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Relajarse en un antiguo balneario de origen romano, disfrutar de la alta gastronomía catalana, pasear entre mercados ecológicos y de productos de proximidad, cenar con estrellas Michelín, asistir al Moto GP, conducir un coche de Fórmula 1 o salir de compras por los lugares más de moda son algunas de las propuestas de ocio para los viajeros más exigentes que buscan hacer cosas diferentes en la provincia de Barcelona.
Slow food y alta cocina
Su situación a orillas del Mediterráneo hace que la gastronomía de Barcelona se caracterice por ser variada, de calidad y saludable. Las comarcas que la componen cuentan con una larga tradición ganadera y agrícola, con ingredientes de su propia tierra, de kilómetro 0.
En Barcelona se puede disfrutar de productos tradicionales como las setas del Montseny o del Berguedà, que en otoño se convierten en las grandes protagonistas de los menús. En la comarca del Bages hay que destacar los tomates y la berenjena blanca, cuyo sabor es más suave que el de la negra. Y no podemos olvidarnos de los garbanzos de Mura y del plato estrella del restaurant Cal Carter que los sirve con una bacalao confitado que quita el sentido.
En la comarca de Anoia la especialidad es el garbanzo, que se suele servir como menestra con el pescado y las carnes. También el melocotón de la Fortesa, con Denominación de Origen Penedès, de color amarillo y con un toque ácido.
Productos que podemos encontrar en muchos de los mercados de payés que puedes encontrar en todos los pueblos de las comarcas de Barcelona. Uno de ellos es el emblemático mercado de Calaf, donde hay un montón de paradas gastronómicas que incluso ofrecen recetas del siglo XIII. También al mercado de Vic, donde hay verduras, hortalizas y ganado; o al mercado agrario de Manresa.
Los domingos no hay que perderse el mercado del parque agrario del Baix Llobregat, donde hay una amplia oferta de productos ecológicos.
Aunque, quizá, una de las mejores formas de deleitarse con la gastronomía barcelonesa es en los restaurantes con estrellas Michelín repartidos por todo el territorio. Ellos han sabido mezclar la cocina catalana más tradicional con la más vanguardista.
Àbac de Jordi Cruz, la Enoteca de Paco Pérez, el Lasarte de Martín Berasategui y el Moments de Raül Balam, todos en la ciudad de Barcelona. También el Tresmacarrons de Miquel Aldana (en El Masnou), Can Jubany y la Fonda Sala (en Osona), Els Casals y l’Estany Clar (en el Berguedà), L’Ó (Sant Fruitós de Bages) y el Lluerna (Santa Coloma de Gramanet), son algunas de nuestras propuestas.
Para probar los mejores vinos y cavas de Barcelona con DO, entonces debemos de dirigirnos al Penedès, donde se pueden realizar catas o pasear entre viñedos. En Vilafranca del Penedès podemos tomarnos una copa de vino en el campanario de la basílica de Santa María y visitar el Vinseum, el museo de las culturas del vino de Catalunya; en Sant Sadurní d´Anoia es posible visitar el Centro de Interpretación del Cava; en Alella, en la comarca del Maresme, se encuentra una de las DO más pequeñas, la DO Alella donde se puede visitar la exclusiva bodega Alta Alella o la bodega romana de Vallmora en Teià.
En la comarca del Bages, se encuentra la DO Pla de Bages donde se pueden visitar bodegas como Oller del Mas o Abadal, entre otras. Y sin salir del Bages, no dejes de hacer la ruta de las tinas de la Vall del Flequer, un patrimonio de antiguas barracas de piedra seca donde se almacenaba la uva y el vino antiguamente.
Si preferimos una cerveza, Barcelona cuenta con varios productores de cerveza artesanos. Entre ellos están la Companyia Cervesera del Montseny, la Cerveza Ecológica Sostenible Catalana de Poblenou, la Cervesera del Pedraforca y las Cerveses Ausesken, entre muchas otras.
Escapada termal
Gracias a las abundantes aguas termales, algunos pueblos de la provincia de Barcelona, en las comarcas del Vallès Oriental y el Maresme, gozaron de gran atractivo para la burguesía catalana en el siglo XIX. Ellos levantaron balnearios modernistas que todavía hoy están en funcionamiento.
Una de las localidades conocida por las propiedades de su agua es Caldes de Montbui, donde aún se conservan los restos de los baños romanos, como la sauna del siglo II del balneario Broquetas. Aquí también están las termas Victoria y los baños termales El Sarareig aunque, quizá, el más conocido sea el balneario Vila de Caldes, de estilo modernista. Entre su clientela estuvieron Pablo Picasso y Joan Miró.
