La diversidad paisajística de la isla canaria de El Hierro es abrumadora. En sus escasos kilómetros cuadrados de superficie, coexisten paraísos verdes que te inundan de naturaleza, maravillosos lugares donde darse un chapuzón en el Atlántico, miradores que quitan el hipo, tesoros submarinos y rincones salvajes tapizados de lava petrificada que desprenden un innegable magnetismo. Hoy te hablamos de dos rincones muy especiales que pertenecen a este último grupo: el faro de Orchilla y el que en su día fue el punto exacto por el que pasaba el Meridiano Cero.
El faro de Orchilla es el punto más occidental de España y pertenece al municipio herreño de El Pinar. Se encendió por vez primera en septiembre de 1933 y su sobria pero elegante construcción, levantada por completo con piedra de cantería, destaca sobre el oscuro manto negro de lava volcánica que cubre esta zona de la isla. Un área declarada Reserva Marina en 1996 donde conviven, en armonía, la pesca artesanal, la investigación y el submarinismo. Ingredientes que han convertido a este lugar en uno de los más visitados de la isla por su belleza y biodiversidad.
Llegar al inhóspito emplazamiento requiere de una buena dosis de paciencia para recorrer las infinitas curvas de la carretera serpenteante Hi-503. Aunque bien merece la pena por disfrutar de un paisaje que desprende una fuerza visual abrumadora y que está cargado de misticismo por las leyendas que se han contado en esos tiempos cuando se creía que la Tierra era plana. O, ya en tiempos más modernos, por la cantidad de historias de los marineros que iban y venían de tierras americanas. Sea por uno u otro motivo, el faro de Orchilla y sus alrededores transmiten esa magia inherente a los lugares fronterizos.
Pero el faro no es el único rincón especial de esta parte de El Hierro. Apenas un kilómetro antes de llegar a la guía marinera, da comienzo un sencillo sendero de 1.4 kilómetros (ida), bien señalizado pero desprovisto de sombra. Conduce al monumento que homenajea esos años en los que, en este lugar, se estableció el Meridiano Cero.
Sí, en efecto. Desde 1634 -año en el que lo establecieron los franceses- hasta el siglo XIX, cuando Inglaterra lo definió en Greenwich, el Meridiano 0, la línea imaginaria por la que se regían los mapas cartográficos, las variaciones horarias y la navegación mundial, pasaba por El Hierro.
La visita a esta singular zona herreña la completa el muelle de Orchilla, la única vía que permitía alcanzar este extremo de la isla cuando aún no existían las carreteras.
Un lugar histórico, al que se llega por un breve tramo de carretera sin asfaltar que parte del propio faro. Dada la quietud de las aguas que lo rodean, el mar de las Calmas, se ha convertido en una de las zonas de baño más demandadas por los que habitan y visitan El Hierro.
Elísabet García
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