Entre extensos campos de cultivo y lavanda, abrazada por grandes montañas, como el macizo de Revolcadores, y junto a bosques de ribera se encuentra Moratalla. Una villa medieval entre la que sobresale la antigua torre del Homenaje, una de las mejores conservadas de la Región de Murcia. Fue levantada por los musulmanes, para defender las tierras de los cristianos. Hasta el siglo XIII, que pasó a formar parte del Reino de Murcia y fue cedida a la Orden de Santiago.
Entre su maraña de casas también destaca la iglesia de Santa María de la Asunción, del siglo XVI y adscrito al arte renacentista español. Desde la plaza hay una vista panorámica del entramados de calles, que recomendamos recorrer sin prisa, disfrutando de su ambiente, de sus palacios, casonas y de su colorida belleza.
Los orígenes de Moratalla son muy antiguos. En ella se han encontrado restos de asentamientos ibéricos y romanos. No obstante, su principal reclamos turístico y su bien más preciado son las pinturas rupestres de Cañaica del Calar y Fuente del Sabuco. Aquí se encuentra el cincuenta por ciento del arte rupestre de la Región de Murcia. Este museo al aire libre fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1998. En los alrededores de la villa también se puede ver el dolmen megalítico de Bajil.
Este no es el único patrimonio del municipio. La Fiesta del Tambor de Moratalla también está reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En una ruta por el bosque de Bajil y las cuevas de Zaén podemos descubrir la riqueza arqueológica, histórica y geológica del municipio, pues forman parte de la antigua conexión marina entre el Atlántico y Mediterráneo. Por ello, en el territorio se pueden encontrar vestigios de conchas. Además de cuevas subterráneas como Los Morciguillos y La Iglesia, Bien de Interés Cultural; el Calderón Grande con petroglifos; la cueva del Esquilo, donde hay pinturas rupestres datadas de la Edad Media; así como las enormes cavidades de Zaén, entre otras maravillas naturales.
En la parte baja, a orillas del río Alhárabe podemos disfrutar de cascadas y pozas, donde refrescarnos si el calor aprieta. Las más populares son las de Somogil, conocidas como el spa de Moratalla porque el agua, de color turquesa, no suele estar tan fría como en el resto del río ya que proviene de un arroyo subterráneo. Escondido entre la naturaleza del municipio tampoco hay que perderse una visita al estrecho de Bolvonegro, un impresionante desfiladero tallado por el río Moratalla y declarado Lugar de Interés Geológico.
Por la noche no dejéis de levantar la mirada hasta el cielo, pues los cielos de Moratalla, en la pedanía de Inazares, son de los más limpios de España, por lo que son perfectos para contemplar las estrellas.
Aquí os dejamos 10 fotos para desear ir a Moratalla. ¡No querrás volver de allí!
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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