El pueblo que salta por encima de los bebés
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10.02.2022
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En la provincia de Burgos, en concreto en la localidad de Castrillo de Murcia, tiene lugar una peculiar fiesta durante la festividad del Corpus. De por sí suficiente para conocer este pueblo. Se trata de un antiguo ritual que se sitúa en los inicios del siglo XVII. Un hombre, vestido con un llamativo traje semejante a un diablo, salta sobre un grupo de recién nacidos tumbados en colchones. El salto de El Colacho indica que cubre a los pequeños contra los males.
Esta peculiar fiesta que, viene celebrándose desde 1620, se ha convertido en una de las celebraciones populares más extrañas del mundo. Tiene lugar 60 días después de Pascua, durante la fiesta religiosa de la localidad burgalesa. La farsa o juego de escarnio representa el mal y la herejía, algo que logra vencer la fe del pueblo cristiano con el sacramento de la Eucaristía.
El Colacho que ‘limpia’ los pecados en Castrillo de Murcia
El Colacho, que realmente es el apelativo con el que se le nombra a la persona que salta (ataviado con una botarga de llamativos colores y cubierto por una máscara), ‘limpia’ los pecados de los bebés que han nacido ese año en el pueblo cuando ejecuta el movimiento. Una vez producido el salto, a los niños se les rocía con pétalos de rosa para purificarlos. Los padres asisten emocionados al acto, y hay turistas que han comentado que el salto del diablo resulta aterrador. Por fortuna, nunca ha habido que lamentar accidentes.
A pesar de su cariz religioso, el festival de El Colacho no está reconocido por la Iglesia de manera oficial. Es más, algunos sectores de la Curia han mostrado su desacuerdo con la fiesta. Sin ir más lejos, el expapa Benedicto XVI solicitó al clero español que se distanciase del ritual.
La fiesta de El Colacho reúne a un nutrido público en Castrillo de Murcia, tanto de lugareños como de visitantes. Aquí manda la superstición, y los vecinos del pueblo consideran que quienes no son bendecidos de esta peculiar manera en su primera infancia seguramente sufrirán enfermedades y otros problemas en la edad adulta.
Fiesta de Interés Turístico
Castrillo de Murcia, pedanía que pertenece al municipio de Sasamón, es un pequeño pueblo que no llega a los dos centenares de habitantes, pero ha alcanzado fama que traspasa fronteras con el salto de El Colacho sobre los bebés. Una fiesta que está declarada de Interés Turístico de Castilla y León.
Se dice que el nombre del municipio puede derivar de Castello de Muza debido a que un guerrero árabe, de nombre Muza, levantó en la zona un castillo-fortaleza en el espacio ahora conocido como el cerro de Santa Bárbara, en su conquista desde Zaragoza a León.
Aunque se hayan localizado restos romanos y celtibéricos en la zona, el origen de la población se remonta a la Edad Media. El conde Diego Rodríguez Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos, fue el encargado de repoblar Castrillo de Murcia mientras reinaba Alfonso III.
Su principal reclamo patrimonial es la iglesia de Santiago Apóstol, de estilo gótico y renacentista. Erigida sobre restos románicos entre los siglos XV y XVI, despierta la atención del viajero una escalera de caracol en el interior de la torre que cuenta con más de un centenar de escalones.
No es lo único interesante del templo. La iglesia también dispone de un bello retablo de estilo barroco (siglo XVII) dedicado a Santiago Apóstol y a Santa Bárbara. En él sobresale una talla gótica de Jesucristo, así como una sepultura del antiguo párroco Juan Conde (siglo XVI). Merece la pena también acercase a contemplar las pequeñas ermitas de San José y Santa Bárbara.
Visitar Sasamón y Castrojeriz
Llegar a Castrillo de Murcia y disfrutar de sus alrededores es un lujo para el viajero. Cercanas están las poblaciones de Sasamón y Castrojeriz. La primera, de un millar de habitantes, perteneció antiguamente a la región de los turmódigos. El primer emperador de Roma, Octavio Augusto, se estableció en ella en el siglo I a.C. para invadir el país de los cántabros.
De su pasado, Sasamón conserva restos de la muralla, de su puerta, diversas casas solariegas de fachadas blasonadas y una plaza con dos soportales del tiempo de Carlos III. Sin embargo, su principal reclamo patrimonial es la iglesia de Santa María la Real (siglo XVIII), el monumento más grande de la provincia detrás de la catedral de Burgos.
En un punto intermedio entre la N-120 y la N-620 se encuentra Castrojeriz, fundada, en opinión de algunos historiadores, por Julio César, de donde derivaría su primitivo nombre, Castrum Caesaris. Para otro grupo de expertos, su fundación se remonta a época árabe.
Conserva restos de su castillo, en lo alto de un cerro, de sus murallas, de sus puertas y una estructura urbana propia de las villas asentadas en el Camino de Santiago, principal fuente de riqueza durante siglos.
La iglesia de Santo Domingo (siglo XV) y la iglesia de San Juan (siglo XIII), son algunos de sus mejores ejemplos arquitectónicos junto a la colegiata de Nuestra Señora del Manzano (siglo XIII), de estilo gótico, con numerosas adiciones del siglo XVIII. Conserva diversos sepulcros medievales y un retablo mayor, con la Anunciación de la Virgen, del pintor Antón Raphael Mengs.
Javier Ramos
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