en 2001 debido a sus valores geológicos, ya que los saltos de agua se formaron como consecuencia de dos fallas de desplazamiento en el cauce del río.

En esta parte, el agua transcurre entre bosques frondosos conformados por chopos, sauces o fresnos y va formando pozas además de las cascadas de travertino o tobas calizas (un tipo de rocas muy porosas) por el carbonato cálcico que contiene el líquido. 

Hay que tener en cuenta que el baño solo está permitido en la playa de San Nicolás, que se encuentra más arriba de las cascadas, en ningún otro sitio más. Cerca se encuentra el área recreativa El Martinete, con aparcamiento, bar y zona de picnic con mesas y asientos de piedra. Desde ahí se emprende el camino ascendente a estas cascadas también conocidas como Las Chorreras.

Debido a las altas temperaturas y a la ausencia de agua, actualmente el caudal del Huéznar es muy bajo, por lo que la zona está algo seca y el salto es un fino hilo de agua. La mejor época para visitarlas es en primavera.

Cascadas de Oneta (Asturias)

Se encuentran en Villayón, también conocido como ‘el concejo del agua’, y son un conjunto de tres saltos que en total suman unos 20 metros de caída. La más larga, de 15 metros, es la primera, llamada La Firbia. Es la que tiene un acceso más fácil. Su hermana mediana, La Firbia de abajo es un poco más difícil de observar; aunque la más compleja es la tercera, la Maseirúa, ya que su enclave es más abrupto y, de hecho, es casi imposible llegar (al menos, manteniendo el sentido común).

Oneta son de las pocas cascadas de España declaradas Monumento Natural, fue en 2001. Para llegar a ellas hay que partir desde la localidad de Oneta y recorrer una senda de 1.500 metros. Antes de llegar, a unos 900 metros, se encuentra uno de los molinos que hay por la zona. Un poco más adelante se puede ver la primera cascada, entre un bosque de robles, alisos y castaños. Una de las flores que más abunda es el narciso amarillo. El baño está permitido para quien se atreva, porque el agua suele estar muy fría.

Nacimiento del Río Cuervo (Cuenca)

Es una de las cascadas de España declaradas Monumento Natural desde 1999 y está ubicada en Vega del Codorno, en Cuenca. El momento más propicio, si se busca un espectáculo visual difícil de igualar, es en invierno. Cuando las temperaturas están lo suficientemente bajas, el agua se congela y da lugar a estalactitas de hielo o carámbanos que parecen haber detenido el tiempo. Esto se debe, en parte, a que se encuentra a 1.469 metros sobre el nivel del mar, un dato a tener en cuenta.

En el deshielo, en primavera y si el clima lo ha permitido, el agua se desfila con fuerza sobre las rocas y forma los saltos de agua que parecen visillos. El manantial del que surge este río se cuela entre los travertinos formados por el carbonato cálcico del agua y va tomando fuerza según avanza.

El nacimiento no es lo único que se puede observar en el perímetro del Monumento Nacional. De hecho, se pueden realizar varias sendas además del Sendero del Nacimiento del Río Cuervo, que tiene forma circular, una longitud de 1.500 metros y es accesible para personas con movilidad reducida. Una de ellas es el sendero de la Turbera, que recorre unos 1.500 metros, atraviesa una turbera calcárea y termina en el aparcamiento en el que empiezan todas las sendas. Además, también se puede recorrer el sendero del Pinar, mucho más largo ya que se extiende por 11 kilómetros de bosque de pinos. Se accede a él a través del sendero de la Turbera. 

Quienes deseen conocer más acerca de este lugar pueden aprovechar la excursión para visitar el Centro de Interpretación del Nacimiento del Río Cuervo ‘Casa de la Herrería’ situado en el pueblo.