En La Garriga también los romanos construyeron baños, aunque han sido restaurados. Los fines terapéuticos, no obstante, siguen siendo los mismos. Para disfrutar de las aguas medicinales nada como visitar las termas de La Garriga y el Centro Termal del Hotel Blancafort.
En la Costa Barcelona, en Arenys de Mar, está el histórico balneario Titus. Ideal para tratar enfermedades osteoarticulares y el raumatismo. Por último, en el balneario de Caldetes, ubicado en Caldes d’Estrac, las propiedades del agua son estupendas para regenerar la piel.
Afición por el mundo del motor
En la misma Costa Barcelona, en Montmeló, está el circuito de Barcelona-Cataluña. Un recinto destinado a las carreras a motor cuya visita es imprescindible para los aficionados a la Moto GP y la Fórmula 1.
Además de poder disfrutar de las competiciones internacionales, el circuito también acoge campeonatos de monoplaza, de RallyCross y, un par de veces a la semana, también está abierto al ciclismo de carretera. Tanto profesionales como iniciados pueden disfrutar de sus instalaciones con su bicicleta.
Los que quieran saber cómo se siente ser un piloto de carreras a motor, en Montmeló se puede alquilar un vehículo de competición o conducir un Lamborghini, un Ferrari o un Porsche y dar unas vueltas al circuito.
De compras
Los amantes de las compras encontrarán su paraíso en La Roca Village (La Roca del Vallès), un gran centro comercial situado a 40 minutos de Barcelona. Cuenta con más de 130 boutiques de firmas nacionales e internacionales y muchas de ellas disponen hasta de 60% de descuento. Para llegar hasta él se puede optar por el servicio de autocar Shopping Express y, una vez dentro, también podemos dejarnos asesorar por una estilista.
En los alrededores de Barcelona capital existen muchas ciudades y pueblos repletos de tiendas situadas en sus cascos antiguos llenos de historia. En la zona del Vallés Oriental la mejor opción es Granollers, que cuenta con una calle peatonal repleta de comercios. También Sitges cuenta con un centro histórico donde salir de compras sin coches.
Si lo que se busca es piel o algodón, entonces deberemos de dirigirnos a Igualada, la capital de Anoia. La ciudad acoge el clúster textil de moda en punto más grande de España y, dos veces al año, en sus fábricas se celebra el Rec.0 Experimental Stores, en el que muchas marcas venden sus productos a precios únicos.
Otras opciones para pasar un día saltando de tienda en tienda son Mataró y Terrassa, donde encontrarás numerosos comercios familiares; Vilafranca del Penedès, que los sábados cuenta con un mercado ambulante de tradición medieval; y Vilanova i la Geltrú, que destaca por las ferias que se organizan en su puerto.
Si te apasiona el golf
La provincia de Barcelona cuenta con una gran oferta de campos de golf con reconocimiento internacional. Algunos de los clubs más prestigiosos donde puedes jugar unos hoyos son Sant Andreu de Llavaneres, Sant Vicenç de Montalt y Sitges, en la costa; y Sant Esteve Sesrovires, El Brull, Terrassa, Rubí, La Roca del Vallès, Vallromanes y Sant Cugat del Vallès, en el interior.
Todos ellos cuentan con unas amplias instalaciones de calidad. Lo mejor es que gracias al clima mediterráneo, puedes jugar en sus campos prácticamente todos los días del año.
Arquitectura y cultura para los más curiosos
Si uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad de Barcelona es su patrimonio y arquitectura, en sus alrededores tampoco falta el diseño ni la historia. Una de las edificaciones más populares, diseñada por Antoni Gaudí, es la Colonia Güell. Uno de los conjuntos modernistas y atractivos turísticos más importantes de Cataluña situado en Santa Coloma de Cervelló.
En Sant Adrià de Besòs es donde están las populares Tres chimeneas que forman parte del skyline de la ciudad -por ser también las más altas de la costa- y que se han conservado entre los vestigios de la antigua central térmica. Un ejemplo de la arquitectura industrial de los años 70.
En cuestión de edificios hay que destacar Walden 7, ubicado en Sant Just Desvern y diseñado por Ricardo Bofill; así como LaRicarda o casa Gomis, en el Prat de Llobregat. Diseñado por Antonio Bonet, esta última casa es un ejemplo de arquitectura racionalista. Durante el franquismo, además, sirvió de refugio a intelectuales como Joan Miró y Antoni Tàpies.
En en el Parque Natural del Garraf encontramos un curioso espacio verde: el depósito controlado del Valle d’en Joan, un vertedero convertido en parque por Batlle i Roig Arquitectes. Y en la zona del Maresme no hay que perderse una visita al Tecnocampus Mataró-Maresme, un complejo que combina edificios universitarios con viveros de empresas y cuyo proyecto estuvo liderado por Oriol Bohigas.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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