Un paseo por Cibanal y los desconocidos pueblos de Sayago
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28.12.2023
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La comarca de Sayago, fronteriza con Portugal y perteneciente a Zamora, es una comarca histórica llena de arte y mucho patrimonio. Es tradicional y en ella se incluyen alrededor de 60 núcleos de población con infinidad de paisajes, historias y muchos atractivos turísticos. Aunque dispone de muchos encantos y ofrece gran cantidad de actividades, lamentablemente cada año son más las personas que deciden mudarse a las grandes ciudades y menos las que deciden quedarse, perdiendo así bastante capital humano.
Con este artículo pretendemos acercaros un poco más a estas tierras de cultivo, tierras de campos, de embalses, de frontera y donde el pasado se junta con el presente. Aquí se puede ver la presa de Almendra, una obra de ingeniería hidroeléctrica en el río Tormes y que tiene el título de ser la más alta de España. También se pueden conocer las historias de fantasmas que vienen del pueblo sumergido de Argusino de Sayago, hacer un crucero por Arribes del Duero o empaparte bajo la cascada de Abelón.
Pero antes de conocer algunos de los secretos que guarda toda la región, queríamos saber de primera mano cómo fue vivir en uno de los pueblos de Sayago, en concreto en Cibanal de Sayago. Para ello contamos con una auténtica cibanaleja que nació y vivió en Cibanal. Con el tiempo acabó mudándose a Barcelona pero le tiene un cariño muy especial a la tierra que le vio nacer y crecer, y donde vuelve una y otra vez siempre que tiene ocasión.
Cibanal de Sayago: donde conviven pasado y presente
Cibanal de Sayago tiene alrededor de 60 habitantes, aunque cuando llega el verano, este número se ve multiplicado. Son varias las familias que han decidido conservar las casas o incluso construir nuevas que, aunque sean una segunda residencia, puedan seguir disfrutando de todo lo que ofrece este tranquilo rincón de Castilla y León.
Nuestra querida vecina sayaguesa nos comenta que: “El invierno era muy duro, recuerdo hacer fuego para poder entrar en calor. Sin duda prefería los veranos, con las fiestas del pueblo, algo más de calor, los días más largos y las noches más cortas”. “Uno de los mejores recuerdos que tengo del pueblo y de mi infancia está relacionado con las fiestas patronales, las cuales suelen celebrarse a finales del mes de julio. Recuerdo que hacían misa, sacaban a la virgen, habían procesiones, baile en la plaza y venían de todos los pueblos a vivir las fiestas con nosotros.”
También comenta que: “Algo que me hace feliz es que a día de hoy las fiestas también se viven aunque de otra forma ya que obviamente los tiempos han cambiado”. Y es cierto, desde EscapadaRural nos hemos informado y en las fiestas del año pasado (Fiestas de verano también conocidas como Maria Magdalena) había hasta campeonato de pádel, parrillada y la misma, que nunca puede faltar.
Es precisamente en tiempos de fiestas cuando Cibanal y la gran mayoría de los núcleos de Sayago ven un incremento en su población. De todos modos, aunque quizás en fiestas y durante el mes de agosto sea cuando pueda haber más ambiente, lo cierto es que toda la zona de Sayago y sus atractivos son bonitos sea la época del año que sea. Sus ríos siempre llevan agua, sus calles siempre están abiertas y los típicos mesones siempre están listos para ofrecer los platos más tradicionales.
Pasear por Cibanal es como hacer un viaje en el tiempo, sigue conservando la pequeña iglesia, conocida como Santa María Magdalena, y aunque ahora hay muchos menos habitantes, todavía es posible encontrar a vecinos que han estado allí toda la vida. “Antes vivían unas mil personas ya que todas las familias tenían mínimo 6 o 7 hijos, recuerdo a mucha juventud”. También es posible acercarse a conocer lo que era la antigua escuela. “La escuela era el mismo edificio tanto para hombres como para mujeres, está en la plaza del pueblo y ahora aunque no está activa, acoge varias asociaciones como el Hogar del Jubilado”.
Le preguntamos cómo recuerda el día a día en el pueblo, hace más de 80 años, a lo que responde: “Recuerdo ir a la escuela, luego íbamos a buscar nabos (según la temporada), ir a la viña, ir a buscar agua (a la fuente ya que no había agua) y ayudar mucho a la familia. También teníamos ratos libres ya que no todo era trabajar, los chicos solían jugar al frontón y las chicas solíamos ir de paseo. Recuerdo que había mucho baile, cualquier ocasión era buena para celebrar un baile”, comenta riéndose nuestro querido contacto de Sayago.
Por último, resulta muy curioso ya que aunque el tiempo haya pasado, son muchos los lugares que poco han cambiado, la pista de frontón sigue estando en el centro del pueblo, las fuentes siguen dando agua, sigue habiendo pequeños locales que venden productos, como la Quesería Artesanal Vallancho. “Es verdad que quizás antes habían más locales, todo se solía comprar en el mismo establecimiento, en el mismo lugar comprabas conservas y también agujas para coser, por ejemplo”. El tiempo pasa pero por suerte no todo se pierde y, en este caso, Cibanal intenta quedarse en el presente y no solo en el pasado.
4 actividades que no puedes perderte en Sayago
Si finalmente decides ir a visitar toda la zona de Sayago, no puedes irte sin antes haber realizado estas 4 actividades. Son perfectas para poder conocer un poco más de este maravilloso entorno y empaparte de la cultura y tradición que allí se respira.
La primera actividad es ir a conocer los pueblos que rodean a Cibanal, entre los cuales se encuentra Villamor de Cadozos, conocido como la Venecia de Sayago por la cantidad de pozas y charcas que va dejando la ribera por todo el pueblo y la cantidad de restos que tiene ya que existe documentación de esta población desde el siglo XI.
Tampoco puede pasar desapercibido Bermillo de Sayago, sin duda el principal núcleo donde se concentran los servicios y principales industrias o Fermoselle, que ha sido musa de autores y poetas como Miguel de Unamuno. Haciendo un poco más de hincapié en Fermoselle, es también conocida como el balcón del río Duero, fue declarada conjunto histórico artístico en 1974, conserva un pasado medieval y es conocida como la población de los 1.000 bodegas.
La segunda actividad está mucho más vinculada a la naturaleza, es una visita que sin duda no puedes dejar de hacer y es acercarte hasta las Arribes del Duero. Conocer el Gran Meandro, el mirador de la Peña del Cura o hacer un crucero fluvial para acabar de explorar todos los rincones que nos ofrece el río a su paso por estas tierras. Si han habido lluvias recientes, también es muy recomendable hacer una pequeña visita a la cascada de Abelón, una de las más populares en Sayago.
La tercera es ir hasta el embalse de La Almendra y contemplar la impresionante presa, la de mayor altura de todo el país y conocer toda su estructura. Si el nivel del agua es bajo se podrá ver la población de Argusino, la cual quedó oculta bajo sus aguas.
Por último, acercarse hasta nuestro vecino Portugal y conocer uno de los pueblos más cercanos, Miranda Do Douro, que conserva una lengua propia llamada mirandés. Esta lengua mirandesa es una variedad de la lengua leonesa y es de origen leonés (existen documentos en mirandés desde el siglo XI).
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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Veo muy interesante conocer de cerca los Arribes del Duero, acabo de comprometerme personalmente en visitarlos esta primavera que creo es la mejor época del año para hacerlo.