«El señor de los anillos» y su relación con El Puerto de Santa María
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01.09.2022
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Hay un lugar en Cádiz que tiene que ver con orcos, elfos, enanos y hobbits, con todo el mundo de El señor de los anillos. En ese lugar, que no es otro que El Puerto de Santa María, se trabajó para que J.R.R. Tolkien pudiera estudiar y acabar escribiendo sus obras. Todo ese universo de libros, películas y series no habría existido de no ser por algunas personas del sur de España.
Según la teoría de los seis grados de separación, todos estamos conectados con cualquier otra persona del planeta a través de cinco conocidos, es decir, de seis enlaces. Algunos recordarán que hay un índice similar de relación en el mundo del cine con Kevin Bacon. En el caso de Tolkien y algunos trabajadores gaditanos de primeros del siglo XX, los enlaces, los grados de separación, son muchos menos.
J.R.R. Tolkien, el creador del inmenso mundo literario de El señor de los anillos, que ha generado tras su estela películas, series y todo tipo de cosas, nació en lo que hoy es Sudáfrica el 3 de enero de 1892. Por cierto, la J del nombre era por John, en recuerdo de su abuelo paterno, que se llamaba así. La primera R era por Ronald, y se debía a lo que podríamos llamar un capricho de su madre; la segunda R correspondía a Reuel, que era el segundo nombre de su padre. Al poco de nacer el niño, en 1895, su madre volvió a Inglaterra con sus dos hijos, el famoso J.R.R. y su hermano Hilary, menor que él.
Hay gente en España que está a 3 grados de separación de J.R.R. Tolkien
El escritor no volvería a ver a su padre, ya que este murió ese mismo año. Esto dejó a la familia en una situación de precariedad económica. Mabel, la madre de Tolkien, se convirtió al catolicismo y conoció a un sacerdote católico llamado Francis Xavier Morgan, que vivía en Birmingham. La madre de Tolkien, Mabel, ya le enseñaba entonces latín a su hijo y, aunque él era muy pequeño, con seguridad esto influyó luego en las lenguas que creó para sus obras.
La complicada situación económica de la familia hizo que Mabel no pudiera seguir pagando el colegio en el que estaba matriculado Tolkien. Podría haber sido el punto final de la formación del escritor, pero entonces el padre Morgan se hizo cargo de su educación, acogiéndolo en la escuela que regentaba su propia orden.
La pequeña herencia que recibieron los Tolkien
Cuando Mabel estuvo muy enferma, fue el padre Morgan el que consiguió unas habitaciones y los cuidados necesarios para la familia. A pesar de ello, cuando Tolkien tenían tan sólo 12 años, su madre también murió. Siendo huérfanos con una edad tan corta, el futuro de J.R.R. y de Hilary parecía aún menos cómodo, pero entonces, una vez más, fue el padre Morgan el que se hizo cargo de todo y pasó a ser el tutor legal de los dos niños Tolkien. Lógicamente, no había una herencia de la madre de la que tirar para afrontar los gastos, así que el sacerdote siguió rascándose el bolsillo.
El padre Morgan tuvo mucha influencia sobre Tolkien. Por ejemplo, le prohibió visitar a Edith Mary Bratt, de la que se había enamorado, hasta que tuviera 21 años. Lo hizo así para que el escritor no se distrajera de sus estudios. A pesar de ello, el amor de Tolkien por Edith Mary aguantó la espera y sobrevivió. Se casaron en 1916 y estuvieron juntos hasta que la muerte los separó en 1971.
Durante el resto de la infancia y juventud de los chicos, el padre Morgan cuidó de ellos buscando, pagando alojamiento y manutención etapa tras etapa. En 1935 el sacerdote falleció y les dejó a cada uno de los niños 1.000 libras como herencia. Esto serían unas 80.000 libras actuales, es decir, poco menos de 95.000 euros. ¿De dónde sacaba el padre Morgan el dinero para mantener a los chicos y para dejarles una herencia de casi 200.000 euros? Bien, aquí tenemos que volver a El Puerto de Santa María.
A Tolkien lo mantuvo la bodega Osborne
Francis Xavier Morgan Osborne había nacido en El Puerto de Santa María en enero de 1857. Su padre, Francis Morgan, era galés, pero había dejado su tierra natal y se había afincado en El Puerto de Santa María para desde allí dedicarse al mundo del vino. Ese Osborne del segundo apellido del tutor y educador de Tolkien ya da algunas otras pistas.
La madre del sacerdote era María Manuela Osborne, hija de Thomas Osborne, fundador de las bodegas Osborne. La madre de María Manuela, por cierto, era hermana de Cecilia Böhl de Faber, que es conocida por usar el pseudónimo literario de Fernán Caballero. Como vemos, una familia poco convencional.
El padre Morgan Osborne era nieto del fundador de las bodegas Osborne
De esas bodegas gaditanas y de la exportación de vino español venía el dinero del que el padre Morgan iban tirando para ocuparse de los dos niños de los que era tutor. Para pagar sus estudios y para que pudieran llevar una vida centrada en ellos y pensar en el futuro. Gracias a ese dinero gaditano, Tolkien llegó a ser quién fue y a crear ese maravilloso mundo del hoy seguimos disfrutando y que sigue creciendo.
Por eso, pensando en la teoría de los seis grados de separación, habrá hoy gente cuyo padre o abuelo conoció al tío Curro, ya que así llamaban al padre Morgan cuando volvía algunos veranos a El Puerto de Santa María a descansar. Este, a su vez, no sólo conoció a Tolkien sino que fue clave para que llegara a buen puerto su vida literaria. Es decir, hay gente hoy en España que está a 3 grados de separación de J.R.R. Tolkien.
Manuel Jesús Prieto
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