Espacios singulares que visitar este verano en Burgos
Escrito por
13.06.2024
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Que tus vacaciones de este verano no se conviertan en una nueva lucha contra el reloj, con prisas a todas partes y con el estrés de los destinos masificados. Te proponemos una escapada rural al interior de la provincia de Burgos, con paisajes inolvidables y muy singulares y experiencias gastronómicas reconfortantes que te ayudarán a reconectar con la calma.
En un momento en el que cada año se registran veranos más cálidos, también es de agradecer que la Burgos rural siga teniendo, al menos, unas noches frescas. Hay dos lugares que no te puedes perder: el Geoparque Las Loras y el Parque Natural Cañón del Río Lobos y el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Descubre por qué son imprescindibles.
Un Geoparque Mundial con gargantas y aguas turquesas
Empezamos en la Cordillera Cantábrica, al norte de Burgos. Aquí están Las Loras, un paraje que está declarado Geoparque Mundial por la Unesco, ya que es testigo de la mayor concentración de edificios románicos de la Península Ibérica. Tiene 50 bienes de interés cultural y suma 95 lugares de interés geológico.
Para que nos entendemos: las Loras son algo así como enormes fortalezas naturales de más de 1.000 metros de altura que dejan un paisaje sobrecogedor en el que se entremezclan valles fértiles, cañones profundos moldeados por el agua de los ríos, laberintos de roca, cascadas cristalinas y bosques de hayas y robles.
En el territorio de Las Loras encontramos municipios inolvidables como Orbaneja del Castillo, en el Valle de Sedano, que está declarada Conjunto Histórico Artístico. Os seducirá pasear sin rumbo por sus estrechas calles medievales y contemplar el protagonismo que tiene el Cañón del río Ebro. Y es que a su paso por este pequeño pueblo deja una increíble cascada que lo divide en dos. Aunque los habitantes del pueblo están acostumbrados a su incesante transcurrir, algunos visitantes se quedan, al toparse con la cascada, un tanto aturdidos.
El agua brota de la Cueva del Agua, que viene de un acuífero enorme en el subsuelo del Páramo de Bricia y que tiene un caudal constante durante todo el año. Aquí le deberías dedicar un tiempo al mirador desde el que se divisan las formaciones kársticas que dan nombre al pueblo, ya que no, no tiene ningún castillo, sino que su fortaleza son las formaciones geológicas que lo envuelven. Para esos días en los que aprieta el calor en verano, están las pozas de Orbaneja del Castillo, refrescantes y de gran belleza, con colores turquesas.
El Geoparque Las Loras también alberga el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, otra visita imprescindible en el interior de Burgos este verano. Aquí os adentraréis en un impresionante conjunto de cañones y barrancos con profundidades que llegan hasta los 200 metros.
En sus paredes verticales de vértigo anidan aves majestuosas como buitres leonados, alimoches, águilas reales o halcones peregrinos; por otro lado, los ríos y los bosques de ribera sirven de refugio para la nutria y para el desmán de los Pirineos, una especie que está en peligro de extinción.
Hay que visitar el pueblo de Covanera, muy popular por la surgencia del Pozo Azul, de gran belleza y con una curiosidad: es la cueva subacuática más larga de España y una de las más extensas del mundo. Hasta el momento, se han explorado unos 14 kilómetros de profundidad, pero sus galerías van más allá.
En verano este manantial es zona habitual de baño, ¡siempre que te atrevas a adentrarte en un charco con aguas que están entre 9 y 11 grados! Si queréis hacer algo de senderismo por el entorno, una de las rutas más conocidas es la circular de Valdelateja por Cortiguera, de unos 11 kilómetros y 300 metros de desnivel positivo, apta para familias.
Entre barrancos y cuevas en el Cañón del Río Lobos
Seguro que has oído hablar alguna vez del Cañón del Río Lobos. Y es que este espectacular parque natural compartido por las provincias de Burgos y Soria suele figurar en los ránkings de los lugares más bonitos de España. Es un entorno protegido de espectaculares formaciones kársticas que han esculpido a lo largo de los siglos las aguas del río Lobos, un auténtico paraíso para los amantes del senderismo. En Burgos, el acceso está desde el pueblo de Hontoria del Pinar, por donde entrarás en la parte más alta del parque.
Desde aquí, podemos recorrer la popular Senda del Río, un camino lineal de 25 kilómetros (solo ida) que es divisible en varios tramos y que se puede hacer a pie o en bici. Está señalizada como sendero de Pequeño Recorrido (marcas blancas y amarillas) y sale del puente romano de Hontoria del Pinar. Es prácticamente llana, por lo que podéis disfrutarla en familia y volver cuando os canséis. Hay diferentes hitos kilométricos que ayudan a controlar la distancia que habéis avanzado.
Es un sendero muy bonito y entretenido, ya que cruza el río varias veces –ojo a las lluvias, podría haber crecidas- a través de piedras pasaderas, y llega a la preciosa ermita de San Bartolomé, de la orden de los caballeros templarios, donde se quedan la mayoría de los senderistas.
Aquí vale la pena seguir caminando unos 5 kilómetros preciosos que transcurren por la reserva de Castillo Billido y llega hasta el Puente de los Siete Ojos, con un entorno de ensueño con charcas con nenúfares y ranas. Entre la variada fauna del Cañón del Río Lobos, destacan ejemplares de buitres, águilas reales, corzos y gatos monteses. Con un poco de suerte, ¡quizás divises alguno en tu ruta!
Después del paseo, seguro que se os abre el apetito. En esta parte de Burgos seguro que no te quedarás con hambre con sus platos contundentes. No dejes de probar el lechazo, que es toda una institución en toda la provincia y también en Hontoria del Pinar, que son corderos de oveja churra, con textura suave y jugosa.
Otros imprescindibles son la morcilla de Burgos, que lleva arroz, y el queso fresco elaborado con leche de oveja, vaca o una mezcla de ambas. Después de comer, es un clásico el “Postre del abuelo”, en el que se acompaña este queso con mieles y nueces de la provincia.
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Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
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