El selfie tallado en piedra en la catedral de Santiago de Compostela
Escrito por
11.02.2021
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La Edad Media no parece, de entrada, una época especialmente luminosa de la historia. Feudalismo, cruzadas, cismas papales, servidumbre, enfermedades incurables, falta de higiene. De hecho, el catedrático de Historia Moderna en la Hispalense y autor de Las peste en Sevilla (ayuntamiento de Sevilla, 2014), afirmó que un ciudadano del siglo XXI no podría aguantar en el siglo XV ni 24 horas por lo mal que olía. Tres siglos antes seguramente el aroma tampoco sería mucho más agradable.
Pero pese a todo, había sitio para el humor, por lo que cabe pensar que es algo inherente al ser humano. O al menos hay muestras de ello. Una de las últimas la descubrió Jennifer Alexander, una especialista en Historia del Arte de la Universidad de Warwick (Inglaterra), hace unos meses. Mientras estudiaba la catedral de Santiago de Compostela, la estudiosa se llevó una sorpresa al descubrir una figura sonriente escondida en uno de sus pilares.
Según su teoría, la figura podría ser el autorretrato que uno de los albañiles de la catedral dejó escondido en un rincón para que otro compañero lo encontrase. Una especie de guiño divertido entre trabajadores, como un chiste escrito en la mesa de una clase de instituto para otro alumno, una nota en un post-it pegado en el ordenador de al lado en la oficina. Pero más trabajado y duradero: al fin y al cabo no es lo mismo dibujar con un bolígrafo que tallar una piedra.
Alexander comentó a The Observer que: “Es una conexión encantadora entre nosotros y la persona que la talló. Es casi como si hubiera sido diseñado solo para que lo veamos las personas que trabajan en el edificio. Por supuesto, este cantero probablemente no tenía idea de que tendría que esperar tanto para que lo viéramos”. La catedral, que empezó a construirse en el siglo XI, recibe al año [antes de la COVID-19] cientos de miles de visitantes, ya que la mayoría peregrinos del Camino de Santiago terminan ahí su travesía.
Lo más habitual, hasta ahora, era dar el abrazo a la figura del Apóstol (un rito que practican tanto fieles como ateos que han hecho el recorrido por razones ajenas a la fé) y no buscar caritas sonrientes, aunque en otra columna del edificio que mandó construir Alfonso XVI también hay otra ‘broma’ tallada en la piedra. Se trata de un culo (sí, sí, en serio) pero, según las habladurías populares, en este caso no se trataría de un chiste sino de una denuncia del albañil por las malas condiciones laborales.
Otras sorpresas catedralicias
La catedral de Santiago no es la única en la que se pueden encontrar chistes hechos en roca. Por ejemplo, Salamanca es la ciudad de la diversión centenaria. En la ciudad hay dos catedrales: la Nueva y la Vieja. En el siglo XII se comenzó a construir la primera (la Vieja), por iniciativa del Jerónimo de Perigord. La obra terminó en el siglo XIV, cuando el obispo al cargo era Alfonso Barasaque. Su estilo se mueve entre el románico y el gótico y está dedicada a Santa María de la Sede. El inicio de la Nueva data del siglo XVI y se dio por terminada en el siglo XVIII. La idea inicial era derribar la Vieja, pero finalmente se salvó. Ambas se integran en varios puntos de la construcción.
La Nueva aglutina elementos del gótico, el barroco y el renacentismo pero, además, también algo de arte moderno, por llamarlo de alguna manera. En 1992, con motivo de la exposición temporal Las Edades del Hombre, se llevó a cabo una restauración del edificio, dirigida por el arquitecto Jerónimo García de Quiñones. Él fue quien aprobó que el cantero Miguel Romero tallase la figura de un astronauta en una de las esquinas del templo (los canteros del siglo XVI habrían necesitado poderes mágicos para visualizar a un hombre del espacio).
A muchos amantes del arte les resultará chocante esta incorporación a la fachada y posiblemente la idea levantaría críticas airadas en su momento, pero gracias a esa representación interestelar, la catedral recibe aún más visitas. Ese no es el único detalle divertido de la fachada restaurada, ya que muy cerca también se puede ver la figura de un dragón comiendo un helado de cucurucho. Lo cierto es que Jerónimo García solamente siguió la tradición que desde la Edad Media estipula que en cada restauración se debe añadir un elemento contemporáneo.
Las sorpresas no terminan con ese dragón goloso. Los visitantes también pueden pedir suerte acariciando la figura de un conejo que se encuentra a la izquierda de la puerta. Por lo visto, la leyenda no se sostiene en ningún caso comprobado (como suele suceder) y tiene poco de verídica, aunque allá cada persona con sus supersticiones. En tiempos de coronavirus lo beneficioso será no tocar una piedra que previamente han manoseado cientos de personas: mejor dejarlo para cuando pase la crisis sanitaria.
La catedral de Palencia también acoge desde principios de siglo XX un elemento moderno, que apareció después de la reforma comandada por el arquitecto Jerónimo Arroyo. Una de las muchas que ha vivido este edificio dedicado a San Antolín –el patrón de la ciudad– que empezó a construirse en el siglo XIV, aunque su parte más antigua se erigió en siglo VII. Arroyo incorporó una gárgola que sostiene una cámara de fotos. Según explica el Ayuntamiento:
“En la Catedral palentina destaca la existencia de una gárgola, situada en el ábside, que representa la figura de un fotógrafo y que constituye una aportación personal de Jerónimo Arroyo, arquitecto que dirigió la restauración llevada a cabo a comienzos del siglo XX. En esta gárgola el arquitecto quiso recordar a José Sanabria, un popular personaje que realizó gran número de fotografías sobre el patrimonio artístico palentino”.
Las restauraciones que han seguido la tradición de ‘la suma’ de elementos han dejado otros elementos graciosos por el territorio nacional que servirían para elaborar una ruta temática. Un ejemplo sería el móvil de la catedral de Calahorra, que apareció en 1996 y que corresponde a un modelo de la marca Nokia muy popular en la época. Asimismo, en la catedral de Trujillo el cantero Antonio Serván ‘El Rana’ se quedó a gusto después de tallar el escudo del club de fútbol Atlético de Bilbao en 1972. Que no se diga que la Historia del Arte no puede ser chistosa.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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cuantas cosas bonitas hay en este pais. Yo que he corrido y he visto muchas cosas, todas ellas juntas y multiplicadas por 100, sería aproximadamente lo que me queda por ver.No entiendo como hay tanta promoción para ver otros paises
(QUE NO DIGO QUE NO MEREZCAN LA PENA) pero habiendo aquí mucho por ver y donde nosvamos a entender tanto con la com ida como con el idioma.