Para alguien que pasó su infancia y adolescencia en un tranquilo pueblo de poco más de 15 habitantes, los recuerdos de infancia de Mário Monteiro son todo menos aburridos. En los años 70 y 80, Mário vivió momentos de aventura en el pequeño pueblo de Cevide, el lugar más septentrional de Portugal.
“Cevide para mí era ese rinconcito que tenía todo lo que necesitaba para mis aventuras. Básicamente, era mi pequeño mundo de niño y de adolescente”, recuerda Mário Monteiro, que hoy tiene 50 años. “Cevide en territorio parece un pequeño pueblo, pero siempre me ha proporcionado mucha adrenalina”, afirma.
Parte de esa adrenalina y de esos recuerdos están muy ligados al contrabando que siempre ha formado parte de los pueblos rayanos de Portugal y España, en una época en la que las fronteras estaban cerradas. Y Cevide, justo al lado de la provincia gallega de Ourense, no fue la excepción. Los padres de Mário Monteiro se dedicaban al contrabando, como mucha gente que vivía en zonas fronterizas.
“Por la noche era mágico, porque veía a esa gente que venía de otros pueblos para pasar la mercancía de España a Portugal”, recuerda en entrevista telefónica con EscapadaRural. El propio Mário, que actualmente es enfermero y vive en Ponte de Lima, también se dedicó al contrabando cuando aún era un adolescente. “Fuimos obligados a crecer más rápido, porque teníamos que poner dinero sobre la mesa”, explica.
Pero no todo fue trabajo y Mário guarda muy felices recuerdos de los momentos vividos en Cevide. El pueblo está rodeado por los ríos Trancoso y Miño, con abundante vegetación, por lo que durante el invierno los vecinos se dedicaban a la pesca y en verano toda la atención se centraba en la playa fluvial. “El río estaba lleno de gente y era casi como un lugar aparte, era un pequeño paraíso”, dice.
Con la apertura de las fronteras, el pueblo empezó a perder población y, hoy en día, sólo tres personas viven permanentemente en Cevide. A pesar de ya no vivir allí, Mário Monteiro heredó una propiedad familiar y decidió que tenía que hacer algo para que el pueblo no cayera en el olvido y el abandono.
En busca del mojón número 1
En 2009, el enfermero inició una campaña en redes sociales para dar a conocer el punto más septentrional de Portugal. “El punto más al norte era un gran atractivo que, si se hacía bien, podía dar nueva vida a Cevide”, argumenta. Pero eso no fue suficiente para atraer a la gente.
La prueba irrefutable de que Cevide es el lugar donde comienza Portugal llegó más tarde. “Los antiguos guardias fiscales decían que Cevide era muy importante, porque allí estaba el mojón fronterizo número 1”, cuenta Mário. A pesar de conocer el pueblo como la palma de su mano, el enfermero desconocía dónde se encontraba ese mojón.
Un día decidió ir en busca del mojón del que tanto había oído hablar, pero tenía dudas de que pudiera realmente existir. “Sobre una gran roca, vi una piedra enteramente hecha de granito que tenía un ‘1’ y una ‘P’. Cuando vi esto, lo asocié con la frontera y dije: aquí comienza Portugal”.
Sin embargo, Mário quería estar seguro de que se trataba de un mojón histórico e importante para Portugal antes de comenzar a publicitarlo. Entonces se puso a investigar y descubrió que, tras el Tratado de Fronteras de 1864, la piedra había sido colocada allí junto con el mojón número 1 de España, al otro lado de la frontera. Es decir, en Cevide comienza Portugal y, al otro lado del río Miño, en A Frieira (Ourense, Galicia), comienza España.
Mário Monteiro también descubrió que, alrededor de 1973, el Presidente de la República portuguesa en ese período, Américo Tomás, inauguró un cartel en el pueblo de São Gregório -al cual pertenece Cevide- que decía “aquí comienza Portugal”. En aquella época aún no existía la carretera hacia Cevide. Ese cartel fue robado y nadie volvió a verlo.
“Cevide, aqui começa Portugal” ya es una marca registrada
El enfermero empezó entonces por crear el grupo “Amigos de Cevide (aldeia onde começa Portugal)” en Facebook, que cuenta con más de 25 mil miembros. Temiendo que le robaran la idea, registró la marca “Cevide, aqui começa Portugal” y el punto más al norte. “A partir de entonces, Cevide dejó de ser solo un pueblo y se convirtió también en un producto”, afirma Mário Monteiro.
Así ha surgido la idea para el vino “Aqui Começa Portugal”, un vino verde Albariño, en colaboración con Quinta do Soalheiro. Se trata de un licor afrutado, que se diferencia del típico Albariño por ser turbio. El vino se vende en pequeñas cantidades y únicamente en una bodega ubicada en la Casa de Cevide, que era la bodega personal de los antepasados de Mário.
El mayor atractivo de Cevide sigue siendo, sin duda, el mojón número 1 y el punto más al norte, donde se han colocado pasarelas de acceso. Rodeado de vegetación y con una bonita playa fluvial, Cevide es un agradable lugar para pasear. La ecovía de aproximadamente 12 kilómetros permite caminar a lo largo del río Trancoso.
Aunque Mário Monteiro ha conseguido su objetivo de poner a Cevide en el mapa y el número de visitantes al pueblo ha aumentado, el enfermero no quiere que su pueblo se transforme en un lugar de turismo de masas. “Es una de mis batallas, e incluso la del Municipio de Melgaço, no crear un lugar para masas, para mantener la ruralidad, su encanto de siempre”, asegura.
Los planes de Mário pasan ahora por recuperar la casa que heredó de su familia y transformarla en turismo rural. Actualmente, ya existen dos casas preparadas para recibir turistas: una es el antiguo puesto de Guardia Fiscal y otra casa vecina. “La gente ya puede dormir en Cevide”, concluye Mário, emocionado de ver renacer su pueblo.
Ângela Coelho
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