Desierto de Gorafe: la Capadocia andaluza con más megalitos de Europa

Granada es una de las provincias más ricas en paisajes de Andalucía. Y es que, si bien su mundialmente conocida Sierra Nevada es la protagonista indiscutible, existen otros escenarios, como el desierto de Gorafe, que ofrecen una experiencia radicalmente distinta. Cierto que es una zona bastante desconocida, pero no porque le falten méritos.

El desierto de Gorafe es extremadamente árido y apenas presenta vegetación. Situado entre la comarcas de Guadix y Baza, lejos de ser un paisaje monótono, sorprende a quien lo visita por sus imponentes cañones que llegan a alcanzar los 100 metros de altura y sus curiosas formaciones rocosas. Sus rojizas arcillas le han valido para ser apodado como el “desierto de los Coloraos”.

A sus monumentos naturales hay que sumar el hecho de que alberga el mayor número de megalitos de Europa: 81 para ser más exactos. De hecho, cuenta con un Centro de Interpretación del Megalitismo, con proyecciones 3D que permiten conocer en profundidad los detalles de estas ancestrales construcciones.

En el desierto de Gorafe se han hallado importantes yacimientos arqueológicos, como el de la Edad de Bronce de El Malagón, donde se han descubierto restos de poblados y objetos de la cultura argárica como atestigua el cerro Culandrillo.

Una maravilla de la naturaleza de estas características debe estar bien protegida, de ahí que el parque forme parte de la red mundial de Geoparques de la UNESCO.

Hace 4 millones de años, el desierto de Gorafe era agua

Pero aún hay más. El desierto de Gorafe es el primer Parque Estelar de Andalucía. Un nombramiento otorgado por la Fundación Starlight por su labor y compromiso en la divulgación científica y la conservación de sus cielos, que son de los mejores del planeta para contemplar las estrellas. Catalogación que comparte con otros rincones de la geografía española como el valle de Alcudia de Castilla La Mancha, la comarca de las Cuencas Mineras de Teruel o el Alto Turia de la Comunidad Valenciana.

Para capturar una imagen amplia y admirar el paisaje en toda su magnitud, te recomendamos subir a sus miradores: Badlands de Purullena y Cárcavas de Marchal. Dos balcones estratégicamente situados al borde de los acantilados que se alzan y dominan este lugar tan especial.

Como curiosidad, hace 4 millones de años, este extenso espacio era el fondo del gran lago de agua dulce que constituía buena parte de la actual provincia granadina. Una acumulación de agua que, finalmente, debido al movimiento de tierras, acabó desembocando en el valle del Guadalquivir. Desde entonces, los ríos y torrentes han ido esculpiendo esta obra de arte natural repleta de baldíos que podemos ver hoy día.

¿Y a qué términos municipales pertenece este tesoro histórico? A Villanueva de las Torres y a Gorafe, una localidad, ésta última, con más de 300 casas cueva donde disfrutar de unos estables 20 grados (inclusive en verano), restos de murallas musulmanas y un sobresaliente casco urbano donde destaca su iglesia mudéjar del siglo XVI.

Estamos en un entorno único, con bellos monumentos rocosos, fuentes de aguas termales y chimeneas de hadas que bien podría ser, si nos lo permitís, la Capadocia andaluza. Un lugar único en el que vivir su extenso patrimonio y arqueología de día y disfrutar de sus limpios cielos estrellados cuando cae la noche.