EscapadaRural participa en la IV edición de Territorio & Marketing
Escrito por
30.05.2013
|
2min. de lectura
El éxito de cualquier territorio está ligado a muchos aspectos relacionados con su gestión, pero los que corresponden a factores turísticos son incluso más visibles que el resto. Los territorios deben ser lugares en los que vivir, sin embargo, eso no sólo implica residir y trabajar, sino también disfrutar.
Por eso, optimizar la manera en que habitantes y visitantes se relacionan con un destino en su tiempo libre es fundamental. En este sentido, el ocio es un dinamizador esencial que da contenido a la oferta turística y hace que un destino genere riqueza. Todo agente que participa en la oferta de ocio de un territorio debe ser reconocido como parte importante del mismo y también asumir ciertas responsabilidades.
En turismo rural, como en el urbano, el alojamiento es un componente más que afecta a la experiencia turística. Son muchas las piezas que influyen en dicha experiencia, desde el estado del pavimento, hasta la organización de las fiestas locales o la oferta gastronómica… Y quizá en el caso del turismo rural esta relación de influencias sea incluso superior, dado que la propia estancia también está cargada de componentes como el contacto con la tradición y cultura autóctonas, de especial relevancia para el cliente.
De nada sirven las buenas infraestructuras de transporte si los alojamientos acaban siendo inaccesibles o dinamizar la vida comercial sin tener en cuenta los horarios de afluencia de público, o incorporar rutas turísticas enriquecidas con componentes tecnológicos si no hay una buena conectividad. Por eso, en cuestiones de ocio, conocer al cliente autóctono y al foráneo es fundamental para apoyar a los negocios que cubren sus necesidades.
La rentabilidad del patrimonio actual y futuro de cada territorio depende de ello y, sobre todo, de la capacidad de integrar y hacer sentir parte de un todo a todos los implicados. La conciencia de trabajo en equipo se hace aquí fundamental para que cualquier valoración de un pueblo, comarca o región sea satisfactoria en su globalidad. Por tanto, ¿qué se entiende como ocio y cómo puede el territorio optimizar sus recursos para adaptarse a esta demanda?
En la próxima edición de Territorio & Marketing analizaremos estos aspectos que pueden establecer la diferencia entre un territorio-marca que crea señas de identidad y un territorio-anónimo en el que el ocio se explota de manera aislada.
Ana Alonso
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo