Las montañas españolas donde se rodó La sociedad de la nieve
Escrito por
16.01.2024
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7min. de lectura
La nueva película de J.A. Bayona, disponible en Netflix, recupera el trágico accidente del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló en los Andes el 13 de octubre de 1972.
Una historia que conmocionó al mundo y no solo por el accidente, sino por la hazaña de sus protagonistas: de los 45 pasajeros, 29 sobrevivieron al impacto y 16 salieron de allí con vida a pesar de las duras condiciones de la montaña: clima extremo, dos aludes, los restos de la aeronave como único refugio, ausencia de agua, de comida… En total, los chicos estuvieron 72 días olvidados en los Andes y, en entrevistas realizadas en diferentes medios de comunicación, algunos de ellos reconocieron que era la primera vez que pisaban la nieve.
Los hechos pudimos conocerlos anteriormente en otras obras cinematográficas como Supervivientes de los Andes (1976) o la popular ¡Viven! (1993), basada en el libro homónimo de Piers Paul Read. La diferencia con La sociedad de la nieve es que Bayona se centra en los días posteriores al accidente y la importancia del trabajo en equipo para lograr la supervivencia. Como curiosidad, los hechos siguen fielmente al libro homónimo (publicado en 2008) del escritor uruguayo Pablo Vierci, amigo de uno de los supervivientes, que a su vez está basado en textos y declaraciones de los protagonistas.
También las imágenes son fieles a la realidad. Si las comparamos con las publicadas en la época parece que se trata de un documental.
Pero no. Los hechos reales ocurrieron en el valle de las Lágrimas, en el sector oriental de los Andes, a cuatro mil metros de altitud en la frontera entre Chile y Argentina. Por razones obvias, ya que se trata de uno de los lugares más inhóspitos y peligrosos del mundo, la película no fue rodada donde sucedieron los hechos. En su lugar, la localización escogida para recrear la tragedia (o el milagro de los Andes, como se le conoce gracias a los supervivientes) fue Sierra Nevada, en Granada. Y allí es donde nos vamos de escapada en este post.
Sierra Nevada, los “Andes” españoles
Tal y como se puede leer en la web de Sierra Nevada, fue en 2021 cuando Bayona llegó a un acuerdo con Cetursa Sierra Nevada y el Parque Nacional de Sierra Nevada para recrear allí La sociedad de la nieve. Y no es de extrañar que el lugar seleccionado fueran las montañas granadinas, ya que además de ofrecer aislamiento y autenticidad, tiene buenas condiciones climatológicas y logística.
El lugar elegido fue la estación de esquí, aunque para ello se impusieron algunas condiciones para que el rodaje no interfiriese en la práctica de este deporte de invierno y que respetase el entorno natural de la zona.
La maqueta de los restos del avión Farichild FH-227FD de la Fuerza Aérea Uruguaya, que medía 14 metros y pesaba 7.000 kilos, fue colocada en uno de los tramos llanos de la pista Cartujo, en el perímetro de Laguna de las Yeguas.
Como curiosidad, según cuentan desde Sierra Nevada, este fue uno de los mayores retos a los que tuvo que enfrentarse la producción, ya que el traslado de los restos del avión desde Hoya de la Mora no fue fácil. Para ello se necesitaron dos máquinas pisapistas, una para empujar y otra para tirar; y se hizo en el mes de octubre, cuando aún no había mucha nieve y no había riesgo de que quedase enterrado.
Casi todas las imágenes exteriores fueron rodadas en Laguna de las Yeguas, a más de 2.890 metros de altura. La mayor parte de la nieve era natural, ya que la zona ya estaba cubierta durante el otoño e invierno, aunque también se utilizó nieve artificial. La idea era poder transmitir el frío que los supervivientes tuvieron que sufrir. Y parece que lo han conseguido. Según las declaraciones de algunos de los actores publicadas por el diario Granada Digital, “el rodaje fue muy duro”.
Para los interiores, no obstante, se creó otra recreación del interior del avión en un hangar gigante situado en el aparcamiento de Los Peñones. Con ello, el traslado de todo el equipo al set del rodaje era mucho más sencillo que en la zona de pistas, donde tuvieron que utilizar los remontes fuera de horario al público y se tuvieron que habilitar cuatro máquinas pisapistas para el transporte de personal.
Los dos accidentes aéreos de Sierra Nevada
El accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se produjo debido a un fallo humano. El piloto, el teniente coronel Dante Lagurara, debido a la niebla pensó que ya habían sobrevolado las montañas y que se encontraban cerca de Curicó, en Chile, donde aterrizarían en el aeropuerto de Los Cerrillos. Este fallo de cálculo hizo que el avión terminase chocando con uno de los picos del valle de las Lágrimas y, como consecuencia, acabase partiéndose en dos. Solo hubo supervivientes en la parte delantera de la aeronave.
Algo similar ocurrió en Sierra Nevada también a principios de un mes de octubre, aunque en este caso de 1964. Una aeronave Douglas DC-6 procedente de París con 80 pasajeros y con dirección a Mauritania se estrelló a su paso por Sierra Nevada. Más concretamente contra el cerro de la Alcazaba, a más de 3.370 metros de altura.
Las causas del accidente nunca quedaron muy claras, ya que en aquella época no había cajas negras, aunque se cree que hubo un cambio de rumbo y que el piloto no tuvo en cuenta de que se encontraban frente a un pico de altura. Los restos, tal y como se explica en la web de la escuela de Sierra Nevada, quedaron esparcidos por el paraje del Goterón, bastante abrupto e inaccesible, lo que complicó las tareas de rescate. Lamentablemente, en este accidente no logró sobrevivir nadie.
Mejor suerte corrieron los ocupantes del vuelo militar norteamericano que hizo un aterrizaje de emergencia en Sierra Nevada cinco años antes del siniestro francés. En esa ocasión, el piloto y otro ocupante lograron salir ilesos e ir a buscar ayuda. Los habitantes de Jerez del Marquesado no dudaron en dar asistencia y algunos de los hombres del pueblo se enfrentaron a la nieve y a las ventiscas hasta llegar a Piedra del Lobo, donde estaba semienterrado el avión. Tardaron varios días pero, gracias a la labor de los vecinos, los 24 ocupantes lograron salir de allí con vida.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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