En los términos municipales de Ribamontán al Mar y Marina de Cudeyo, concretamente en la bahía de Santander, se localiza un maravilloso espacio natural conformado por la desembocadura del río Miera, las dunas del Puntal y las islas de Santa Marina y Mouro. Un entorno declarado Lugar de Interés Comunitario que, desde 2004, forma parte de la Red Natura 2000.
Si bien son varios los elementos que componen este rico ecosistema de casi siete kilómetros cuadrados con el que tiene la suerte de contar la atractiva localidad cántabra de Somo, el protagonista indiscutible es el conjunto de dunas de más de cuatro kilómetros de extensión que une Loredo con Punta Rabiosa, un espacio protegido que evoluciona diariamente por la cambiante sedimentación proveniente del dinamismo marino.
Unas dunas donde se distinguen hasta tres tipos de formaciones: las dunas móviles de litoral con carrizo (también llamadas dunas blancas), las dunas costeras fijas con vegetación herbácea (conocidas como dunas grises) y, finalmente, las dunas fijas de litoral.
Un lugar excepcional que alberga hasta 15 hábitats y que sorprende por su relajada belleza a todo aquel que lo visita. Bien porque han venido a conocerlo o porque se han acercado a pasar un día playero en la espectacular playa del Puntal, una de las mejores playas del litoral cantábrico por su estado salvaje y virgen. Tiene una zona de baño con áreas habilitadas para el nudismo a la que se puede acceder en coche o a bordo de una de las populares barcas de Los Reginas y que, junto con la contigua playa de Somo y playa de Loredo, asegura un amplio y apetecible paseo ininterrumpido de más de 4.000 metros.
Es necesario hacer hincapié en que, para conservar este cordón dunar es de suma importancia evitar pisarlo de camino a las playas. Precisamente para facilitar su conservación y recuperar su biodiversidad, las autoridades encargadas de su protección han puesto en marcha varios elementos y programas que aseguren su estado natural y la no degradación del mismo. De entre las diferentes acciones, destaca especialmente el vivero de plantas dunares, creado en 1990 por la Dirección General de Costas. Un proyecto que ya produce 1.000.000 de plantas al año y cuya producción ha servido, en su totalidad, para restaurar los sistemas.
¿Y qué fauna habita este espacio protegido? Entre la multitud de especies, en las dunas del Puntal y el estuario de Miera viven ejemplares de lagarto verdinegro, salmón atlántico, diversas especies de murciélagos como los murciélagos de herradura, ratonero o de cueva e insectos como el caballito del diablo o ciervo volante, así como un amplio abanico de aves.
Un escenario tan diverso como fascinante que ofrece un plan perfecto para una estupenda escapada rural, bien sea en tono relajado o con un toque más activo como el que proporciona la práctica de uno de los deportes acuáticos de moda en la zona, el paddle surf.
Elísabet García
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