El viaje de Hitchcock por el País Vasco
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30.01.2023
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El dicho popular que afirma que “la basura de un hombre es el tesoro del otro” podría aplicarse, con matices, a lo que le ocurrió al fotógrafo Pedro Usabiaga en 2018. No estaba rebuscando en un vertedero, pero sí en el Rastro de Madrid, un mercadillo en el que se pueden encontrar joyas si se tiene buen ojo. Y lo que localizó el guipuzcoano fue una fotografía del famosísimo director de cine Alfred Hitchcock en el País Vasco, más concretamente el cementerio de Polloe, en San Sebastián.
La imagen impulsó al descubridor a recopilar una gran cantidad de materiales relacionados con el tema que se expuso en 2016 bajo el título Welcome Mr. Hitchcock. Un viaje por el País Vasco en la ciudad guipuzcoana, coincidiendo con el Festival Internacional de Cine que se celebra allí cada año desde 1953. Cientos de imágenes, algunas inéditas, en las que se incluyen dos firmadas por el desaparecido Iván Zulueta, también prestigioso cineasta.
La visita de cuatro días del cineasta al País Vasco no era ningún secreto y, de hecho, se ha retratado en ficciones como la serie El Ministerio del Tiempo. La foto que encontró Usabiaga es del fotógrafo Vicente Ibáñez que, junto al periodista Enrique Herreros, acompañó al director al camposanto, entre otros lugares. Esas imágenes se publicaron en las revistas Gaceta Ilustrada y Paris Match.
El 21 de julio de 1958, Hitchcock aterrizó en el aeropuerto de Biarritz junto a su mujer, la guionista Alma Reville, para asistir a la VI edición del Festival de Cine de San Sebastián donde iba a preestrenar su célebre película Vértigo. Pese a haber pasado a la historia como una de las mejores películas no se hizo con la Concha de Oro, sino que se tuvo que conformar con la de plata y, además, compartida con Mario Monicelli, que presentó su filme Rufufú.
Sin embargo, pese a no haberse llegado al primer premio, el reportaje fotográfico que dejó muestra de su paso por el País Vasco (español y francés) no refleja demasiada decepción. Al fin y al cabo, la pareja se alojó en el célebre hotel María Cristina y practicaron con ahínco una de las aficiones del realizador: comer bien. En el libro San Sebastián: un Festival, una Historia (Filmoteca Vasca, 1994) José Luis Tuduri explica que Hitchcock se llenó el estómago con delicias culinarias en la sociedad gastronómica Gaztelubide. Asimismo, el director descubrió los chipirones en su tinta en el restaurante Casa Cámara de Pasajes de San Juan.
Por supuesto, Hitchcock en el País Vasco también sacó a relucir el humor sutil que escondía tras su rictus serio. Durante algún tiempo se buscó a los niños que salen en una de las fotografías recopiladas. En ella están mirando al director que simulaba ser un maniquí en un escaparate de una tienda de antigüedades de la avenida de la Libertad. La historia continúa después de que el fotógrafo captase el momento, ya que el realizador se movió para susto de los observadores, que pensaban que era un muñeco. Tras la gracieta, les firmó un autógrafo.
Criado en el catolicismo, el director de cine también mostró interés por los templos religiosos de la ciudad como la basílica de Santa María del Coro, la iglesia de Santa Teresa y la iglesia de San Vicente. Sin embargo, las instantáneas que se tomaron dentro de dichos edificios no se publicaron porque las autoridades franquistas consideraron que la actitud del cineasta no era lo suficientemente respetuosa. Por otro lado, también estuvo en el Museo de San Telmo, en el que se puede conocer la evolución de la sociedad vasca con piezas de etnografía y muestras de Bellas Artes.
Otras paradas en la ruta de Hitchcock en el País Vasco
Durante los cuatro días que duró su visita a la península, Hitchcock y Alma Reville se desplazaron hasta la mencionada localidad de Pasajes de San Juan (Pasai Donibane, en euskera). Se trata de un pequeño pueblo del litoral guipuzcoano que también impresionó a otra gran figura de la historia de la cultura: el escritor Victor Hugo, autor de obras tan importantes como Los miserables. En 1843, el literato se instaló en una casa típica marinera del siglo XVI que ahora lleva su nombre y en la que se aloja la exposición permanente Víctor Hugo, viaje a la memoria. En ella se pueden ver escritos y otras obras que el francés dedicó al lugar.
Después de pasear, conocer y saborear Donostia, la pareja viajó hasta Bayona, donde conocieron la catedral gótica de Sainte-Marie. También estuvieron en Hendaya y en Lourdes, donde se encuentra el famoso santuario homónimo, una de las cumbres de la peregrinación católica gracias a la leyenda de las apariciones de la Virgen María a una niña llamada Bernadette Soubirous. El templo forma parte de la Ruta Mariana, en la que también están otros santuarios como los de Torreciudad en Secastilla, Montserrat en Barcelona, Meritxell en Andorra y El Pilar de Zaragoza.
Alfred Hitchcock aplazó el rodaje de Con la muerte en los talones para acudir al festival y prometió regresar. No lo hizo en persona, aunque sí con su obra ya que esa película protagonizada por Cary Grant se presentó en el certamen del año siguiente. En representación del equipo acudió la actriz protagonista Eva Marie Saint, que llegó a la ciudad vasca con una buena lista de recomendaciones –culinarias seguro– del director.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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