Índice
- 1. Fervenza o Seimeira de Vilagocende, A Fonsagrada, Lugo
- 2. Fervenza de Augacaída en Pantón, Lugo
- 3. Fervenza do río Xestosa en Ourol, Lugo
- 4. Fervenza do Toxa en Silleda, Pontevedra
- 5. Fervenza de Brañas en Toques, A Coruña
- 6. Fervenza de Belelle, Neda, A Coruña
- 7. Fervenza de Hortas en Arzúa, A Coruña
- 8. Fervenza de Ramil en Carballo, A Coruña
- 9. Fervenzas de Budián, Parga y Rabiñoso en Zas, A Coruña
- 10. Fervenza do Ézaro en Dumbría, A Coruña
Que en Galicia llueve con frecuencia es una obviedad. Que gracias a esas lluvias, que a veces pueden durar varios días, el paisaje es verde intenso y los ríos van a rebosar, también. Esos ríos forman saltos de agua, cascadas que son puro espectáculo que en Galicia se denominan “fervenzas” y que son uno de los elementos que definen esta entrañable tierra.
De eso va este artículo, de cómo ir a la caza y captura de las mejores cascadas de la comunidad, siguiendo las sendas que nos conducen a ellas. Algunos son caminos embarrados que no conviene pisar en invierno, pero otros son accesibles en cualquier época del año.
Aunque pudiera parecer lo contrario, las mejores estaciones para ver “fervenzas” son el invierno y la primavera, cuando las cascadas van cargadas de agua por las intensas lluvias de temporada.
Cálzate las botas de senderismo y coge tu chubasquero ¡nos vamos en busca de las cascadas más bonitas de Galicia!
1. Fervenza o Seimeira de Vilagocende, A Fonsagrada, Lugo
Es una de las cascadas más grandes de Galicia con sus 54 metros de altura en caída libre. Para llegar a ella debemos tomar la carretera LU-721 en dirección Vilagocende. Pero no hay que llegar hasta la aldea, pues unos metros antes, a mano derecha, encontraremos señalizada la ruta que conduce a la cascada.
El camino que nos lleva hasta ella nos recuerda la belleza de la naturaleza en estado puro, un sencillo sendero flanqueado por robles y pinos autóctonos. En pocos minutos, tras haber caminado no más de 1.000 metros, nos topamos de frente con las aguas del río Porteliña, que descienden en picado formando la Seimeira de Vilagocende.
Rodeada de un frondoso bosque de ribera, la impresionante cascada se puede contemplar desde su base o bien desde una pasarela de madera que hace las veces de mirador y se sitúa en la parte superior. Disfruta y dispara tu cámara de fotos sin pausa: el espectáculo bien lo merece.
2. Fervenza de Augacaída en Pantón, Lugo
Seguimos en la provincia de Lugo, pero abandonamos A Fonsagrada para internarnos en el corazón de la Ribeira Sacra. Tierra de viñedos, profundos cañones de río y monasterios medievales, esta increíble zona de Galicia guarda también un gran secreto: el de otra de las cascadas más bonitas de la comunidad.
La Fervenza de Augacaída tiene unos 40 metros de altura. El camino que nos lleva hasta ella se prolonga durante 2,3 kilómetros de ida y se conoce como la Ruta de Augacaída. Eso sí, no es tan fácil como el anterior por lo que si hacemos esta ruta en familia estaremos atentos durante el recorrido, especialmente en los tramos de mayor desnivel, que pueden ser algo resbaladizos.
Nuestra andadura comienza bajando una pista forestal de tierra en medio de un bosque de castaños y robles que desemboca en las destartaladas instalaciones de una bodega abandonada. Este será el punto de referencia para encontrar el indicador hacia la cascada. Desde aquí el camino se complica con una bajada importante hasta la base. Pero habrá merecido la pena: la bucólica visión del arroyo de Aguianza precipitándose al vacío formando la “fervenza” compensará este último esfuerzo.
Para los menos aventureros que busquen un plan distinto, la Fervenza de Augacaída también puede visitarse en zodiac a través de rutas fluviales de Turismo de Pantón.
3. Fervenza do río Xestosa en Ourol, Lugo
La provincia de Lugo es rica en recursos naturales y las cascadas forman parte importante de su patrimonio. La Fervenza do Xestosa, en el municipio de Ourol, es una de las más bonitas de la Mariña lucense. Con sus 20 metros de altura, no es tan alta como las anteriores pero al estar formada por varios saltos de agua resulta espectacular.
