Subida al Chorro Grande, la cascada más alta de la Sierra de Guadarrama

Si bien la Comunidad de Madrid es donde el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama más se deja ver, los verdes brazos de este espacio protegido llegan a alcanzar dos provincias de Castilla y León: Segovia y Ávila. Precisamente en su vertiente segoviana es por donde se precipita el salto de agua de mayor altura de este joven parque nacional, el conocido como Chorro Grande.

Este privilegiado enclave natural pertenece al término municipal de Palazuelos de Eresma. La ruta de senderismo que conduce hasta él da comienzo en el bonito pueblo segoviano de La Granja de San Ildefonso, concretamente, desde la tranquila urbanización Seo de Urgel, donde podremos dejar el coche. Tras abrir la puerta de una cancela, nos adentramos en el bosque.

El camino es cómodo, sin apenas desnivel -salvo un pequeño tramo final de fuerte pendiente- y el trayecto de ida, de aproximadamente 3 km, se completa en algo menos de una hora. Vamos allá.

Caminando hacia el Chorro Grande

Un frondoso manto de robles y pinos silvestres segovianos nos da la bienvenida, proporcionándonos una agradable y refrescante sombra en la que guarecerse, sobre todo, en los días de verano. Comenzamos con la banda sonora del arroyo de Peña Berrueco, el cual discurre a nuestra derecha en los primeros pasos.

Conforme avanzamos, el rugido del agua comienza a desvanecerse dejándonos a solas con el bosque, sus pequeños habitantes y sus arbustos, entre los que nos llaman especialmente la atención los fotogénicos helechos, las moreras y algún que otro ejemplar de arraclán. La tranquilidad es absoluta. Nos cruzamos con algún que otro senderista, pero no es lo más habitual. Esta zona de la Sierra de Guadarrama aún preserva algo de anonimato y se agradece.

Cruzamos un tímido riachuelo y, unos metros más adelante, saludamos al arroyo de la Fuente del Infante, el cual ofrece una escena que bien podría ser una postal. Un pequeño rincón abrazado por un puñado de rocas enmarcado en naturaleza. Unas cuantas piedras nos permiten cruzarlo sin dificultad y proseguimos nuestro camino.

La senda se vuelve más estrecha a partir de aquí, tanto que, en ocasiones, la vegetación que la flanquea a ambos lados casi engulle el sendero. Zigzagueamos poniendo especial cuidado en cada pisada y, de repente, se abre ante nosotros un claro en el bosque.

Alzamos la mirada y ahí está, a lo lejos, la Chorrera de La Granja, el Chorro Grande, precipitándose montaña abajo. Aunque su esplendor lo alcanza en primavera, con el deshielo, incluso en agosto puede observarse un más que decente chorro de agua. Ya estamos muy cerca.

Antes de seguir echamos la vista hacia atrás para llenar nuestra retina con la bonita foto que hay desde este punto de la localidad segoviana de La Granja, con sus reales jardines, la plaza de toros y la fábrica de cristales.

Apenas unos minutos después, a nuestra derecha, nace un sendero de fuerte pendiente que discurre a la derecha del arroyo Grande -el cual no hay que cruzar-. Estamos en el tramo final de la ruta, en el más exigente, pero ya casi hemos alcanzado la meta. Empezamos a entrever la gran mole rocosa bañada en agua entre los troncos de los árboles.

Y por fin, hemos llegado. Ante nosotros tenemos la cascada más alta de la Sierra de Guadarrama. Unos 80 metros cayendo en picado por una gran mole rocosa de piedra granítica. Un precioso escenario donde no faltan los pinos silvestres, distintas variedades de arbustos y cipreses. El fuerte contraste de grises y verdes es de una belleza visual impactante.

Ha llegado el momento de relajarse y disfrutar del lugar. El charco que se forma en la base es perfecto para bajar la temperatura corporal y ofrece el marco perfecto para tomarse un tentempié.

Si estás en buena forma, del lado derecho de la montaña de piedra nace un camino que permite subir hasta la cima. Eso sí, es muy resbaladizo, sobre todo en época de gran afluencia de agua por lo que, por favor, extrema las precauciones.

Parte de esta cascada llega a congelarse en los días más fríos de invierno, convirtiéndose así en uno de los destinos preferidos de los aficionados a la escalada sobre hielo.

Como ves, la cascada del Chorro Grande es adecuada para cualquier época del año, todo depende de qué aventura te apetezca vivir.