El encino de las tres patas de Mendaza, entre los 10 árboles europeos del 2020

14.12.2020

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5min. de lectura

En París tienen la Torre Eiffel; en Londres, el Big Ben; en Nueva York, el Empire State; en Lisboa, el Elevador de Santa Justa; en Roma, el Coliseo. Y en Mendaza, el encino de las tres patas. Curiosamente, sólo el anfiteatro romano es más antiguo que el encino, que con 1.200 años de antigüedad es uno de los árboles más antiguos de toda la Península Ibérica. Ahora también es uno de los diez árboles europeos del año 2020.

“Oye, ¿dónde está ese árbol del que hablan?”, cuentan que les preguntan los visitantes cuando llegan a esta pequeña localidad navarra de menos de cien habitantes. “Para nosotros es como un habitante más. Siempre decimos que es nuestro vecino más antiguo”, explica a Escapada Rural el joven alcalde de Mendaza, Javier Senosiáin Paternáin. Dice que desde la celebración del certamen europeo se ha notado más movimiento por el pueblo, “y eso que este año con el tema de la pandemia ha habido un buen parón”, puntualiza.

Sobre todo es gente de Navarra y de las localidades limítrofes, País Vasco y La Rioja, las que se suelen aventurar más hasta el bello paraje del monte conocido por “La Laguna”, a medio camino entre el pueblo de Mendaza y la ermita de Santa Coloma, que es donde se yergue monumental esta encina tan singular.

Tree Of The Year es un certamen que acaba de cumplir su décima edición y que se dedica a seleccionar los árboles europeos más importantes del año como forma de dar valor al patrimonio natural y cultural del continente. Los tres ganadores son elegidos por votación popular y en total participan un total de dieciséis países europeos. “Para nosotros es un orgullo haber podido representar a España en el concurso de árbol europeo en esta edición”, cuenta Javier. El encino de las tres patas de Mendaza quedó en novena posición; pero a pesar de no estar entre los tres ganadores, 14.456 votos lo avalan como uno de los árboles europeos más singulares del año.

El encino de las tres patas de Mendaza

Por Javier Hermoso De Mendoza

El encino de las tres patas bien podría haber inspirado a J. R. R Tolkien para crear a los ents, aquellos maravillosos seres arbóreos de la Tierra Media que se dedicaban como “pastores de árboles” a proteger a los bosques. La peculiaridad de los ents era que, a pesar de ser ellos mismos árboles, podían desplazarse y hablar. A punto de echarse a andar es, precisamente, lo que parece que está a punto de hacer el encino de las tres patas cuando se contempla por primera vez su espectacular forma con un tronco hueco apoyado sólo en tres grandes patas. Sólo le faltaría hablar… Aunque igual ya lo hace pero con un idioma tan secreto que los humanos no sabemos identificar.

Cuentan los del lugar que el ganado tenía la costumbre de pasar justo por el hueco formado en su tronco y que les gustaba rascarse en su corteza. Con 1.200 años de antigüedad, ha visto de todo por los alrededores, ha sufrido la furia de varios vendavales fuertes, el filo de las hachas para hacer leña y mil desventuras más. Tal vez fuera por ello que se comenzó a abrir la grieta de su tronco. Fue en el año 1993 que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, a través del Servicio de Montes, intentó coser el tronco con unos tornillos de acero, pero fue insuficiente. Si hoy se ha salvado es por el zuncho metálico que le colocaron unos vecinos. Probablemente, de no haber sido así, el encino se habría vencido bajo su propio peso.

El de ser uno de los árboles europeos del año no es el único reconocimiento que ha recibido este encino. En el año 2007 fue escogido como “Árbol longevo” en el concurso Árbol y Bosque del Año” promovido por Ministerio de Medio Ambiente a través de la Dirección General para la Biodiversidad y la Asociación Bosques sin Fronteras.

Qué ver en Mendaza

Estella
Estella. Fotografías cedidas por el Archivo de Turismo “Reyno de Navarra”

Aprovechando que se va a visitar a tan ilustre personaje, se puede optar por ir hasta Estella-Lizarra, una de las ciudades medievales más bellas del norte de España. Una buena idea es llegar hasta ella pedaleando. Y es que la Vía Verde de Ferrocarril Vasco Navarro pasa muy cerca de Mendaza. Se puede llegar hasta el cruce de Zúñiga, a unos 200 metros aproximadamente de la población, donde se encuentra la indicación de inicio del último tramo que lleva a la ciudad monumental a través de un suave sendero, apto para toda la familia. En total, unos 23 kilómetros de ruta lineal.

El viajero hará bien en hacerse con un plano donde aparezcan los lugares patrimoniales más importantes. No en vano, a Estella se la conoce como el “Toledo del Norte” por su cantidad de iglesias centenarias, donde destacan la de San Pedro de la Rúa (frente al Palacio de los Reyes de Navarra) y la Iglesia del Santo Sepulcro, además de castillos y palacios fastuosos. Por sus calles peatonales de más de 500 años, se llega al barrio de la judería, uno de los imprescindibles de la red de la Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad.

Si hay ganas de más actividades naturales, Estella es una de las puertas de entrada de la Reserva Natural del Parque Natural de Urbasa y Andía, el hogar del gato montés, del azor y del poderoso quebrantahuesos. Atención porque si hay ganas de recorrer sus senderos para llegar al Nacedero del Urederra habrá que reservar anticipadamente, ya que hay restricciones de acceso a medio centenar de visitantes al día con tal de preservar este entorno natural que parece salir de un cuento de hadas.

José Alejandro Adamuz

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