Chulilla en Valencia

Dice la Real Academia de la Lengua Lindo, bonito, gracioso refiriéndose al concepto de «chula». Del mismo modo le corresponde la misma definición a Chulilla, ahora en diminutivo, que no es una acepción lingüística sino un lugar, por cierto precioso, de la comarca de La Serranía (Valencia).

Chulilla es una de los puntos de reunión de escaladores de todo el país, pero tiene mucho más que ofrecer al viajero actual. Las casas se encaraman y alinean alrededor del valle que forma el río Turia, guardadas por los altiplanos de sus contornos y en uno de los cuales, en el más alto, domina el castillo medieval.

Qué hacer en Chulilla

Los escaladores lo conocen bien, pero además de las paredes ideales que ofrece Chulilla para los amantes de ese deporte también cuenta con otras opciones.

Senderismo SL-74 (Sendero local): Plaza de la Baronía-Charco Azul: 2 kilómetros de recorrido de escasa dificultad SL-72: Pz. de la Baronía-Cuevas-Peñeta: 1 kilómetro de dificultad media. SL-3: Calderones-Pantano: desde la Plz. de la Baronía, itinerario circular de 8 kilómetros. SL-71: Plz- de la Baronía-La Muela: 2 kilómetros de itinerario fácil PR-77: Chulilla-Embalse de Loriguilla-Sot de Chera PR-321: Pelma-Barranco La Hoya-Fte. de la Rinconá-Alto de la Bandera

Balneario de Chulilla Hidrocinesterapia Baño con hidromasaje Programa de educación y entretenimiento para el dolor de espalda Enseñanza de normas postulares y tratamiento con técnicas hidrotermales y de rehabilitación Masajes Tratamientos de belleza y estética. Piscina con agua minero-medicinal directa del manantial a 23º C

Qué ver en Chulilla

• El monumento principal de Chulilla es el Castillo, declarado como patrimonio Histórico-Artístico en el 1981. Fue el lugar desde donde la villa tomó forma y se fue expandiendo a lo largo del valle. Se llega a él desde las escaleras que aparecen detrás de la iglesia
• Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, construida sobre una antigua mezquita en los siglos XVI y XVII.
• El Balneario de Chulilla. Las aguas de la región han sido famosas desde la antigüedad.
• Emita de Santa Bárbara, templo del siglo XIV que fue rehabilitado en el XVIII
• El entramado urbano del centro histórico que transcurre entre casitas blancas y calles estrechas. Recuerda su pasado medieval

Qué puedo comer en Chulilla

Bien, después de tanta actividad conviene reponer fuerzas. Aquí van los platos típicos de Chulilla:

• Olla de berzas: alubias, acelgas y patata, con el toque especial de la hierbabuena
• Olla de carne: alubias, patata, cardo, tocino, morcilla de pan, morcilla de cebolla, güeña, mediana y hueso
• Rin-Ran: deriva de la olla de berzas con patatas, acelgas, alubias, bacalao, huevo duro, y un buen chorro de aceite de oliva
• Ajo arriero: patata, bacalao y aceite
• Postres: reguiños (más dulce que el «panquemado»), tortas de almendras, «congretes»

A menudo vemos fluir los ríos y damos cuenta de su delicadeza o de su transparencia o incluso nos embobamos con las pequeñas ondulaciones que producen la velocidad contra la vida y las piedras que se desarrollan en su interior. Pocas veces, en cambio, damos cuenta de su importancia para la villa y para todo el territorio que cruza a lo largo de su historia.

Apuntes de la historia

La existencia de agua revela, sin apenas pruebas, que este debió ser un asentamiento primitivo. En cualquier caso sí existen, como el hacha calificada que se ha datado del Neolítico y otros elementos encontrados que pertenecen a la Edad del Bronce.

Un vacío de información lleva a dar un salto hasta la Edad Media, porque los siglos anteriores carecen de documentación seria y todo gira ya en torno a las hipótesis. De manera que se llega a la fundación del reino de Valencia por Jaime I en el siglo XIII. Antes, sin embargo, son los musulmanes quienes han trazado la villa, quienes la han defendido erigiendo el castillo que hoy todavía se conserva y quienes han impulsado grandes obras de ingeniería hidráulica.

En el segundo tercio del siglo XIV llegan los «100 pobladores cristianos» al lugar, apartando así definitivamente a la población musulmana que había dominado el territorio durante siglos. Otro gran salto, hasta el presente, deja atrás la época del esparto (siglos XVI-XVII), la división de Villar y de Llosa (siglo XVIII), los cambios y las guerras (siglo XIX), la Guerra Civil, la riada del 1957 y el incendio del 1994.

Hoy Chulilla vuelve a lucir el brillo reflejado en sus fachadas y atrapa con fuerza su porvenir y a sus viajeros con sus encantos.