La historia del caballito de Soria, el símbolo de la fuerza numantina
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24.11.2023
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En septiembre de 2018, el equipo de fútbol CD Numancia presentó el nuevo diseño de su camiseta oficial. No es algo inusual, pero en esta ocasión el gesto estaba cargado de simbolismo porque el caballito de Soria era el protagonista de la nueva equipación. Según las palabras de su presidente, Francisco Rubio Garcés, el club pretendía: “estar a la altura del grandísimo nombre que representa y pretende hacer llegar la gran historia de Numancia y de Soria a todos los rincones de España y del mundo”. Como se puede observar, las expectativas eran altas y, de hecho, el equipo estuvo a punto de pasar a Primera División aquel año después de una temporada notable.
Para quienes no conozcan Soria o sean aficionados a la historia o la arqueología puede que todo lo anterior no tenga mucho sentido, pero no es difícil explicarlo por fortuna. La clave de todo el asunto es el mencionado caballito, símbolo de la provincia por excelencia. De hecho, cuando se circula por las carreteras de la zona es habitual ver su figura en columnas o paredes y, por supuesto, está presente en cualquier tienda de recuerdos en forma de imán, pegatina para el coche y cualquier otra forma de souvenir. Porque ese equino es un orgullo para los sorianos y sorianas.
En 1995, en una excavación arqueológica de urgencia en la necrópolis celtibérica de Numancia se encontró una fíbula de bronce del siglo II a.C. con forma de caballo. Una fíbula es una especie de broche que servía tanto para adornar o cerrar vestidos y armaduras como los carcags, que eran los recipientes donde llevaban las flechas. Es decir, un elemento que se usaba para lucir y para luchar.
La carga simbólica que la figura, que también estaba pintada en elementos como vasijas, viene dada por la historia. El asedio a Numancia fue un episodio clave en las Guerras Celtíberas entre los romanos y los pueblos celtíberos que tuvieron lugar en los siglos III y II a.C.. El resultado final de las contiendas es conocido por todo el mundo: los vencedores fueron los romanos (de hecho, tuvieron su propio Imperio) pero los numantinos no se lo pusieron fácil y resistieron hasta el final. De ahí que el caballo se haya convertido en un emblema de lucha y resiliencia.
Para los celtíberos, el dibujo del caballo también podía ser una representación de la diosa Epona, que era, precisamente, la diosa de los equinos y protectora del alma de los muertos. Además de los mencionados souvenirs que incluyen el dibujo de este símbolo tan importante para los sorianos, también se venden joyas con su forma y algunas personas lo llevan como una especie de amuleto.
La Numancia celtíbera a día de hoy
El yacimiento de la ciudad celtíbera de Numancia se encuentra situado en lo alto del cerro de La Muela de Garray. Es uno de los más excavados de la Península Ibérica, por lo que ha aportado una gran cantidad de información sobre el mundo celtíbero, gracias también en parte por el hallazgo y estudio de su necrópolis. Actualmente se pueden ver vestigios de viviendas, lo que en un momento fue el entramado de calles de la ciudad y casas celtíberas o romanas reconstruidas. La visita puede parecerse, de alguna manera, a un viaje en el tiempo.
Los primeros restos de ocupación que se encontraron en el cerro datan de la Edad del Bronce. Entre los objetos encontrados hay más de cien objetos de piedra, algunos tallados como láminas y pulimentados como hachas. También hay cerámica numantina, que se atribuye a la ciudad del siglo I a.C., elaboradas en su mayoría con barro rojo y decoradas con pinturas negras que se fabricaron con óxido de hierro. Los dibujos representan formas geométricas, personas y animales como peces, aves o toros en algunas ocasiones.
Según la web del yacimiento, gracias a estas ilustraciones se ha podido conocer aspectos de la vida y costumbres de los habitantes de Numancia en aquellos tiempos. Por ejemplo: “la vestimenta de hombres y mujeres, armamento (espadas, puñales, lanzas, escudos, cascos etc., del «Vaso de los Guerreros»), disfraces, máscaras (caballos, toros, aves, figuraciones vegetales), danzas o escenas ‘rituales’ («Jarra del domador de caballos», hombre tocado con asta de ciervo, danzantes con los brazos enfundados en astas de toro) y mortuorias (guerreros muertos picoteados por aves rapaces), así como esquematizaciones astrales del sol (svásticas o tetrasqueles) y la luna”.
Los interesados en la historia tienen, sin duda, una visita obligada a este yacimiento así como los amantes del enoturismo (pueden ser los mismos) ya que Soria forma parte de la ruta del Vino Ribera del Duero. ¿Vino y arqueología? Por qué no.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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