Siempre va muy llena de agua y el efecto de su gran caudal es un gran estruendo que se oye a muchos metros de distancia. Es muy emocionante aproximarse a la cascada y oirla a lo lejos con su especial musicalidad.
Para llegar a la Fervenza do Xestosa hay que recorrer la carretera que va desde Ourol a la pequeña población de Muras. Se puede aparcar sin problema en el área de descanso y seguir camino a pie dirección Ourol. En breve encontraremos un sendero señalizado, de baja dificultad y apto para todos los públicos, que conduce a la cascada y en pocos metros estaremos frente a su espectacular estampa.
4. Fervenza do Toxa en Silleda, Pontevedra
Si las cascadas anteriores son bonitas, esta te dejará con la boca abierta. Es la Fervenza do Toxa, la más alta de Galicia con sus más de 70 metros de altura, que se encuentra en la localidad pontevedresa de Silleda.
Hay dos opciones para visitar la cascada. La primera consiste en realizar la Ruta PR-G18 Sendero do Deza, una ruta de 6 kilómetros de ida que parte del monasterio de Carboeiro hasta la cascada. Aunque tiene algunos tramos de subida y otros cubiertos por adoquines, es una ruta ideal para realizar con niños acostumbrados a caminar.
Lo interesante de este sendero es que mezcla cultura y naturaleza por igual. Permite visitar el monasterio de San Lourenzo de Carboeiro (medieval del s. X), el legendario Ponte do Demo o Puente del Demonio, un par de aldeas y hasta una playa fluvial. Además la ruta transcurre próxima a las orillas del río Toxa y nos deleita con la visión de todo tipo de árboles y vegetación de ribera -sauces, alisos, fresnos y avellanos- y con fauna variada como nutrias, martines pescadores o cantarines mirlos acuáticos.
La ruta culmina a los pies de la espectacular Fervenza do Toxa. Aunque no siempre es posible alcanzar este punto ya que depende de las condiciones del tiempo, siempre podremos disfrutar de la imponente cascada desde su mirador superior.
La segunda opción de visita a la cascada es perfecta para aquellos que no quieran caminar mucho. En las proximidades de la “fervenza” hay un gran aparcamiento y junto a él un camino que lleva al citado mirador en pocos minutos.
5. Fervenza de Brañas en Toques, A Coruña
Por Toques pasa el Camino Primitivo y es el municipio de Galicia con más territorio incluido en la Red Natura 2000. ¿Cómo lo ha explotado la localidad? Pues creando una serie de senderos para recorrer el vasto espacio natural.
Por uno de estos senderos transcurre la Ruta PR-G 166 o Roteiro das Fervenza de Toques. Porque en Toques hay varias cascadas, aunque nos centraremos en la más próxima y la más bonita: la Fervenza de Brañas.
Para llegar hasta ella hay que situarse en el centro de Toques y a 500 metros encontraremos el desvío que nos lleva al comienzo de la ruta, gran parte de ella por caminos forestales. Pasaremos por la aldea de Buxán y en pocos metros nos toparemos con un desvío que enlaza con otra ruta. Seguiremos a nuestra izquierda, dejando atrás la iglesia de San Paio y el merendero junto al río Furelos (¡buen lugar para tomarse el bocadillo!) y cerca del kilómetro cinco, llegaremos por fin a la Fervenza de Brañas.
Situada junto a un molino fluvial construido en piedra, la monumental cascada se desliza ladera abajo creando una escena impactante y bellísima. Después de disfrutarla a tope, podemos dar la vuelta o seguir camino, unos 7 kilómetros más de ruta circular que nos sorprende con algún salto de agua más que, dependiendo de la época del año, tendrá más o menos caudal.
6. Fervenza de Belelle, Neda, A Coruña
La siguiente cascada de nuestra lista se encuentra próxima a la ciudad de Ferrol, en el municipio de Neda. Es la famosa Fervenza do Belelle, un río que nace en las Fragas do Eume pero se desvía hasta Neda para regalarnos esta maravilla de la naturaleza.
La cascada mide cerca de 45 metros y es otra de las más altas de Galicia. Para llegar a ella también hay varias opciones, pero lo más recomendable es dirigirse hasta el viejo pazo de Isabel II, donde encontraremos una zona de aparcamiento. Desde allí hay que recorrer una pista de 2 kilómetros para llegar hasta ella. El asfalto le resta algo de encanto al trayecto, pero también hace más accesible la cascada con sillas infantiles, por ejemplo.
