Este es el pueblo más pequeño de España con una catedral
Escrito por
20.05.2023
|
6min. de lectura
Hay un lugar en Huesca del que suele decir que es el lugar más pequeño de España que tiene un catedral. Y, aunque en realidad ya no es una catedral, el pueblo sigue teniendo una catedral. Ahora explicaremos todo esto con detalle y sencillez. Ese lugar, por cierto, es Roda de Isábena, que tiene unos cuantos siglos de historia y contiene en sus calles la catedral de San Vicente.
A finales del siglo IX, la zona donde está situada la localidad de Roda de Isábena pertenecía al territorio de Ribagorza, y este a su vez tenía como superior al condado de Tolosa. Fue entonces cuando el conde de Ribagorza, buscando aumentar su poder y tratando de ganar independencia, luchó por crear una diócesis episcopal propia.
Le fue bien y consiguió este objetivo. Poco después, una vez que Ribagorza tenía obispado, había que dotar a este de una sede. Y esta sede debía ser suficientemente importante y lustrosa como para que esa recién conseguida independencia se consolidara y se mostrara a todos.
En la Edad Media una catedral era signo de poder
En el siglo X Roda de Isábena era una localidad prominente, capital del condado de Ribargoza, y por lo tanto no era extraño que se situara allí la sede episcopal de esa nueva diócesis. Episcopal viene a indicar que allí había un obispo, y ese es un requisito esencial para que un edificio religioso se convierta en una catedral. En la catedral tiene su silla el obispo, por así decirlo, y también es la sede de su cabildo, esto es, del grupo de clérigos que asisten y aconsejan al obispo. Si esto no ocurre, si no hay un obispo, ese mismo edificio religioso se queda tan sólo en basílica y no se puede llamar catedral.
Así, dado que ya había obispo formalmente en Roda, lo siguiente fue levantar la catedral, algo que se hizo entre los siglos X y XII. De estilo románico, la primera construcción fue consagrada como catedral en noviembre del año 956. Pero todavía aquellas tierras estaban bajo el riesgo de ataques musulmanes y medio siglo más tarde uno de esos ataques, liderado por Abd Al-Malik, hijo de Almanzor, destruyó la catedral y asoló el pueblo.
Por una parte, podríamos decir que no quedan restos de aquel primer edifico. Pero, por otra, sabemos que los materiales de aquella construcción del siglo X fueron reutilizados cuando la catedral volvió a ser levantada a comienzos del siglo XI, después de que el lugar fuera consolidado bajo el avance cristiano.
La vida como catedral en términos religiosos de Roda acabó en 1149, cuando el obispado se trasladó a Lleida, recién reconquistada. Entonces el templo dejó de ser catedral, pero Roda siguió teniendo una catedral. Porque, fuera una catedral formalmente o no, lo que no cabe duda es de que el impresionante edificio siguió y sigue en pie y, para los visitantes, lo mismo nos da que formalmente tenga un rango u otro.
En todos esos años que fue sede episcopal, cumplió con lo que se esperaba de un edificio de esta importancia, más allá del propio culto y de las cuestiones puramente religiosas. En la catedral de Roda de Isábena se copiaron importantes obras escritas y sirvió de foco cultural.
El obispo de Roda tuvo una hija que fue esposa del rey que le acabó quitando el obispado a Roda
Una historia curiosa es la de uno de los obispos de aquel tiempo de construcción y reconstrucción. Es la historia del famoso rey Ramiro II de Aragón, que fue monje primero, luego rey y, posteriormente, de nuevo monje. Además tuvo una hija, y todo esto en 3 años.
Esto ocurrió tras morir Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, que dejó todas sus posesiones a las órdenes de monjes-soldados como los templarios y los hospitalarios. Tras muchos líos, que no vienen al caso, su hermano Ramiro acabó siendo el nuevo rey de Aragón. Pero ese Ramiro era obispo en Roda. No fue este un problema insalvable y el obispo dejó el hábito, se hizo rey de Aragón, se casó, en 1135, y tuvo una hija, en 1136. Un año después del parto su esposa ya estaba otra vez en su Aquitania natal y Ramiro era monje de nuevo. Nada se le podía objetar porque había cumplido con su deber y había dado una heredera legítima al trono.
Esa heredera al trono, que se llamaba Petronila de Aragón, fue prometida al poco de nacer al conde de Barcelona, que tenía 25 años. Ese conde era Ramón Berenguer IV, que siendo conde de Barcelona y príncipe de Aragón tomó la decisión de trasladar la sede episcopal de Roda de Isábena (formalmente ya sede Roda-Barbastro) a Lérida. Como vemos, todo está relacionado.
La catedral de Roda de Isábena fue víctima de un robo del famoso Erick el Belga
Pero volviendo a Roda de Isábena, que su catedral aún siga en pie y se muestre impresionante, es lo que lleva a afirmar habitualmente que es este el pueblo más pequeño con una catedral en España. Contando con que en la actualidad tiene menos de 50 habitantes, no se puede negar que es complicado encontrar rivales para este hecho. También es cierto que esta obra románica en inicio ha pasado por unas cuantas reformas, pero no ha perdido su esencia y si su aspecto exterior es impresionante, su interior es sorprendente.
En diciembre de 1979 el conocido ladrón de arte Erick el Belga llevó a cabo en este lugar uno de sus robos. Este hombre fue uno de los más importantes ladrones de arte del siglo XX, y en muchas zonas del centro de España fue sin duda un verdadero martirio. Entre otros objetos valiosos e irremplazables, Erick el Belga se llevó de Roda la silla de San Ramón. Una silla de tijera hecha de madera y con animales fantásticos tallados en sus maderas. Por si esto fuera poco, la silla fue troceada tras el robo. Tan sólo algunas partes se pudieron recuperar y hoy se exponen en el propio edificio.
Manuel Jesús Prieto
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo