El embalse de Barrios de Luna: parada obligada entre Asturias y León
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22.01.2021
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Un poco antes de cruzar la frontera entre Asturias y León por la autopista Ruta de la Plata, se encuentra uno de los paisajes más admirables de la geografía estatal. Un rincón en el que el cielo y las montañas se reflejan en el agua de un embalse como si fuese un espejo en los días de sol y en el que cuando hay nieve podría servir de escenario para una película navideña. Es Barrios de Luna, un lugar fotografiado millones de veces y que tiene una larga historia a sus espaldas.
Como en muchos de los embalses del país, en donde ahora hay agua antes hubo pueblos que sus habitantes tuvieron que abandonar cuando el nivel de la presa comenzó a subir. En el caso de Barrios de Luna fueron 13 los municipios que desaparecieron, se vieron muy afectados o fueron abandonados por la construcción del embalse: Arévalo, Barrios de Luna, Campo de Luna, Casasola, Cosera, Lagüelles, Láncara, Mallo, Miñera, Mirantes, Oblanca, San Pedro y Santa Eulalia.
En total, la construcción cambió la vida de 1.557 vecinos de manera radical. Ana María Villanueva Fernández hizo un estudio exhaustivo del recorrido vital de la zona en su tesis doctoral El embalse de Luna y las causas de la degradación del patrimonio presentada en la Universidad de León en 2014. Según su análisis, este caso destaca sobre otros con los que se podría comparar por tres razones.
La primera es la cantidad de poblaciones afectadas, mayor que en otros como el de Riaño (nueve) o el de Porma (ocho). La segunda es que su fondo es un ‘cementerio arqueológico’ ya que los edificios no se trasladaron a otro territorio y ni siquiera se demolieron, así que las estructuras de lo que fueron las viviendas aún se podrían apreciar si el líquido desapareciese. Y la tercera es que se vacía considerablemente durante el verano, mucho más que otros embalses de España.
Durante la sequía que asoló al país en el año 2017, el de Barrios de Luna fue el embalse que más ‘disminuyó’ de todos los que hay en el Estado. Llegó a quedarse al 4,22% y las razones que se esgrimieron para explicar esa falta drástica de agua fueron el efecto del cambio climático y la mala gestión de los recursos por parte de las instituciones. La ONG ecologista Greenpeace desplegó desde el puente que atraviesa el terreno una enorme pancarta (1.500 metros cuadrados y 120 kilos de peso) para denunciar lo que estaba ocurriendo.
Un poco de historia
Su planificación se planteó en un informe redactado por Luis de Llanos y Silvela, ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Duero, durante la II República. Pero con el estallido de la Guerra Civil el proyecto se paralizó –como casi todo– y no se retomó hasta 1945 cuando la empresa de Ginés Navarro recibió la adjudicación de las obras.
La inauguración fue en 1956 y contó con la presencia de Francisco Franco, como en las múltiples que se realizaron durante su mandato. Entre los años 1940 y 1963 se construyeron casi 300 embalses y 35 presas. Unos 500 municipios quedaron anegados por el agua debido a esa pertinaz cimentación de contenedores de agua que le sirvieron al militar apodos como ‘Paco, el Rana’. Esta presa tiene 80 metros de altura y puede acumular 500 millones de metros cúbicos de agua.
Para llevar a cabo la construcción de la estructura, acudieron al territorio unas 1.200 personas que provenían de sitios como Galicia y El Bierzo así como localidades más cercanas. Hay un hecho oscuro de su memoria histórica y es que 50 presos políticos del régimen franquista tuvieron que trabajar en la obra realizando las labores más peligrosas. Algunos de ellos fallecieron durante el proceso y algunos otros como consecuencia de enfermedades relacionadas con la tarea. El aumento de población que sucedió durante aquel tiempo disminuyó de manera drástica al finalizar la construcción.
Dos décadas después se puso en marcha la edificación de otro de los grandes atractivos arquitectónicos de Barrios de Luna: el puente atirantado Ingeniero Carlos Fernández Casado. Lo bautizaron con el nombre de este profesional en reconocimiento a su trayectoria, aunque el diseño fue responsabilidad de otro ingeniero de caminos llamado Javier Manterola.
Se inauguró en 1983 y hasta que no finalizó la obra del puente de la Constitución de 1812 (o de la Pepa) de Cádiz fue el de más luz del país. Para los no entendidos en arquitectura la luz en este caso es la “distancia horizontal entre los apoyos de un arco, viga, etc.” según la RAE. Y para quienes no hayan visto nunca su imagen, la forma más fácil de hacerse una idea de su estructura es pensar en el puente de San Francisco (California), símbolo de la ciudad.
Mide 643 metros de largo y da paso a otro elemento mítico de la AP-66, el puente El Negrón a través del cual se pasa de León a Asturias y viceversa, claro. Es curioso, porque en muchas ocasiones ese paso no solo es geográfico –tiene una longitud de 4,1 kilómetros– sino también meteorológico: puede que en León esté brillando el sol cuando se entra en él y al salir ya en Asturias las nubes y la lluvia estén esperando a quienes lo atraviesen.
La visión del puente puede admirarse bien cruzándolo o bien desde las orillas del embalse, que está rodeado de bosques como el sabinar de de Mirantes o los de abedules y robles de Mallo de Luna o Abelgas. También hay zonas en las que se pueden realizar deportes acuáticos o pesca deportiva entre otras actividades.
Dos últimos detalles de interés sobre Barrios de Luna. El primero es que aún queda una pequeña muestra de lo que fue el castillo de Luna, en el que según un romance, Doña Ximena, hermana del rey Alfonso II el Casto, se enamoró de Sancho Díaz, Conde de Saldaña. De ese affaire nació Bernardo del Carpio, algo que al monarca no le hizo ninguna gracia. Así, encerró a su hermana en un convento de monjas y a su amor en las mazmorras de Luna después de dejarle ciego. No se andaba con chiquitas.
Y el segundo es que los interesados en la arqueología tienen todo un ‘parque de atracciones’ en el territorio ya que en él se encuentra uno de los mayores yacimientos de trilobites –artrópodos propios de la Era Paleozoica– de España. Historia, arquitectura y aguas cristalinas: cómo no pararse a conocer Barrios de Luna.
Carmen López
una zona altamente recomendable. La pena es que da pereza salir de la autopista, y es por esto que no esta bien aprovechada
Donde pone «el puente El Negrón» debería decir el túnel.
El embalse de luna tiene un paisaje bellísimo y su puente de tirantes es una joya para observar, es único en España.