Una vez cerca del acceso a la cascada hay que ascender una pequeña pendiente y ya estaremos allí, frente a ella. ¡Cuánta belleza cabe en esta imagen! En su base, unas pequeñas pozas nos facilitan un chapuzón estival, o invernal para quien se atreva, que los hay. También es la zona más adecuada para fotografiar la cascada, logrando fotos increíbles.
7. Fervenza de Hortas en Arzúa, A Coruña
La tierra del queso por excelencia, Arzúa, no sólo nos obsequia con este fabuloso manjar, si no también con otra cascada que merece la pena visitar. Es la Fervenza de Hortas, que hace de frontera natural entre Arzúa y Touro, el municipio vecino.
Formada por dos caídas de agua de 30 metros de altura, esta cascada también se conoce como Fervenza de Santa Marta por la leyenda que la rodea que afirma que una joven se precipitó al vacío desde lo alto de la cascada y logró salvarse milagrosamente al grito de “¡Santa Marta me ayude!”.
Leyendas aparte, la cascada es preciosa y merece formar parte de cualquier ruta que se precie por las mejores cascadas de Galicia.
8. Fervenza de Ramil en Carballo, A Coruña
Nos trasladamos hasta el interior de Costa da Morte para recorrer la Ruta PR-G 142 o Rota das Férvedas, que enlaza las cascadas de Rus o Fervenza de Ramil con la de San Paio de Entrecruces. Son dos de los saltos de agua más bonitos de Carballo.
Hay que advertir que, de nuestra selección, es la menos indicada para visitar con niños, sobre todo si son muy pequeños, pues a sus 24 kilómetros de distancia hay que añadir algunas pendientes importantes. Superadas estas trabas iniciales y yendo con cuidado, el trayecto nos lleva por lo mejor de Carballo, su naturaleza casi intacta con montes y valles que se van sucediendo en nuestro camino.
También es posible llegar a la Fervenza de Ramil en coche, ya que se encuentra a 200 metros de una carretera. La cascada, rodeada de un bosque de ribera teñido de verde intenso, dispone de un banco de madera para sentarse a sus pies y disfrutar del espectáculo. Y para sacar fotos excepcionales, todo hay que decirlo.
Si nos aventuramos a seguir caminando, tras sortear un gran ascenso veremos la Fervenza de Entrecruces o de San Paio, que se desliza en caída libre durante unos 50 metros.
9. Fervenzas de Budián, Parga y Rabiñoso en Zas, A Coruña
La Ruta PR-G 250 o Ruta da Auga de Zas está de moda en Galicia. Y lo está porque se acompaña de tres increíbles cascadas, no muy altas pero sí muy bonitas, que son uno de los principales alicientes para realizarla.
Para hacer esta ruta hay que acercarse a Zas, un pequeño municipio de la Costa da Morte interior: en el lugar llamado Ponte do Sisto comienza el sendero. Son 10 kilómetros muy accesibles y agradables, una ruta perfecta para hacer en familia y con niños de cualquier edad. Sólo hay que prestar atención al acceso a las cascadas, especialmente a la de Budián. En ella se ha instalado un banco de madera al que puede resultar complicado acceder con los más pequeños. ¡No te la juegues!
Las otras dos “fervenzas”, las de Parga y Rabiñoso, también son muy bonitas. La primera cae en dos pequeños niveles y en la segunda hay un columpio de madera que hace las delicias de los fotógrafos aficionados que se acercan hasta esta zona en busca de “la foto de moda”.
10. Fervenza do Ézaro en Dumbría, A Coruña
Por último, volvemos a Costa da Morte. Es en esta recortada zona de Galicia donde encontramos una de sus cascadas más famosas. Es la Fervenza do Ézaro, que bebe del Xallas, el único río que se precipita hacia el mar en forma de cascada.
Ni la central hidroeléctrica que hay en sus cercanías logra empañar la grandeza de esta singular cascada, a la que se accede desde las proximidades del pueblo de O Ézaro por unas pasarelas de madera. Las noches de verano se ilumina en un espectáculo de luces memorable.
No abandones la zona sin subir al mirador do Ézaro. La subida es complicada incluso en coche, pero te regalará una imagen tan bella e impactante como la de la cascada.
Emma Sexto
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Todo muy bonito
Una auténtica maravilla,tiene que ser una gozada,poder disfrutar de estas vistas,felicidades¡