Los destinos arqueológicos menos conocidos en España
Escrito por
08.04.2024
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7min. de lectura
Preguntémonos por un momento cuál sería el principal destino arqueológico español, ese que sin duda no puede faltar en un listado y que sea el primero que nos venga a la cabeza. ¿Lo tienes? Posiblemente hayas pensado en Mérida, conocida antaño como Emerita Augusta, o Atapuerca, mina de la investigación para arqueólogos y antropólogos.
Puede que también tengas en mente las fascinantes Médulas, antigua explotación aurífera romana y que sin duda es una de las mayores obras de ingeniería; o Altamira, con un arte rupestre que sorprende a todos los que se acercan hasta tierras cántabras.
Esta vez vamos a hacer un repaso por esos yacimientos que quizás no son tan conocidos pero que son de gran belleza. Esos que están en zonas algo más alejadas y que bien merecen una visita.
¿Sabías que el territorio español cuenta con un patrimonio arqueológico único y con cientos de yacimientos? Este dato es un claro indicador de la riqueza que sin duda poseemos en todas las comunidades.
Castro de Santa Tecla y petroglifos de A Pedreira, Galicia
Galicia es cuna de cultura castreña, asentamientos que normalmente tienen forma circular, como si de poblados con mucha fortificación se hablara, de origen celta y que solían ubicarse en posiciones muy buenas para su defensa.
Galicia cuenta con cientos y además muchos de ellos están al descubierto. Destaca Santa Tecla (Santa Trega en gallegos) por su buen estado de conservación, su ubicación (341 metros de altitud) y que fue descubierto hace escasos 100 años, en 1913.
A unos 25 Km de Lugo se encuentra el castro de Viladonga, el cual parece que emerja de un cráter o el castro de Elviña, muy cerca de A Coruña.
Por otro lado están los petroglifos, arte que ha sido esculpido en la piedra mediante incisiones en la misma, líneas que han superado muchos agentes erosivos y el paso de los años. Recomiendo acercarte hasta Oia y completar la llamada Ruta Máxica de Oia, de 20 kilómetros con parada en los petroglifos da Pedreira y Viveiro.
Teatro romano de Clunia, Burgos
No es el teatro romano de Mérida, ni el de Tarragona o incluso el de Cartagena. Hoy hablamos del teatro de Clunia. Está en Peñalba de Castro, Burgos, y fue uno de los que tenía mayor dimensión. Ha sido reconstruido y cautiva a todo aquel que se acerca a verlo ya que se construyó aprovechando la ladera y su entorno. Las vistas desde las gradas son mágicas y comenzó a hacerse realidad en el siglo I d.C.
Se diferencia de los demás ya que ofrece la posibilidad de visitarlo mediante visitas arqueo-teatralizadas, dando la oportunidad de conocer el lugar y entorno de la mano de personajes históricos. Como si de un viaje al pasado se tratase.
Parque Arqueológico de Segóbriga, en Cuenca
Algo más alejado encontramos también el teatro romano de Segóbriga, en Cuenca. Si el teatro de Clunia era de los más grandes, (aforo de 9.000 espectadores) el teatro de Segóbriga es de los más pequeños.
Está en Castilla La Mancha y forma parte del Parque Arqueológico de Segóbriga junto a las termas, algunas casas, murallas y puertas principales. El tiempo medio de visita es de 2 horas ya que se aconseja explorar por tu cuenta todo lo que el parque ofrece mediante un recorrido prefijado. No puedes irte sin antes conocer el impactante circo romano, construido para albergar carreras a mediados del siglo II d.C.
La Motilla del Azuer, Castilla La-Mancha
Se abrió al público en 2014 y quizás sea uno de los enclaves más impresionantes y uno de los menos conocidos. Pero… ¿Qué es una motilla manchega? Tal y como se establece en el libro Los Mejores destinos arqueológicos en España de Anaya Touring: “Son elevaciones artificiales del terreno que se localizan en zonas cercanas a acuíferos o lagunas, que tienen forma cónica y una robusta torre central fortificada con murallas concéntricas”.
Una curiosidad es que se cree que son las fortificaciones más antiguas en toda Castilla La -Mancha y en total “se ha constatado científicamente la existencia de 34 motillas: 31 en la provincia de Ciudad Real y otras tres en Toledo, Cuenca y Albacete”.
Pero…¿Qué tiene de especial la Motilla de Azuer? La situada en Ciudad Real está compuesta de murallas que salvaguardan un gran pozo excavado en el interior y que presume de ser el pozo más antiguo de la península. Desde fuera es totalmente imposible apreciar la grandeza del lugar y solo cuando estamos en su interior nos daremos cuenta de los laberínticos pasillos que recorren este asentamiento totalmente único.
“Dentro de la fortificación se han encontrado silos para el almacenamiento de cereales, un horno y corrales para el ganado. Es un hallazgo que certifica la existencia de una cultura del Bronce en La Mancha y que cambia la historia que se ha contado hasta el momento”.
Yacimiento arqueológico de Cástulo y su museo, Jaén
Lamentablemente, este yacimiento pasa bastante desapercibido. Está en el valle del Guadalquivir y la entrada para conocerlo es gratuita. Quizás lo que más destaca es su famoso mosaico, muy bien conservado y conocido bajo el nombre “mosaico del amor”, el cual sin duda marcó un antes y un después. Pero…¿Por qué se le llama el “mosaico del amor”? Pues porque se conoció en 2012 (hace muy muy poco) y todo aquel que lo ve queda enamorado. También tiene temáticas relacionadas con mitos como el mito de Paris o de Selene, antigua diosa lunar.
Desde luego, resulta imprescindible guardarse unos días y acercarse hasta la provincia de Jaén ya que se comenta que: “La riqueza de Cástulo era tal que fue una de las 10 ciudades más citadas en las fuentes clásicas”. Y es cierto, fue una de las grandes ciudades de la antigüedad y bastante amplia. Ofrece un recorrido ya preestablecido muy completo que pasa por murallas, necrópolis, el Castillo de Santa Eufemia, entre otros puntos de interés.
Cenobio de Valerón, Gran Canaria
El último yacimiento es muy peculiar. Hablamos de paredes llenas de orificios que han sido excavados en la roca en la isla de Gran Canaria, en el municipio de Santa María de Guía.
En total, suman más de 350 oquedades y se destinaron al almacenamiento de cereales y otros alimentos o cosechas agrícolas. Dentro de estos hoyos o huecos se conservan grabados sobre costumbres y cuentas de los productos que se almacenaban en su interior. Se cree que fueron utilizados por los aborígenes de la isla hasta finales del siglo XV.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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